Ya es tarde para el hombre


Ya es tarde para el hombre

Por René Arrieta Pérez

‘Ya es tarde para el hombre’, frase concisa y rotunda sobre la realidad del fin que el ser humano apenas empieza a vislumbrar. Además, se convirtió, en casi todos mis artículos publicados, en una especie de fusta siseante y de advertencia todos estos años (14, ya), desde que Dios, mi Padre, me encomendó la misión de testigo del fin de los tiempos y divulgador de toda la información que Él envía a través de mis artículos y de la escritura de los siete sellos del apocalipsis que suscribe Él mismo y que yo divulgo.

Cuando redactaba información sobre el tema de la brujería (manipulación de las fuerzas de la naturaleza por personas inescrupulosas, que ponen al servicio del mal y para hacer daño al prójimo algo absolutamente prohibido por las leyes divinas), y aunque el libro lo había estructurado en distintos capítulos sobre el tema, la parte final la había dejado para tratar el apocalipsis, porque establecía algunas relaciones entre las dos temáticas y mi intuición lo acataba como un imperativo. Fue entonces cuando el arcángel Gabriel me reveló qué era exactamente lo que estaba redactando. 

La revelación fue esta:

En la puerta de un auditorio de la Universidad de Cartagena, con aforo lleno, aparezco junto con el otro testigo, José Vicente Arias. Dentro de la sala, en el atril, estaban los organizadores del evento. Entramos. Ellos se retiran, diciéndose entre sí, “ya llegaron los que son”, y nos dejan al frente del público. En ese momento aparece el arcángel Gabriel. Se sitúa a nuestro lado, y nos dice: “La muerte va tocando a la humanidad, se rompe el primer sello del apocalipsis”. 

Así vio la luz el Primer sello del apocalipsis: la brujería un pacto con el demonio y grave ofensa a Dios. Y ya corría el reloj de la cuenta regresiva.

Ese anuncio que nos envió nuestro Padre Celestial indicaba dos cosas: la primera, el nombre que correspondía al primer tomo de los libros en los que se difundirían los contenidos de la misión, cifrados en la entrega de la información a través de los siete sellos del apocalipsis y de artículos sobre el tema; la segunda, que el tiempo del hombre (de la humanidad) se agotaba, así lo indicaba también nuestra presencia en la tierra, y, para ese entonces, el momento justo en el que debía iniciar la misión. 

Debo advertir, asimismo, lo siguiente, que hasta el momento preciso de publicación de un artículo lo decide Dios. Yo solo obedezco.

De otro lado, y para situarnos en un marco histórico sobre el particular, sin discusión, el gran referente de la profecía del final está en las Sagradas Escrituras.

En el Nuevo Testamento se advirtió que todo sería sorpresa y ese conocimiento no lo sabría nadie, ni siquiera Jesús, hijo de Dios. Era discrecionalidad absoluta del Padre. Igualmente, se precisa que todos debían estar preparados, o sea, evolucionados, fieles a los mandatos de Dios, con fe inquebrantable, con pureza de corazón y atentos y a la expectativa de las señales que indicarían el momento de la postrimería del fin, acerca de las cuales también se advirtió en el Antiguo Testamento, en donde lo anunciaron Daniel, y otros profetas. * 

Bien, en ese momento de revelación, de anuncio del arcángel Gabriel, tuve la absoluta certeza sobre la inminencia del fin, y una paz, una luz, una especie liberación confluyeron en mi interior. Había descubierto el propósito de mi existencia en esta vida, la cual indagué, perseguí por medio de mis oficios, profesión, viajes y andaduras en distintos ámbitos (estudios, periodismo, docencia, escritura, iniciaciones, despertar de mi conciencia y facultades con entrega y dedicación rigurosa, con disciplina espartana durante muchos años, etc.).

Y así, después de ese momento hasta ahora, es Dios, mi Padre en persona, quien me ha revelado centenares de aspectos que debo tratar, indicándome temas, en los que por lo general me manda: “levántate y escribe” e incluso, su voz solamente, en muchas ocasiones me repite una palabra decenas de veces, lo que me hace dar vueltas y vueltas en la cama, y por lo que le he tenido que decir: “Ya Padre” e irremediablemente obligado me levanto a anotar sus directrices. Todo eso indica, y me lo ha hecho saber, que el tema más importante en su agenda y su preocupación es el final del ciclo (la expulsión del Paraíso, el fin de la quinta raza la apocalíptica, la depuración y continuación de la especie, en fin.

