Por ministerio de la ley “El registro de la propiedad inmueble es un servicio público prestado por el Estado por funcionarios denominados Registradores de Instrumentos Públicos.” Para mi puede ser catalogado como un servicio público esencial, por el impacto que genera en la economía, en el desarrollo de las ciudades en el sector inmobiliario y obvio para la sociedad y el estado. La función registral tiene como objetivos básicos y específicos los determinados en el la ley 1579 de 2012, que en esencia disponen:
a) Servir de medio de tradición del dominio de los bienes raíces y de los otros derechos reales constituidos en ellos de conformidad con el artículo 756 del Código Civil;
b) Dar publicidad a los instrumentos públicos que trasladen, transmitan, muden, graven, limiten, declaren, afecten, modifiquen o extingan derechos reales sobre los bienes raíces;
No obstante, siempre lo he dicho y sostengo que el mal no esta en las instituciones, si no, en algunos de sus instituidos. Con el paso del tiempo la oficina de registro de instrumentos públicos de Cartagena de Indias, se ha convertido en una insoportable piedra en el zapato para el progreso, el desarrollo urbanístico y económico del Distrito de Cartagena, en general para todos los usuarios que acuden a esta dependencia.
Cuando llega el momento de registrar los actos de transferencias de inmuebles, cerrar o abrir nuevas matriculas inmobiliarias, las cosas se complican, en la oficina de registro de instrumentos públicos de Cartagena encontramos funcionarios de gran talante, probos, honestos e impolutos, pero como en la viña del señor no faltan las manzanas podridas, que anteponen sus intereses por encima de los del estado y el de los usuarios, los referenciados como “manzanas podridas”, son expertos en arreglárselas para realizar lentos procesos que originan demoras injustificadas, devoluciones sin sustento jurídico y aperturas de nuevas matrículas inmobiliarias con inconsistencias, las cuales son aceptadas cuando los funcionarios tienen interés, como prueba de lo afirmado tenemos los casos de los edificios Quiroz, aquellos que fueron desalojados por fallas estructurales, en estos casos centenares de matrículas que no solo fueron creadas con licencias fraudulentas si no que las licencias registradas contienen imprecisiones con las escrituras y cualquier cantidad de irregularidades en su contenido, que era imposible no identificarlas al momento de ser calificadas por los funcionarios a cargo, pero por arte de magia las matrículas fueron creadas y nacieron a la vida jurídica.
Lamentablemente para desgracia de la entidad y de sus usuarios Las manzanas podridas dañan el barril, a pesar de existir la presencia de un registrador este demuestra incapacidad para ejercer autoridad en el control sobre sus subalternos, quienes en algunos casos le tienen vendados los ojos para no darse cuenta de las irregularidades que se cometen en la oficina a su cargo, situación que afecta directamente a los usuarios, y a la administración.
La superintendencia de Notariado y Registro debe realizar con carácter urgente e inmediato, la intervención administrativa y de control disciplinario a la oficina de registro de instrumentos públicos de Cartagena de indias, para analizar estadísticamente el porcentaje de documentos inscritos y rechazados, las causales de rechazo y si los mismos fueron registrados con posterioridad, sin subsanación alguna, deben analizar el contexto de las aclaratorias cuando sea el caso, el orden de los turnos en el reparto del registro y las demoras injustificadas, solo de este ejercicio de control interno, por parte de la superintendencia de Notariado y Registro se podrá concluir donde se esconden las manzanas podridas que afectan la función pública registral y que tanto daño hacen a la sociedad.