En varias oportunidades, he dejado claro el alto grado de peligro que implica conducir por la vía al Mar en el sector de La Boquilla, en el sentido de la Zona Norte hacia Crespo. A pesar de ser una calzada de una sola dirección, la proximidad de las construcciones, la carencia de retiros y la ausencia de andenes han convertido esta vía en peligrosa para los usuarios, tanto conductores como peatones. La velocidad y la oscuridad son la mezcla perfecta para la desgracia, la tragedia y la muerte.
La falta de autoridad del Distrito, de administraciones anteriores y de las entidades responsables de controlar los desarrollos urbanísticos, ha permitido que establecimientos comerciales y viviendas se ubiquen prácticamente a escasos centímetros de la calzada. Han sido múltiples los accidentes con pérdidas de vidas humanas y daños materiales. Hay que tener en cuenta que la Zona Norte se está desarrollando y el número de habitantes se incrementa exponencialmente con proyectos como Serena del Mar y muchos más, y Los usuarios de la vía 90 que transitan en sentido hacia Cartagena aumentan el número de vehículos en tránsito y el riesgo de accidentes fatales, sin contar las motos en contra vía.
Es urgente la intervención de las autoridades con la implementación de reductores de velocidad, mayor iluminación, señalización y la construcción de andenes, además de realizar de manera inmediata la recuperación de los espacios invadidos y respetar la distancia de los retiros a ambos lados de la vía. Todo esto con el único propósito de brindar seguridad a los habitantes de La Boquilla, los peatones, los conductores y, en última instancia, salvar vidas.
Lamentablemente cada vez que alguien muere atropellado o hay un accidente se confirma mi preocupación y siento tener la razón de algo que no debiera ocurrir, preferiría no tenerla.