¿Qué pasará con el alma de las personas que son buenas y no entren al arca?


 

¿Qué pasará con el alma de las personas que son buenas y no entren al arca?

Por René Arrieta Pérez y José Vicente Arias Rincón

A raíz de una serie de preguntas que nos plantea una fiel lectora de nuestros artículos surge este texto. Le respondemos.

Las preguntas que nos fueron remitidas son las siguientes:

-¿Qué pasará con el alma de las personas que son buenas y de las personas malas que no entren al arca, a dónde irán?

-Si las personas han estado varias veces en el plano de la vida física, ¿lograrán recordar todas sus vidas o solo esta última?

-¿Los jueces supremos juzgan por todas las vidas o solo por esta última?

-Con las preguntas también nos remite tres series de números con los que soñó (229, 889 y 445).

Le respondemos e incluimos un amplio contexto que ilustra bien dicho tema.

Hemos de empezar diciendo que a todas estas inquietudes, desde el mundo espiritual, con los números que le revelaron en un sueño le dieron la respuesta. Y la revelación se la hizo un ángel por orden de Dios.

Ella no entendió, porque el mensaje es altamente críptico, pero el propósito de ese cifrado tenía el objetivo de que su inquietud la llevara a plantearnos las preguntas y así fueran respondidas y matizadas por nosotros.

El lenguaje de los sueños es arquetípico, y si las personas no conocen ese lenguaje les resulta complicado entender lo soñado. Muchas veces las escenas o imágenes pueden ser explícitas, reales y sugerentes; pero otras veces pueden estar mediadas por símbolos. Las imágenes pueden, igualmente, ser polivalentes. De igual forma, una palabra puede aludir a una sola situación, o por lo contrario, su hermetismo puede contener, incluso, un breve discurso acerca de una temática determinada. Los números pueden ser la simple referencia de una pista o pueden estar hablando el lenguaje teosófico de Dios, en el que es indispensable tener conocimiento cabalístico para interpretarlos. De los números devienen los pensamientos y los actos de Dios; sobre ellos y sobre la precisión y la simetría geométrica se configura su creación, sus cálculos de proyección, entre otras muchas cosas. Esa es su lengua principal. Y si se sabe de arquetipos y se sabe de cábala, aun así, ese basamento no siempre bastaría para la interpretación de todas las situaciones reveladas en un sueño.  Pese a toda la instrumentación que hay que tener para la interpretación de un sueño, en el mundo espiritual se conocen las limitaciones de los seres humanos en este aspecto, y en la mayoría de las ocasiones se valen de lo sugerente del lenguaje para hacer llegar la información, y para que, a su vez, sean captados, y todavía así, pese a su simplicidad, se escapan a la interpretación de la mayoría de las personas, porque su pensamiento y su configuración energética o la frecuencia en la que vibran no les permite tomar las escenas, imágenes o mensajes, retenerlos y tratar de darles una simple explicación (la intuición les ayudaría). En cuanto más despierta y espiritual sea una persona más facilidades va a tener para, por lo menos, recoger lo sugerente y quedarse con ello para su provecho, dado que en los sueños se reciben mensajes para ayudar, advertir, alertar a las personas de lo que ocurrió en el pasado o les avisan de la relación que tiene una realidad o situación ocurrida en el pasado con el presente, lo que sigue vigente o lo que se proyecta en el futuro. Todo lo cual puede ser clarificado en sueños. También puede, y ocurre muchas veces, que en un sueño se le informe a una persona que está siendo víctima de brujería y magia negra. Sucede cuando a la persona la persiguen en el mundo onírico para matarla, o le propinan puñaladas o tiros, o se cae en aguas sucias o excrementos, o viva escenas en que la persona misma se vea sin dientes (es muerte), etc. Esas alarmas deben servir para que se tome la determinación de buscar ayuda, no con brujas o brujos, sino con quienes saben y conocen y puedan ayudar.

La cuestión es muy amplia, pero creemos que con esta sucinta explicación basta. En el Primer sello del apocalipsis. La brujería: un pacto con el demonio y grave ofensa a Dios tratamos de las muchas dimensiones que puede tener un sueño.

