El peligro de un “influencer” desinformado.


Alcanzar la fama en redes sociales generando contenido que logre convencer a un grupo de personas que se convierten en “seguidores” de historias y publicaciones, es digno de admiración. Los “likes” y comentarios, dejan de ser una simple opinión y pasan a ser la manifestación de un público que interactúa activamente con la persona que “siguen”.  Es esta la razón por la que han recibido el nombre de “influencers”, por la gran cantidad de personas que convencen de seguir sus ideales, opiniones e incluso su estilo de vida.

Influenciadores hay de todos los tipos, algunos que generan contenido de valor y otros un tanto pasados de la raya. Pero, en definitiva, los encontramos para todos los gustos y preferencias. Intelectuales, románticos, vulgares, bailarines, filósofos, espirituales. Algunos promueven sus servicios profesionales, otros lamentablemente la ignorancia.  

Epa Colombia, manifestó su intención de ser Senadora de la República, sin preocuparse por conocer los requisitos que el artículo 177 y 179 de la Constitución Política de Colombia, dispone para quienes aspiran a ser padres de la patria.

Al ponerme en la tarea de analizar la posibilidad de la candidatura de la polémica influenciadora, tengo que informarle que por ahora no podrá ser.

Si bien es cierto la condena impuesta con pena privativa de la libertad no está ejecutoriada y en firme, EPA COLOMBIA, no reúne la edad requerida para aspirar al Senado de la República.

La influenciadora quiere ser senadora, pero ni siquiera se tomó el trabajo de conocer cuáles son los requisitos básicos para poder ocupar el cargo.

La función social de los influenciadores, debe estar en armonía con el conocimiento de los temas que se publiquen en las redes sociales para no transmitir a los influenciados los errores generados por la ignorancia y desinformación de quien publica. Es tiempo de dejar de hacer famosos a ignorantes y comenzar a promover la educación y la cultura.   

Pasar de influenciadora, a senadora, en esta ocasión sí que lo dudo. No cumple con la edad y sobre su cabeza pesa una condena que muy posiblemente será confirmada en segunda instancia, configurándose una causal de impedimento para alcanzar tal investidura.  

Qué bueno sería que los influenciadores de las buenas costumbres, los que promueven la educación y la democracia, los que están en favor de la verdad y la justicia, los que utilizan las redes sociales para compartir su conocimiento, pudieran llegar alguna vez a ocupar altos cargos en el gobierno.  Pero qué desgracia sería, seguir apoyando la ignorancia y falta de preparación de quienes son considerados “los padres del País”.


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