La Tierra y la vida que la habita están al límite entre un tiempo que se acaba y energías que envuelven y agobian

El planeta está envuelto por energías que operan con propósitos específicos que conducen al fin. Ya eso fue tratado en el artículo anterior. Enlace:

[https://blogs.eluniversal.com.co/parmenidea/estamos-18-anos-del-juicio-final-viernes-santo-de-2043-hora-cero]

Entre tanto, hay una carroza que tiene múltiples relaciones con el tiempo del fin, y ellas son: la gente que la embarcará, la expectativa de los pasajeros por el embarque, la premura, la tensión, el tiempo límite y su acoso la escasez de ese tiempo para dedicar a otras cuestiones se hace ostensible lo que se traducen en una condición psicológica notable.

Muchos, millones de seres, sentirán el angustioso deseo de encontrar ese vehículo dispuesto por Dios para que los traslade a zona de resguardo, y será imposible. No habrá forma, se debía estar preparado, así lo indica la parábola de las diez vírgenes. (Mateo 25:1-13). Pero nadie, o casi nadie tuvo en cuenta las advertencias.

En medio de todo este proceso hay una serie de aspectos, y entre ellos, la cuenta regresiva, la cual vengo anunciando desde el momento en que lo indicó el Padre y es el de recordar que el Juicio final se celebrará el viernes santo del año 2043, por lo cual todos los años, en Semana Santa, el jueves, publico la cuenta regresiva. De igual manera, el artículo de fin de año, que anuncia lo previsto en el plan para el año que sigue. Esas fechas ya Él las consagró para sendos propósitos.

Revelaciones sobre la inminencia del fin, características del tiempo

Entrego estas revelaciones empezando por la última, en la que se aprecia la inquietud en el ser debido al cuidado y a la tensión propia de la situación de que, por nada del mundo, por un descuido menor, no nos percatamos, y la carroza arranca sin que estemos a abordo. Por esa determinante razón inicio con la última revelación.

Revelación 1 (abril 21 de 2025) 

La carroza del tiempo

Estoy con mi familia y algunos amigos cercanos debajo de la Torre del Reloj (Cartagena de Indias). Estamos organizados y preparados y a la expectativa de un traslado a otro sitio. En el centro del lugar estaba una mesa dispuesta con porciones de alimento que mi hermana mayor había servido. Cuando ella señala: “las porciones ya están listas”, respondo que ya había tomado la mía. 

Me muevo, estoy atento y miro a todos lados, a los alrededores de la torre. Sé que en medio de todos esos movimientos en el sitio me he cruzado con mi amigo Luis, mi lugarteniente. (Ese mismo que está también en la revelación donde aparece Trump y me pregunta por él, y dice que ya está listo, que si mi amigo ya lo está- en artículo sobre el significado de la alineación planetaria-. Pueden verlo en el blog). En el momento en el que me estoy moviendo, miro a la Plaza de los coches, al final del Portal de los dulces, a unos metros me asalta mi amigo Luis, y me dice: “Vamos, ahí estoy en una carroza. Es la carroza de Zarina, ella la ha pagado”. En mis adentros sé que él no tiene dinero (celestial) y que yo tengo una pequeña reserva conmigo, que le puedo facilitar.

En medio de toda esa situación en la que el tiempo ya no alcanza y es momento de priorizar actividades (las trascendentales, la espiritual, por supuesto, vivo un episodio fugaz, en el que a una amiga le manifiesto que por las correndillas y la prisa no tuve tiempo para renovar unos libros en la biblioteca. Ella me dice como consolándome que no hay problemas, que los podré renovar. Me señala esa posibilidad.

La revelación, grosso modo indica lo siguiente: la expectativa de quienes tienen conciencia de la llegada del vehículo que los trasladará al lugar donde deben llegar, el cierre de las puertas y el arranque hacia el lugar de salvaguarda.