Después de advertir sobre el lenguaje de los sueños, entremos a las inquietudes planteadas que suscitan este artículo.

 

Primera inquietud

Preocupada por su familia, especialmente, la lectora nos plantea la primera inquietud.

-¿Qué pasará con el alma de las personas que son buenas y de las personas malas que no entren al arca, a dónde irán?

Primeramente, las personas malas no entrarán al arca. Y sus almas después de la hecatombe del fin de los tiempos serán condenadas por el tribunal de justicia divina y bajarán al Infierno. Y no todas las personas buenas entrarán. Solamente entrará al arca gente de elevación espiritual. Puesto que es exigencia de Dios que en estos tiempos se tenga esa particularidad, porque a la tierra se vino a evolucionar espiritualmente después de la expulsión del Edén, y si no se tiene ese estatus, sencillamente nadie puede aspirar a estar en el arca. Hay personas muy buenas y nobles, pero no tienen consigo el nivel de espiritualidad que le concede dignidad ante Dios. Ese requisito es sine qua non.

 

La narrativa de esta verdad está en Apocalipsis 21 y 22, en todos los versículos. Resaltamos algunos.

En el versículo 21: 9, que hace referencia a la nueva Jerusalén, la ciudad santa, los elegidos para entrar al arca, que no es la ciudad del actual Israel ni son sus habitantes como hemos reiterado en varios textos. Juan dice:

Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras y habló conmigo, diciendo: ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del cordero”.

Juan habla de los siete ángeles. Esos ángeles, referenciados son los siete hijos de Dios. De ellos solamente 3 cumplen misión en el fin de los tiempos: Era (José Vicente Arias), Ramiac (René Arrieta), los dos testigos del apocalipsis, y Jesús de Nazaret. Los tres conforman el tribunal del Juicio Final, en donde Jesús es el juez y nosotros testigos y fiscales. Este tribunal y su procedimiento, lo explicaremos en otro artículo. Es un tribunal distinto al de la Justicia divina. Sobre las siete copas a las que aluden las escrituras indican una asociación con los fenómenos del fin de los tiempos, y no es que nosotros desatemos plagas y males. Esa potestad sola y enteramente la tiene la Tierra misma, su elemental, que en cumplimiento de la ley de causa y efecto, cobra a la humanidad, y lo hará en adelante, por todos los males que se le ha infligido a la naturaleza de manera despiadada e irracional y son causa determinante del actual desequilibrio del planeta, con la consecuencia última del desbalance de su eje de rotación, que por ser la Tierra una balanza de agua, en el momento crítico del fenómeno, invertirá sus polos geográficos. Eso lo hemos explicado en el artículo científico. Es lo que sucederá en el año 2052.

La esposa del cordero es la esposa simbólica de Jesús, la ciudad santa, Israel, la humanidad fiel a su palabra y su ejemplo, que se conserva pura, digna y son quienes disfrutarán de su promesa (los que lo verán cuando ya estén en el arca) y el hijo de Dios les dirá: “les prometí que estaría en el fin de los tiempos con ustedes y aquí estoy”.

¿Ustedes se imaginan la devoción de esa comunidad de personas que seguían y eran fieles a Jesús, quien les prometía salvación? Si toda esa devoción en dichas personas –que rodeaban a Jesús en aquella época– estuviera vertida en la humanidad actual, esta toda contara con altura espiritual y, asimismo, esa característica le diera dignidad, y todos serían salvos. Sí, hay millones de personas buenas y nobles, pero ¿están siguiendo ese hilo de espiritualidad y devoción? No. actualmente la condición espiritual denota candidez y muchas veces genera burlas por los sedicentes racionales, algunos académicos, otros científicos y, ya casi que, por el común de la gente. Y no estamos hablando de religiosidad (en efecto se asocia espiritualidad a religiosidad, pero debiera establecerse las diferencias), sobre todo porque esos cultos, ritualística y formalidades no interesan a Dios. Mucha gente, millones de personas que aterrizan o laten en el seno de las religiones están equivocadas. El asunto no es por ahí, ni es cuestión de gregarismo, es individual, se trata de comunicación directa con Dios. Por eso los siete sellos que romperemos (publicaremos) son un manual para dicho procedimiento (el de situarse en el camino correcto hacia la luz de Dios). Entonces, el seguir esa guía les permitirá estar cerca y en disposición del plan de su creador, muy expectantes y conscientes de los signos de estos tiempos, que marcan profundamente el acontecer presente –en otras palabras, el fin de los tiempos es un hecho trascendental para Dios– y si no se le presta atención a lo que tiene trascendencia para el Padre Creador, Dios tampoco otorgará pase de entrada a quienes no tengan esa consideración para con Él. O sea, o se es altamente espiritual o no habrá entrada al arca.

