¡Fatídica omisión!


Los fines esenciales del Estado incluyen servir a la comunidad; las autoridades de la República están instituidas para proteger la vida de todas las personas residentes en Colombia, mandato constitucional consagrado como el principal deber de nuestras autoridades, en el caso de nuestra ciudad, el Alcalde Mayor es la primera autoridad y el deber de proteger la vida de todos los habitantes le corresponde. El incumplimiento de este deber convierte a nuestros gobernantes en responsables de tragedias por la omisión de sus obligaciones.

No es la primera vez que utilizo este espacio para señalar el PELIGRO que representa transitar por la vía de ingreso a la ciudad en el sector de La Boquilla. La falta de andenes y la ocupación de las orillas que deberían estar libres de construcciones e invasiones, crean un escenario de riesgo que la autoridad ha elegido ignorar y ha permitido la proliferación de la ocupación al no ejercer el control ni cumplir con sus deberes constitucionales.

Cuando la negligencia de un gobernante en el ejercicio de su control y funciones pone en peligro la vida de los ciudadanos y ocurren accidentes que causan la muerte, tácitamente el responsable mancha su conciencia con la sangre de aquellos que perdieron la vida en hechos que nunca debieron ocurrir, que se pudieron y se pueden evitar con tan solo ejercer la autoridad. La construcción de un andén para una circulación segura y la reubicación de las invasiones podrían haber prevenido estas pérdidas humanas, que tanto dolor causan a las familias y a la sociedad.

Ruego al creador consuelo para los familiares de las personas que perdieron la vida en los accidentes ocurridos en los últimos días e imploro castigo ejemplar para los funcionarios y gobernantes que con su omisión han permitido la ocurrencia de estas tragedias; estoy completamente seguro que los entes de control guardaran silencio frente a estos casos. 

No proteger la vida de los ciudadanos es, sin duda, una fatídica omisión.


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