Es parecido a la vivencia del tiempo en los momentos previos a cuando uno va a embarcar en un tren, avión, autobús, que tienen hora precisa de embarque, y si uno se descuida, no está atento en la sala de abordaje, se puede quedar. Y el transporte irremediablemente arrancará sin ti. Los altavoces en la sala lo estuvieron anunciando repetidamente.

El episodio en torno a la posibilidad de seguir leyendo libros se reduce a lo estrictamente personal, es una faena a la que dedico mi tiempo, y como ya las cuestiones referentes al viaje las tengo listas, no habrá problema en dedicarle unas buenas horas a la lectura. Además, es una labor que compagina con mi misión escritural de los siete sellos. Y aunque no hay tiempo para casi nada, si habrá tiempo para eso, que es prioridad implícita en el límite del tiempo del fin.

La simbología, en efecto, es determinante. Torre del reloj: medida del tiempo y arquitectura de vigía. Carroza: vehículo de transporte. Nombre de Zarina: persona de dominio (la Emperatriz) que tiene a cargo el transporte, que decide quien embarca o quien debe pagar su cuota o si corre a su cargo, por x o y razón que le asista. Dinero: dharma, mérito suficiente o sencillamente dinero celestial.

Revelación 2 (noviembre 26 de 2021)

Estoy en un claustro de la Universidad de Salamanca y veo correr a mi tutora

Estoy en un claustro de la Universidad de Salamanca y veo pasar a mi tutora de tesis de un extremo a otro del claustro. El pasillo lo veía al fondo de donde estaba. Yo la miro, ella me mira muy ligeramente, y en cuanto llega al final del pasillo, abre la puerta de una oficina que está allí y entra rápido.

Se me hace curiosa esa escena, puesto que la doctora es muy parsimoniosa, pausada en su vida, en sus movimientos.

Significado.

Ella se entera de toda la información que estoy difundiendo a razón de mi misión del fin de los tiempos, además, ya todo va en un constante y visible deterioro. Considera el hecho una certeza. Ella sabe de mi formación, me admira, me lo hizo saber en el periodo en el que recibí mis cursos doctorales en la Universidad de Salamanca.

La reacción de su carrera muestra su prisa por alcanzar el objetivo de ponerse a tono con lo que Dios quiere de todas las personas. Ella se ve a sí misma y sabe que no hubo, en su vida, momentos de dedicación a la vida espiritual. Sabe que es tiempo perdido y corre para alcanzar a situarse y estar a tono con el momento.

Revelación 3 (octubre 21 de 2021) 

Me muestran el apocalipsis en la ciudad, su inminencia. En esta revelación solo yo veo el fin

Primera escena

Estoy en el centro de Cartagena. Veo los edificios adosados en el Portal de los dulces. En ellos se distinguen edificios restaurados, y otros que están derruidos. Los veo desplomarse.

Segunda escena

Estoy en un paraje lejano, existe una barca, y mucha gente debe pasar a la otra orilla, pero se vuelve imposible. El ambiente es neblinoso, denso y denota la sensación de apocalipsis.

Exactamente significa que la gran mayoría de la sociedad cree que tiene su paso asegurado a la vida eterna, al reino de Dios, y en realidad no lo tienen.

Tercera escena

Existe una bahía, al fondo está un enclave de edificios lujosos, de gente con mucho poder económico.

Yo soy un observador omnisciente, todo lo veo, todo lo oigo, todo lo percibo. Estoy en la orilla y observo con lujo de detalles lo que sucede en ese lugar, en donde existen candelabros de oro y plata, disfrutan banquetes fastuosos, las personas lucen prendas de vestir muy finas. Y todos están en un frenesí, en el deleite de bienes materiales. Desde la orilla lejana percibo diálogos, encuentros, saludos, paseos de un lado a otro en los distintos apartamentos. Existe un ambiente de niebla densa y apocalíptica.

Me percato que nadie en ese lugar tiene la menor idea de lo que se les avecina y circunda todo y sus señales están en el ambiente: la hecatombe que los hundirá, y arrasará ese lugar. Sé que los cogerá desprevenidos, y veo en ese instante de futuro cercano, su destino, su angustia, su tragedia.