Apocalipsis 21: 15, 16, 17.

Dice:

El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

La ciudad se hallaba establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad, con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.

Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

Los que medimos a la humanidad somos nosotros (en representación de Dios, nuestro Padre), los dos testigos, y mi hermano Era (José Vicente), en esta referencia es el que lleva a cabo la medida, y yo le sigo, y también mido. Se mide a la gente, pero son pocos los que tienen la medida perfecta, esos son los que habitarán la ciudad santa, ningún otro. En principio, la base de esa medida son los sellados, que son quienes como parte de la humanidad tienen esa medida a precisión (los 144.000 sellados son las 144.000 personas, hombres y mujeres que Dios creó y puso en el Paraíso, que nunca pecaron. 144 tiene reducción teosófica en 9, número que simboliza el fin, lo que indica en ellos su vinculación y desempeño en el final de los tiempos). Aunque son la base de la proyección de la cifra de personas que entrarán al arca, no serán los únicos que entren. Su descendencia en el Paraíso, de distintas generaciones, que no pecaron o los que pecaron, pero que en las distintas vidas después de la expulsión del Edén han seguido evolucionando espiritualmente y se han preservado con pureza y dignidad, hasta esta última reencarnación, en estos tiempos del fin, tendrán pase de entrada al arca.

El símil de la medida, doce mil estadios (12. 000, reducción teosófica 3), quiere decir que eso tal cual será manifiesto. Disfrutarán por estar invitados al arca.

Y fíjense que el pasaje señala: La ciudad se hallaba establecida en cuadro. La figura geométrica cuadrada es significativa de estabilidad, de sostén y basamento.

¿En qué sentido medimos? La divulgación del plan de Dios que nosotros efectuamos, lo publicado, debiera tener eco enorme en la sociedad y hacer de revulsivo para que la gente reaccione y se preocupe por los designios de Dios que entregamos. El efecto se ejerce, ahora, en un porcentaje de la población muy reducido, lo que indica que la sociedad misma se está excluyendo del proceso de selección.

De otro lado, los malos también tienen su oportunidad, en caso de profundo arrepentimiento ante los ojos de Dios y el consiguiente cambio en sus vidas, que agrade al Señor, su Dios. Así esta franja de sociedad también sería tenida en cuenta, acordaos que Dios es amor y misericordia, y en esto aplicaría perfectamente. No como piensan los facilistas, que según ellos, porque Dios es amor, misericordia y perdón, por esa sencilla razón ya todos están perdonados, sin que se haga el esfuerzo debido y los méritos necesarios. ¡Por favor!

Todos los días vemos y escuchamos a gente diciendo eso, pensando eso, esperando eso, y en el mundo de las redes sociales, muchos citan pasajes de la Biblia referentes a la promesa de redención, y todos, alegremente, dicen o escriben: amen, amén, y ya se creen salvos. ¡No, señoras y señores! La exigencia para que la sociedad, el hombre, haga lo correcto es lo que debe ser, de forma edificante; con sacrificios y méritos es que se ganan las cosas. El facilismo es para estultos o avivatos, las mafias y criminales, que quieren el dinero y todo fácil, o para los mediocres, que quieren los premios sin ganárselos, sin sacrificio, disciplina y entrega, sin pagarlos.

