Delfines


Me gusta escuchar 'Pablo Pueblo' porque es la realidad de una América Latina que nunca cambió. La porción de la canción antes citada nos restriega en la cara esa realidad que siempre sale a la luz cada vez que se avecinan estos acontecimientos tan llenos de incertidumbre llamados elecciones.

Y es así. Por cada calle de Cartagena que uno puede transitar no hay poste de luz o muro que no tenga un cartel de un potencial 'padre de la patria' pidiendo el voto al ciudadano. Es curioso que en Bogotá, por ejemplo, hayan estigmatizado a los grafiteros mientras que aquí -y casi que en cualquier parte- llenar las paredes de propaganda política esté cubierto con tanta permisividad. Supongo que existe una normativa.

Encuentro curioso también el hecho que los carteles que pululan por la ciudad estén llenos de tanto apellido común. Son los hijos, y en algunos casos familiares, de las mismas familias de siempre. Los delfines. No existe veda. Solo hay que votar por el 'hijo del dócto'.

No tiene nada de malo, dirá usted, votar por el hijo (o familiar) de un político asentado. Es cierto. Pero, ¿bastará sólo con un apellido para ayudar -¡salvar, vaya!- esta gran empresa que es Colombia? Recuerde que los cimientos de esa empresa son los voticos que tan amablemente suelen ser canjeados por alguna ayuda. Habrá que pensarse la cuestión más de una vez, ¿no lo cree?

Ha calado aquella frase que dice que el pueblo se merece a los gobernantes que tiene. Quizá es porque se elige a los de siempre. Hoy es el padre, mañana el tío, luego el sobrino. ¡Calígula de vivir en estos tiempos volvería a presentar a su caballo, caramba! Si las castas han de ganar, que sea porque sus ideas y su espíritu de hacer un país mejor se hagan un lugar en el pensamiento de la gente y no por la influencia que ejerzan en un bolsillo etéreo.

Afortunadamente, estos mismos acontecimientos llenos de incertidumbre como son las elecciones nos ofrecen la oportunidad de despertar. Ya es tiempo. ¿No lo cree usted?

SORBO FINAL: Permítase un tiempo para pasar por los portales dedicados a cubrir estas elecciones a los poderes legislativo y ejecutivo de nuestra doliente aunque apreciada democracia. El de éste periódico, La Silla Vacía, entre otros. La información está, como la plata, sólo hay que saberla buscar.

 


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