¡Nido de ratas!


Para el alcalde Mayor de la ciudad de Cartagena, “un nido de ratas”, es el calificativo que mejor describe  a ciertos entes que propiciaron escándalos por corrupción en la ciudad.  Como consecuencia de sus afirmaciones, y al hablar en los mismos términos sobre la Universidad de Cartagena, tuvo que afrontar el amparo constitucional que ordenó un juez de tutela y el poder disciplinario ejercido por la procuraduría. 

En la actualidad, el desaforado alcalde, se ha despachado contra la cúpula del Dadis, dónde seguramente será una vez más, accionado y sujeto de investigación.

El corralito de piedras, la ciudad heroica, fantástica y erótica, ya no asombra por el color de sus calles, murallas y balcones; tampoco por la amabilidad de su gente, la magia de la luna y el sol brillando sobre las aguas del mar Caribe. 

Nuestra querida Cartagena se ha convertido en la ciudad que asombra por los escándalos de corrupción, por el  descuido de sus administradores, por estar empobrecida, insegura, sucia; donde el sexo se compra y se vende con facilidad, la ciudad de los “más vivos”, de las mojarras a dos millones de pesos, de los delincuentes que van detrás de los relojes Rolex, la del alcalde chabacan, la de REFICAR, la del iron man, el reinado, las fragatas y ahora, para William Dau,  la del nido de ratas…


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