Cuando la cura resulta más mala que la enfermedad


La letra de la canción de Frankie Ruiz: “La cura” me permite expresar mi opinión, con relación al brillante acuerdo que celebró el alcalde de Cartagena William Dau Chamatt, con la Concesión Vial: “Un paso adelante y uno atrás”. Durante campaña, “El tractor”, prometió acabar con los peajes,  a los pocos meses de posesionado  firmó el incremento de la tarifa y este año prorrogó el contrato sin aumento.

Cuando conoció el auto proferido por la Contraloría General de la Nación, el alcalde, con vehemencia, dió un giro de 180 grados y se lanzó a liderar la oposición, incitando a la desobediencia civil en pro del no pago de peajes, “El Tractor”, solicitó a la Concesion Vial suspender de inmediato el cobro de la tarifa, recibiendo respuesta negativa por parte del ilustre gerente de la Concesión René Osorio Cruz, quien convencido del correcto actuar de la entidad a su cargo, sustentó  las razones  por las que no podía obedecer la orden dada por el alcalde y en su lugar debía seguir cobrando.

De repente, nos enteramos que el alcalde terminó sentado en una mesa de negociación con la concesión vial de Cartagena, conciliando un acuerdo que permitirá que los vehículos de categorías 1 y  2 no paguen peaje en las casetas de cobro de manga y Ceballos.

Con esta macondiana solución,  no se resuelve nada. Aceptar la propuesta es una cortina de humo, no existe un informe o estudio dado a conocer en el que se establezca el cumplimiento de la TIR(Tasa Interna de Retorno), o se acrediten los años que faltan para  cumplirla; no hay reportes financieros, y mucho menos se vislumbra la verdad sobre la situación contractual. Con todo esto me surgen varias inquietudes: ¿La decisión tomada fue una modificación al acuerdo inicial?, o ¿solo por salir del paso, incurren en una celebración indebida de contrato?, ¿por cuánto tiempo, no pagarán estos vehículos?, ¿cuánto tiempo le seguirán cobrando a las otras categorías?, ¿Cuándo revisaran y liquidarán el contrato?, ¿por qué el alcalde terminó de “amiguis”, conciliando con la concesión vial de Cartagena?, ¿Por qué la Concesión aceptó exceptuar del cobro de la tarifa a los vehículos de la categoría 1 y 2?  

En conclusión, se ha celebrado un acuerdo que nos genera un sin número de vacíos y maquilla de buen aspecto una posible conducta delictual, transgrediendo derechos fundamentales a la igualdad, al debido proceso, con la incertidumbre que están siendo vulnerados la moralidad administrativa y la defensa del patrimonio público.

Esperemos que esta decisión entre el Alcalde y la Concesión, no termine probando que la cura, resulta más mala que la enfermedad.


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