¡Un hombre de Talante...!


Este es el relato de un gobernante 

Que el poder lo ha convertido en hombre de gran talante. 

Salió de su pueblo muy teso y muy majo; 

Haciendo una carrera política del carajo. 

Fue gobernador y ahora es alcalde; 

Él mismo se cree que es imparable. 

Han pasado los meses y el poder lo embriaga, 

Hasta de guerra entre turcos en las esquinas se habla.

Borracho de riqueza en líos se va a meter, si no ajusta su proceder.   

¡Yo soy el que manda! 

vocifera el gobernante: 

Sus funcionarios aplauden: 

“¡Qué bajito, pero, ¡qué grande!” 

Visita las obras con casco en mano,

fotos se tomaba cuando casi es aplastado,

por una paredilla en muy mal estado, 

que tiró la maquinaria que había contratado.

   

Suenan los escándalos de sus alcaldes menores 

que siguen el ejemplo de sus maestres mayores.

Con eventos y camisetas apoyando el deporte, 

La cuadrilla del alcalde es su soporte.

A los concejales ha conquistado,

Y ninguno de sus proyectos ha sido negado.

Todas estas cosas pasan en Dumecklandia, 

La ciudad imperio donde el gobernante manda. 

¡Que robe, pero que haga! dice la gente; 

¡Tumbó el Acuarela y desobedeció al presidente! 

¿Es nuestro alcalde el más popular? 

Según las encuestas se ubica en primer lugar.

Que tenga cuidado y dios lo proteja; 

Que de tanto poder no se le corra la teja.

Que siga gobernando, 

que siga pavimentando;

que con tantos contratos

los arreglos salgan baratos.

Que nos defienda de afinia con sus altas tarifas 

Que cuando lea este escrito en lugar de rabia ¡suelte una sonrisa! 

Cartagena merece un buen gobernante, 

Que la saque de la pobreza y la eche pa´ lante.

Ya lo elegimos y está gobernando,

Démosle tiempo y apoyo total,

que hasta el momento no lo está haciendo mal.