Y también indica el pasaje: Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

Esto señala condición de fortaleza para mantenerse indemnes ante la corrupción del mundo, con fuerza de muro, medida de su gente santa y angélica, futura ciudad celestial, los 144. 000, hechos con justeza tal como los concibió Dios, que tienen medida, configuración de hombres de verdad, no son sombras, ni caricaturas de hombres, ni esperpentos, ni zombis, ni homúnculos, ni femínculas; son hombres y mujeres, fieles a la imagen y semejanza que su Creador les dio, la suya. Medida de hombre, de ángel, que recuerda: ‘como es arriba es abajo’, debiera ser.

Aunque la gente buena y noble que no entre al arca no es porque su configuración energética sea parecida a esperpentos, homúnculos o zombis, no; no entrará por su falta de altísima espiritualidad. Esa descripción analógica y de similitud, aunque severa, es real en la gente mala. Existe un artículo en el blog que establece las categorías en las que actualmente se divide la humanidad, y menciona los porcentajes de tal división. Pueden consultarlo.

Porcentaje de homúnculos. Link.

https://www.eluniversal.com.co/blogs/es/parmenidea/los-homunculos-habitan-en-el-interior-del-70-de-la-humanidad

Porcentaje de humanidad tallo, capullo y rosa. Link.

https://www.eluniversal.com.co/blogs/es/parmenidea/el-30-de-la-humanidad-es-tallo-capullo-y-rosa

 

Ya dimos las razones de porqué muchas personas buenas no entrarán al arca. Ahora diremos a dónde van sus almas, pregunta que recuerda una vieja inquietud popular, reverberante interrogación: “A dónde van los muertos, quién sabe a dónde van”.

Inmediatamente, los que se queden y vivan la experiencia del horror, la angustia, el caos, el sufrimiento del fin, en la tierra, por no haber sido rescatados, posteriormente sus almas suben al tribunal de Justicia de Dios, en el mundo espiritual, y allí los jueces del Tribunal, que son 42 más el juez jefe, que es Anubis, ellos, que representan la justicia de Dios, decidirán para ese conglomerado de almas la obligación de bajar a las mazmorras del infierno y conocerlo, luego subirán y serán absueltas, y se integrarán a la ciudad santa, al pueblo de Dios, a los que habitarán el Paraíso. Ese será el precio que paguen por no tener en estos momentos del fin las credenciales que los acredite como seres de alta espiritualidad.

Contrariamente, las almas de las personas malas serán juzgadas y condenadas en el Tribunal de Justicia a bajar a las mazmorras del Infierno, pagar por los males que hicieron a su prójimo y posteriormente serán desintegradas (lo que la Biblia llama muerte segunda, Apocalipsis 2:11; 20:6). Lo que habitualmente se llama muerte no es más que la transición al mundo espiritual que experimentan los fallecidos, sus almas, en el acto de desencarnar. Solamente muere el cuerpo físico, no el alma, el cuerpo físico queda descomponiéndose en la tierra –y el alma de ese hombre o mujer desde el mundo espiritual volverá a la tierra–, porque como advierte el principio de Dios, el Creador: ‘polvo eres y en polvo te convertirás’. Lo cual es un ciclo: muerte del cuerpo y retorno del alma. La segunda muerte, por lo tanto, es la desintegración del ser que paga condena en las mazmorras del Infierno, que no tendrá ni segunda ni más oportunidad sobre la tierra.

Hay que advertirles a todos que Dios no impone los castigos del Infierno. Esos castigos que existen allí lo establecen los demonios, y estos son productos de la energía de maldad que ha generado el hombre. Esa energía que libera el hombre y crea los demonios se le torna en contra. Dios no creó al demonio, fue el hombre quien le dio vida. Lo que ocurre realmente es que los hombres con su maldad, se autocastigan, con efecto a posteriori. Lo que sí estableció Dios son las leyes del universo, y entre estas está la de causa y efecto, y cuando el hombre viola esta ley, se somete a ella. El tribunal lo que hace es fallar en contra de la admisión de las almas malas al reino de Dios. Y, por consiguiente, estas deben bajar a cumplir la ley. En el Segundo sello del apocalipsis ilustramos con detalle ese tema, que es muy amplio.

De otro lado, el Tribunal de la justicia de Dios no es el mismo que establece el veredicto del Juicio Final (año 2043), ese Juicio es aquí en la Tierra, en donde el juez es Jesús, y nosotros los dos testigos seremos fiscales acusadores. Ese tribunal y su juicio lo explicaremos en un próximo artículo.

