¡El Voto en blanco!


En Colombia, el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones que se impone a los ciudadanos, se encuentran consagrados en la constitución política en diferentes artículos. Uno de ellos es el artículo 40 que reza: “Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político. Para hacer efectivo este derecho puede:

1. Elegir y ser elegido. 2. Tomar parte en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y

Otras formas de participación democrática.”   Complementando el ejercicio democrático con el artículo 258. “El voto es un derecho y un deber ciudadano. El estado velara por que se ejerza sin ningún tipo de coacción y en forma secreta por los ciudadanos (…)”.

Ese mandato constitucional permite adoptar como forma de manifestación el voto en blanco.  Esta es una opción válida que pueden utilizar los electores para manifestar el inconformismo contra los aspirantes a cargos públicos de elección popular y contra los partidos que les otorgaron el aval a los candidatos, cuando exista el convencimiento y los motivos suficientes para determinar que no son dignos de representar al pueblo, ya sea por sus actuaciones, por falta de experiencia o hasta de honestidad.  El voto en blanco es un acto de repudio, considerado una forma de protesta electoral amparado en el derecho humano fundamental de elegir y el deber de participar en el control del poder político. Es la forma de enviar un mensaje a los partidos políticos y a la sociedad sobre la necesidad de presentar mejores opciones; candidatos preparados, sin pasados oscuros. El voto en blanco es la herramienta con la que podemos impedir que los corruptos, en su afán por mantenerse en el poder, continúen por sí o por intermedio de terceros, hostigando con gobiernos saqueadores de los recursos del estado. El voto en blanco es el mecanismo idóneo para expresar el inconformismo del elector ante la falta de confianza y de credibilidad en los candidatos.

Ante evidentes sospechas de futuros malos gobiernos, podemos defendernos utilizando el voto en blanco como mecanismo de protesta y de defensa.  Qué bueno sería que unidos en protesta, en las próximas elecciones del 29 de octubre donde se escogerán los alcaldes, gobernadores, diputados concejales y ediles, el voto en blanco hiciera presencia y la voz del pueblo se manifestara dejando fuera de la contienda electoral a quienes no merecen representar los intereses de la sociedad. Seria fabuloso obligar a los partidos a realizar una renovación de los candidatos en pro de la democracia participativa. El continuismo de la clase política, el mercado de avales y los dineros irregulares que ingresan a las campañas, han convertido al Estado en un botín y a las elecciones, en el medio para llegar al poder y saquear los recursos sin medir el daño que esto causa a la sociedad.  ¡El voto en blanco una excelente opción, para defendernos de la corrupción!

 

 


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