Execrable y descarada la aprobación de un impuesto para la seguridad que impusieron mediante ordenanza los (hp) honorables personajes diputados de la asamblea de Bolívar y fue sancionada por el actual gobernador, tributo que la mayoría de habitantes del distrito de Cartagena y de los municipios de Bolívar tendremos que asumir a partir de la próxima facturación por consumo de energía. La pobreza, miseria, inseguridad, hambruna, prostitución, no parecen ser suficiente motivos y argumentos para oprimir a un pueblo ignorante y subyugado por la malditidad, la avaricia y la ambición de quienes se proclama lideres y defensores pseudopolíticos, cuyo objetivo principal es obtener riquezas a cambio de la pobreza de quienes los elige.
Con argumentos como mejorar la seguridad nos quieren meter la mano al bolsillo y recaudar miles de millones, sin tener en cuenta que donde roban, la plata no alcanza.
Como prueba de lo que afirmo, basta tomarse el trabajo de revisar todos los contratos de ejecución de obras que ha realizado la gobernación, incluyendo la remodelación de la plaza de Bolívar y hacer un análisis de los costos de lo pagado y de la obra recibida. Precisamente hace unas horas mientras caminaba por la emblemática plaza de la proclamación y el parque de Bolívar pude observar el resultado de la intervención, piletas o fuentes de agua que no funcionan y una precaria vegetación en muy mal estado, si se tiene en cuenta la cuantiosa y millonaria inversión frente al resultado final, ¡nos tumbaron!
Señor presidente, señores diputados, señor gobernador, señor contralor de la República, señores congresistas y ciudadanía en general, si se hace una auditoría exhaustiva a las rentas del departamento se darán cuenta que la plata no alcanza y no es precisamente por falta de impuestos es por exceso de robo, dilapidación y malversación de los fondos.
El control al recaudo y al gasto público existente debe ser la prioridad de quien ocupe el cargo de gobernador, la única forma de hacer obras y de optimizar los recursos es no dilapidándolos, no hay dinero que alcance cuando se lo roban, lo malgastan o lo derrochan.
Señores diputados, es un gran descaro de su parte pretender imponer un nuevo tributo, si lo que necesitamos es un control público y social al gasto y a la ejecución del presupuesto del departamento, es más sus nombres deben de quedar gravados en la memoria de los electores porque ustedes no son dignos de volver ser elegido a un cargo de elección popular. Menos impuestos más control.