 

Segunda inquietud

-Si las personas han estado varias veces en el plano de la vida física, ¿lograrán recordar todas sus vidas o solo esta última?

El cuerpo físico que viste a las personas en el plano material actúa como cápsula. Y adicionalmente la estadía en el plano físico tiene una densidad pesada y no permite con facilidad ese conocimiento, pero este sí se logra con ejercicios espirituales, de ahí la importancia de lo espiritual: mantiene la conexión. Esos ejercicios los entregamos en el Primer sello del apocalipsis.

En el cielo, mundo espiritual, mundo cuántico, o cuarta dimensión, que es lo mismo, las almas son configuración energética. Y los seres humanos después de muertos, ya en el plano espiritual, como almas, si recuerdan quiénes son y las vidas que han tenido en distintas reencarnaciones, deberían hacerlo, y si no las recuerdan, porque se han sumergido en lo material, y se volvieron pesadas como el plomo, el tribunal les pasa la película de sus vidas.

De otro lado, la filosofía se hace tres grandes preguntas, entre muchas: quiénes somos, de dónde venimos y para dónde vamos, que al parecer se banalizaron, y las doctrinas filosóficas explican otra cosa, tal vez la parte más exotérica, y no a lo que realmente apuntan. Aportaron mucho en respuesta a esos interrogantes Sócrates, de quien el oráculo de Delfos decía que era el más sabio, sí, el que más lucidamente respondía las interrogaciones. Kant, también reformularía las preguntas en la filosofía, en fin.

Quién soy, en efecto, debe explicar al hombre; qué soy ahora y cómo funciono y qué relación tengo con el universo; sin olvidar nunca su faceta espiritual. De dónde vengo, que alude a la fuente, al hombre como ser emanado de Dios. Y para dónde voy, en esencia, se refiere a la evolución del hombre como ser espiritual en el cosmos.

Si el ser humano se hubiese ceñido a esa espina dorsal de la filosofía, que debió guiar el proceso del hombre en la tierra, de seguro la humanidad fuera diferente y viviera en una condición deseable. Y toda la sociedad tuviera conexión con la fuente de donde emana.

De igual manera, si las religiones hubiesen cumplido su papel de elevar al ser a un estado moral y espiritual ideales, otra fuera la historia. No lo hicieron, y ustedes saben realmente en qué se convirtieron y qué son hoy.

 

Tercera inquietud

-¿Los jueces supremos juzgan por todas las vidas o solo por esta última?

Juzgan la vida presente. Los errores de vidas pasadas generaron karma para la presente vida, y lo que debe hacer o debía hacer el ser humano en esta situación es pasar la prueba kármica, lo que desde luego permite evolucionar. Se aprende la lección a nivel de consciencia y esta se eleva, lo que genera un ser superior al que se era. Si no se supera la prueba del karma la persona queda en el círculo de la recurrencia y así comete el mismo o los mismos errores que le causaron karma y, por consiguiente, lo que sucede es una involución, la conciencia se apega a la vida material y así la persona, el ser, vaga como sonámbulo en tinieblas. Es lo que ha sucedido con la humanidad: en este momento, involutiva. De esa manera se pierde la verdadera patria, que es el cielo, la eternidad.

 

Los números que le revelaron a nuestra lectora en un sueño

La serie de números que le muestran en sueño no son otra cosa que la respuesta que Dios da a nuestra lectora, que resuelve sus inquietudes, y le revelan exactamente lo que va a ocurrir.

292 (2+9+2= 13= 4). El cuatro es soporte, basamento. Por lo que es la base de la que parte Dios. Si la humanidad no cumplió, entonces, tiene que asumir las consecuencias, y que de acuerdo a la premisa que Él plantea cuando sus hijos le cumplieron, que reza: “Si mis hijos hechos hombres me cumplieron, todos lo deben hacer”. Lo que indica que en ningún instante se perdieron la pureza y la conexión a la fuente. Esa es la base, la consideración de la que parte el proceso del fin de los tiempos. En el artículo inmediatamente anterior, en este blog, se explica ampliamente esta premisa.          

