Ya no digamos errores ortográficos, como el del título, donde escribe “viacrusis” en vez de “vía crucis” o en el subtítulo, donde olvida tildar el “como” en la oración; sino de fondo.
Me parece, una vez leído con detenimiento el artículo y la carta adjunta, que los estudiantes se refieren a que sus condiciones de estudio fueron pactadas con Colciencias, que posteriormente designó a Colfuturo como operadora financiera. Y que en este cambio que se presentó en el 2013 han surgido una serie de contratiempos que los han afectado.
Lo cual indica que su condición de becarios en Colciencias no corresponde a la de beneficiarios en Colfuturo, y que al designarse la segunda como intermediaria financiera del programa que los ha becado, tuvieron que adaptarse a las políticas de desembolsos de la segunda. Sin embargo, su dificultad es con quien les patrocina sus estudios; es decir, Colciencias.
Lo anterior se confirma al revisar el anuario del 2013 de beneficiarios de Colfuturo, donde los nombres de los firmantes de la carta, que dirigen a Colciencias, no hacen parte del grupo de beneficiario para estudios de doctorado por esta fundación. Es decir, que la relación entre ellos y ésta, es circunstancial y no directa.
Colfuturo no es Colciencias. La Fundación para el futuro de Colombia (Colfuturo) es una fundación de capital mixto que recibe aportes de Colciencias y de las empresas privadas del país con un programa propio de Crédito-Beca, cuyo propósito es que los estudiantes con mejores expedientes académicos en el país y manejen una segunda lengua puedan estudiar en las mejores universidades del mundo, los mejores programas de maestría y doctorado y, además, ofrecerle la motivación del 50% de condonación para quien regrese al país a retribuir lo aprendido.
Así las cosas, considero, como beneficiario de Colfuturo que soy, que es fundamental aclarar esa distinción, pues la señora López quien interpretó la carta de los coterráneos y luego redactó el artículo en el portal, no fue suficientemente precisa y su ambigüedad compromete la reputación de una fundación tan seria. Además, podría generar rechazo para futuros aspirantes en las sucesivas convocatorias, lo cual sería contraproducente para el desarrollo intelectual del país.
Por tanto, con ánimos aclaratorios, a continuación contrasto los argumentos expuestos en el artículo en perjuicio de Colfuturo, fundación que presenta sus condiciones abiertamente a cada aspirante desde antes de abrir su convocatoria anual.
Condiciones de Colfuturo en los desembolsos a sus beneficiarios:
Desde el inicio la fundación expone que cada aspirante podrá disponer de un monto máximo en relación a su estadía. Si es de un año, serán US$ 25.000, si son dos años US$ 50.000. Además, el aspirante distribuirá el presupuesto que requiera del modo que así considere e incluso podrá complementar estos dineros por medio de otras becas que pudiera obtener. Así las cosas, no hay un tope sobre el sostenimiento, ni máximo ni mínimo como sí lo expresa el artículo.
Sobre el primer argumento esbozado, es cierto que Colfuturo presenta una serie de condiciones. Entre ellas, que los dineros de matrícula y salud se consignarán directamente a las cuentas de estas entidades. Esto no es motivo de dificultad para nadie pues si esos dineros son para cubrir esos cargos respectivamente, no hace falta que vayan a la cuenta personal del beneficiario.
Además, aunque Colfuturo maneja su propio calendario de desembolsos, que no necesariamente debe ser el mismo en cada universidad –como me sucedió- la fundación propicia una comunicación directa a la universidad en la que dialogan sobre ese tema sin que el beneficiario deba intervenir. Este impase se supera con agilidad, ya que Colfuturo solo envía estudiantes a las mejores universidades del mundo, y éstas ya conocen la seriedad de la fundación y no dudan de sus pagos.
En lo que respecta al documento que exige Colfuturo respecto a la matrícula, también se expone una irrealidad. Pues el requisito exigido es una carta de admisión o una carta que conste que el aspirante está en proceso de admisión. Generalmente para entrar en el proceso, es necesario cancelar la tasa de inscripción o para reserva del cupo, lo cual por cuestiones de calendario podría tener que pagarlo el aspirante, sin embargo este monto puede ser añadido a la solicitud de presupuesto a Colfuturo.
El segundo argumento, es igual de falso. Colfuturo no consigna el rubro de sostenimiento en cuentas de los beneficiarios en Colombia. Lo único que se consigna en Colombia son los tiquetes y solo en caso de que el beneficiario así lo solicite. Por lo demás, las consignaciones se hacen en una cuenta al país donde se encuentre el beneficiario. Por ello, en la entrevista de presupuesto se le informa a cada estudiante que entre lo primero que debe hacer una vez llegue al país de estudio es valorar el sector bancario para así abrir una cuenta bancaria donde le ofrezcan mejores tasas.
La última idea en contra del proceso de desembolsos de la fundación es que no contempla el costo de vida de cada país. También un error. Pues Colfuturo ofrece asesoría en todo momento durante la convocatoria, incluso ofrece a los aspirantes varias páginas web a las que éste puede recurrir donde otros estudiantes en el extranjero comparten los valores de los gastos más comunes en cada país del mundo. De modo que el beneficiario puede a priori hacerse una idea del costo de vida, que como he dicho será el mismo beneficiario que determine cuánto necesita.
A más, en todos los videos tutoriales de la fundación que respetan a rubros, se aconseja solicitar un monto superior al que se cree que se necesita para que no vaya apretado, y si lo desea luego puede disminuirlo –pero nunca aumentarlo-. Incluso, en la cita donde se aprueba el presupuesto que solicita el beneficiario, éste debe demostrar de dónde ha obtenido las referencias para cada detalle que pide.
Finalmente, comunico que soy uno de los mil beneficiarios de Colfuturo 2013, graduado de la Universidad de Cartagena en Comunicación Social, con un promedio de 4,48/5, actualmente estudio el Máster en Dirección de Comunicación Empresarial en la Universidad de Barcelona; gracias al apoyo de Colfuturo, sin el cual no me habría sido posible tener esta oportunidad, no solo porque estudiar en Colombia me salía más costoso y con menor calidad, sino porque ningún banco me habría prestado el dinero necesario, ya no digamos la soga al cuello que representa recurrir al Icetex.