De los deberes y las obligaciones


El Constituyente de 1991 dejó plasmado un listado taxativo de los deberes y las obligaciones que sin excusa debemos cumplir. Sin embargo, hoy vivimos en medio de un caos generado por la falta de autoridad, de compromiso, de presencia del Estado y también por el desconocimiento que tienen los ciudadanos de las normas básicas constitucionales. En el presente escrito, hago una invitación a reflexionar sobre los deberes y las obligaciones , para lo cual, transcribiré el  artículo 95° de nuestra constitución política, confiando que, lo leerás para recordarlo y si es del agrado repetirlo hasta aprenderlo, solo con el propósito de incrementar el conocimiento de la constitución, como herramienta apropiada para garantizar la participación en la democracia.

“Artículo 95. La calidad de colombiano enaltece a todos los miembros de la comunidad nacional. Todos están en el deber de engrandecerla y dignificarla. El ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en esta Constitución implica responsabilidades. Toda persona está obligada a cumplir la Constitución y las leyes. Son deberes de la persona y del ciudadano:

1. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios;

2. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas;

3. Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituidas para mantener la independencia y la integridad nacionales.

4. Defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica;

5. Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país;

6. Propender al logro y mantenimiento de la paz;

7. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia;

8. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano;

9. Contribuir al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad.”

Si tan sólo leyéramos nuestros deberes hasta aprenderlos, para socializarlos y ponerlos en práctica, estaríamos encaminados a recomponer el rumbo del País, salir de la crisis, mejorar la gobernabilidad, destruir la corrupción, y con ello, obtener el bienestar general como fin esencial del Estado Social de Derecho.


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