889 (8+8+9= 25= 7). El siete es decisión, proyección de lo que el Señor del universo ha concebido, número mágico en la realización de su obra, e indicativo de lo que sigue, el descanso. Por lo tanto, en el mensaje el 7 simboliza su decisión, la certeza del cumplimiento de su premisa. El proceso por el que debe pasar la humanidad: prueba y superación, que culmina con el fin de los tiempos, que acaba con la maldad de la humanidad, y en el que también desaparece el demonio (la energía de maldad humana, generadora de demonios), así el proceso se constituye en una asepsia para la raza, en la que esta se decanta, y esa nueva condición trae a Dios descanso y paz. Pues, desde que el hombre le falló no ha tenido sosiego y paz completos.

445 (4+4= 8+5= 13= 4). Este cuatro se constituye en una nueva base para plasmar la decisión de revisar los casos de las personas buenas que no entren al arca, que se queden en el planeta y vivan la gran lección de la madre Tierra. Si observan, la sumatoria deriva en un 8, que simboliza prueba, más el 5, que simboliza al hombre. El 1 representa a Dios, el 3, lo que manifestará. Toda esa analítica numérica se traduce en un compromiso de Dios de revisar el caso particular de cada persona, (de su alma ya desencarnada) en el Tribunal de Justicia en el mundo espiritual. Pero antes de que Dios revise todos los casos, las almas de las personas tendrán que pasear por las mazmorras del Infierno para conocerlas; así les quedará una marca indeleble en su ser para que nunca más le vuelvan a fallar a su Creador ni olvidar la importancia de lo espiritual, que es el fundamento del ser. El estar dormidos, sin la conexión a su fuente, determina para estas personas esa dura prueba que deben asumir. El que sea bueno y noble, y no tenga deuda que pagarle a la justicia divina que no ponga en duda la certeza de que a pesar de lo que afronten, el amor de Dios no los abandonará jamás.

A nuestra lectora, en el sueño le respondieron sus inquietudes con cábala. Le mostraron la disposición teosófica o los designios de Dios, velados con números, lo cual tenía, a la vez, el propósito de que acudiera a nosotros para que le tradujéramos el mensaje. Dios obra a través de los números; todos sus pensamientos, decretos y actos se representan con números.

Invitamos a los lectores a leer los artículos anteriores para que se hagan una amplia idea de la temática del fin. De igual manera, a leer los próximos artículos, donde estaremos entregando valiosa información.

 

Crédito imagen: Wikipedia.                                                        

 

Nota de advertencia

Todos nuestros artículos en el que Dios Padre envíe mensajes a la humanidad a través de sus dos testigos, tendrán esta advertencia, y el costo personal y familiar por violarla puede ser muy alto.

Quien no esté en capacidad de ver en el mundo espiritual y de comprobar o no lo que decimos, mejor que permanezca en silencio, reflexione y le deje todo juicio al tiempo, que no haga ningún comentario en contra, no sea que por hacerle pulso al mensaje de Dios sea blanco de su ira.

Y tal como dice Borges, en un pasaje del Aleph, “Claro está que si no lo ves, tu incapacidad no invalida mi testimonio”.

Toda persona que ataque la palabra de Dios en boca de sus dos ungidos, de los dos testigos del apocalipsis, se vincula a que la severidad de la ley divina lo castigue con tragedia y muerte, y con juicio sumario lo hagan descender a las mazmorras del Infierno. De forma idéntica a como cuando la autoridad policial captura a un delincuente, a un infractor de la ley, que los lectores consideren la debida advertencia, que reza: “Todo lo que usted diga podrá ser usado en su contra”. La ley se cumplirá de forma implacable. Ya llegó el momento, en consideración de la jerarquía celestial, que no se puede dejar pasar ningún tipo de faltas, y mucho menos afrentas e insultos al ejercicio de la autoridad de Dios y de sus plenipotenciarios aquí en la Tierra, en este periodo del fin de los tiempos.

Una persona, por desatender la advertencia y por desatarse en improperios contra nosotros y el mensaje de Dios ya fue castigada.


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