Cartagena, la maravillosa, cálida y hermosa ciudad que todos amamos, y que quienes la visitan anhelan regresar, está atravesando un momento difícil. Cada vez más, la delincuencia gana terreno.
La inseguridad y los homicidios han aumentado de manera alarmante, y hay miedo en las calles de los barrios donde sus habitantes comentan que “el plomo está bajito”.
La presencia de las autoridades es escasa; el plan titán ha resultado ser uno de los mayores fracasos de la administración, y Distriseguridad solo se enfoca en el centro y Bocagrande.
Barrios como Olaya, Henequén y El Bosque, la zona sur oriental, parecen estar fuera del radar de Distriseguridad y del plan titán.
Quizás al comandante de la policía metropolitana le ha quedado grande la tarea, o no cuenta con el valor ni los recursos necesarios para enfrentar la delincuencia que se adueña de la ciudad. ¡Los hechos lo demuestran!
El alcalde ha realizado muchas acciones positivas por Cartagena, ha ganado la guerra frontal contra los huecos, ha recuperado muchos escenarios deportivos, pero en lo que respecta a garantizar la seguridad de los ciudadanos, no ha encontrado a la persona adecuada. Que Dios nos proteja y que pronto llegue el funcionario o el comandante que apoye al alcalde y que restablezca el orden y control en la ciudad porque la delincuencia ha ganado mucho terreno.