Revelación 4 (enero 7 de 2021) 

Veo el fin del ciclo apocalíptico

Veo un ciclo completo de rotación de nuestro planeta. Cuando la Tierra sale de un punto en mi perspectiva de mirada y regresa a ese mismo punto. Se cumple un ciclo. Y exclamo: “se cumple un ciclo”. Lo veo instantáneo, rápido, prácticamente en un abrir y cerrar de ojos. Y se cumple la frase que a menudo pongo en los artículos: “Ya es tarde para el hombre”.

Explicación: lo que veo es exactamente el ciclo del fin de los tiempos. Representa el fin de la humanidad de la quinta raza en la tierra. Ya, ahora, sus últimos años.

Señales del fin

El acontecer diario nos envía señales inequívocas de un deterioro inexorable: un planeta herido de muerte, que acusa visibles e insostenibles desequilibrios, contra el que se ha cometido crímenes imperdonables. Se asiste al dominio de una tecnología que se saldrá de control. En los distintos artículos en los que el tema es la energía, se puede colegir que todo lo que genera el hombre, todo lo que pasa por sus manos sale contaminado, se unta de su energía. Por un lado, aunque haya y se establezcan normativas éticas, será inútil, porque científicos inescrupulosos realizarán ensayos y prácticas prohibidas; por otro lado, la misma energía adquirirá conciencia de maldad y arremeterá contra todo el mundo.

Las guerras en curso y rumores de guerra avalan las profecías. El sentido de autodestrucción sigue con el ser humano. El pasado, los hechos y sus consecuencias, la historia no le ha enseñado absolutamente nada. Todo fue inútil.

Hoy, una persona es buena, en apariencia; mañana se tornará cruel, infame.

Las energías que envuelven la tierra y operan, nos asfixian. Cada vez se percibirá un desasosiego, un desespero, un vacío existencial.

Conclusión

Ya todo acaba, no hay tiempo para nada, ya tarde para el hombre.

El ser humano nunca ha aprendido la lección de sus equívocos, de sus errores, de sus grandes faltas que atentan sin cesar contra la naturaleza, contra su prójimo, contra sí mismo. La ley es infalible y penalizará drásticamente. 

***

*Libros o pasajes bíblicos que aluden a lo apocalíptico, entre otros. 

El Apocalipsis o Revelaciones.

Libro de Daniel.

Zacarías 2. Castigo de Dios y ciudad elegida. Jerusalén es símbolo de ciudad santa y nuevo paraíso. No es el país actual.

1 Tesalonicenses. Arrebatamiento, salvaguarda de la semilla para la próxima raza, la nueva Jerusalén.

Ezequiel 2, 14. Consecuencia de la desobediencia, Noé como símbolo de salvaguarda y preservación, Job como modelo de prueba y rectitud. Noé, Daniel, Job, por justos, salvan a sus hijos de la destrucción.

Lucas 25. Señales en el cielo, vuelta de Jesús, advertencia de Jesús a sus discípulos y a todos a que se debe estar vigilante. Proximidad del nuevo Paraíso

Crédito imagen: imagen generada por IA.

Nota de advertencia

Todos nuestros artículos en el que Dios Padre envíe mensajes a la humanidad a través de sus dos testigos tendrán esta advertencia, y el costo personal y familiar puede ser muy alto:

Quien no esté en capacidad de ver en el mundo espiritual y de comprobar o no lo que decimos, mejor que permanezca en silencio, reflexione y le deje todo juicio al tiempo, que no haga ningún comentario en contra, no sea que por hacerle pulso al mensaje de Dios sea blanco de su ira. Toda persona que ataque la palabra de Dios en boca de sus dos ungidos, de los dos testigos del apocalipsis, se vincula a que la severidad de la ley divina lo castigue con tragedia y muerte, y con juicio sumario lo hagan descender a las mazmorras del Infierno. De forma idéntica a como cuando la autoridad policial captura a un delincuente, a un infractor de la ley, que los lectores consideren la debida advertencia, que reza: “Todo lo que usted diga podrá ser usado en su contra”. La ley se cumplirá de forma implacable. Ya llegó el momento, en consideración de la jerarquía celestial, que no se puede dejar pasar ningún tipo de faltas, y mucho menos afrentas e insultos al ejercicio de la autoridad de Dios y de sus plenipotenciarios aquí en la Tierra, en este periodo del fin de los tiempos


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