Los bienes de interés cultural son bienes de todos.


Por mandato constitucional el patrimonio cultural de la Nación está bajo la protección del estado, conforme lo establece el artículo 72 de la carta magna colombiana: “El patrimonio cultural de la Nación está bajo la protección del Estado. El patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la Nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles. La ley establecerá los mecanismos para readquirirlos cuando se encuentren en manos de particulares y reglamentará los derechos especiales que pudieran tener los grupos étnicos asentados en territorios de riqueza arqueológica.”

La ley ha establecido un régimen especial para la administración, el cuidado, la conservación de los bienes declarados como bienes de interés cultural (BIC). Por su importancia cultural y patrimonial, la responsabilidad ha sido atribuida a una entidad de orden nacional, quedando en cabeza del Ministerio de la Cultura, las Artes y los Saberes.

No obstante, a los mandatos constitucionales y legales, el ministerio de cultura, las artes y los saberes, ha delegado, en algunos casos, la administración y cuidado de ciertos bienes de interés cultural a terceros, como ocurre en el distrito turístico y cultural Cartagena de indias, con algunos baluartes y fortificaciones, cuyo aprovechamiento y beneficio debe de tener como único fin, obtener recursos para la conservación y mantenimiento de los mismos bienes.

La incapacidad del ministerio de cultura, de las artes y los saberes, para cumplir la función que por ministerio de la ley le fue asignada, tiene en peligro importantes bienes de interés cultural catalogados como patrimonio histórico y cultural de la humanidad. Razón suficiente para que se llame la atención del gobierno nacional y de organismos internacionales como la UNESCO, para que realicen un inventario y determinen el estado actual de estos bienes, permitiendo iniciar los planes de acción para conservar de la mejor manera este legado histórico, arquitectónico y cultural de los cartageneros, de los colombianos y de la humanidad.

Con este escrito, quiero invitar a los lectores a reflexionar sobre la importancia que se le debe dar al patrimonio cultural e histórico, no podemos permitir que la mezcla de negligencia, descuido y posiblemente corrupción, permitan que una riqueza cultural se deteriore sin justificación alguna, todos los colombianos tenemos la responsabilidad de participar en el control político, social  y mas cuando se trate de conservar los recursos culturales  que nos pertenecen como un legado,  que solo ha sido otorgado a sociedades privilegiadas. Los bienes de interés cultural son bienes de todos.


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