¡La deuda y el gasto!


Que el dinero no lo es todo, ni compra la felicidad, pero es mejor "ser rico que pobre", dijo Antonio Cervantes, "Kid Pambelé".  

Para que una ciudad, un departamento y un estado cumplan con el propósito de garantizar calidad de vida a sus habitantes, se necesitan grandes inversiones y recursos para poder financiar proyectos y ejecutar obras públicas en favor de la comunidad.

Cartagena estuvo sometida a un estado de abandono y descuido por parte de la administración anterior, que a su vez la recibió en malas condiciones y con obras inconclusas de administraciones pasadas, que no fueron corregidas. 

A esta fecha, tras once meses de gobierno, el alcalde Dumek Turbay se ha dedicado a resolver problemas sencillos que mantenían a la ciudad en el caos, La guerra frontal contra los huecos (aún faltan muchos por tapar, como los de la calle interna del parque de la Marina y otros sectores) se ha notado, y la calidad de la movilidad ha mejorado, reduciendo el tiempo de los desplazamientos.

El tema de la iluminación en el centro histórico, el control de los establecimientos comerciales y la creación de la Secretaría de Turismo, con el propósito de fortalecer esta industria, han sido oportunos. No se puede negar que el alcalde no deja de trabajar. El primer año se dedicó a poner la casa en orden; ahora le toca convertir a Cartagena en una ciudad con una infraestructura que permita atraer inversiones y mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.

Es necesaria una sede dinámica y moderna para la alcaldía, el traslado del mercado de Bazurto, la ampliación de la vía 90 a doble calzada, la ampliación de la vía perimetral, la creación de una Universidad Distrital que permita la profesionalización de los jóvenes con escasos recursos, la construcción de la cárcel de mujeres, y desarrollar obras de urbanismo, acueducto y alcantarillado que permitan urbanizar la zona norte (bayunca, pontezuela, arroyo grande)

Para esto se necesitan muchos recursos; mientras tanto, se deben optimizar los existentes. Si el Concejo de la ciudad aprobó un empréstito de 1.5 billones, no me parece sensato gastar de manera exagerada en fiestas, conciertos, fútbol, ni en la iluminación navideña, los gastos para actividades lúdicas y de esparcimiento deben ser moderados. ¿A cuantos jóvenes se les puede pagar el semestre de la universidad con catorce mil millones de pesos?

Hay que pagar las deudas que la ciudad adquiera. Todos los eventos que se han realizado divierten a la gente, pero son de corta duración, gastos superfluos.

Primero se debe actuar con austeridad y buscar el desarrollo sostenible para que la ciudad multiplique sus ingresos, evitando que los años de abandono, pobreza y miseria que casi destruyeron a Cartagena se repitan a futuro.

Apoyo total a la gestión del señor alcalde, pero se debe tener cuidado con los gastos innecesarios. Debiendo dinero y gastando no me parece correcto, aunque el pueblo esté feliz.


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