Alci y Checo Acosta (Segunda Parte).Del Bolero al Goce del Carnaval.
Fue a fines del año pasado, en los inicios de noviembre, mes en el cual los cartageneros celebramos el aniversario 203 de nuestra primera independencia, cuando imaginé que paseaba acompañado de Alci Acosta, recorriendo “la ruta de la libertad” en Barranquilla y Puerto Colombia: los hermosos paisajes de Salgar, Salgarito, Solinilla, Sabanilla y sus cercanías, recordando 15 de las mejores canciones del artista, es decir mis favoritas, las que “me han timbrado” toda la vida y tienen significaciones especiales para mi melomanía, para mi vida y la de muchos latinoamericanos y habitantes de otras latitudes .
Conversar y entonar los boleros que hicieron época en Cartagena, el Caribe, Colombia y en algunas ciudades de países hermanos, es la idea del recorrido, agradable a la vista, a todos los sentidos y el espíritu.
Para ello, a propósito de “Odio Gitano” nada mejor que recordar a las gitanas quienes durante los años 50 y 60 del siglo pasado recorrían los pueblos de Bolívar y las calles de los barrios populares de la Heroica Cartagena y del Gran Caribe, leyendo en las manos la suerte de los desfavorecidos, de los despechados y de aquellos amantes de los sortilegios para conquistar un amor difícil.
Con modos de vida enigmáticos, estas mujeres generalmente bellas y de atuendos especiales y llamativos, a lo largo de la historia musical del Caribe han despertado el interés de compositores y cantantes y ningún mejor ejemplo que “Gitana” de Beto Zabaleta:
…Gitana, ve y dile que yo la quiero,
que si no el desespero me partirá el alma,
gitana…
O El Trovador Ambulante de Poncho Zuleta:
…Pero apareció la quiromántica gitana,
que en mi mano derecha leyó tu infidelidad…
O tal vez Gitana de Willie Colón:
Gitana, gitana,
Tu pelo, tu pelo,
Tu cara, tu cara.
Sé que nunca fuiste mía…
Sin embargo, las habilidades de las gitanas, unos de los grupos sociales más originales del mundo, para predecir la suerte, fueron trastocadas de un solo tajo al achacarle poderes de brujería y ese fue el estereotipo que copió el compositor Cristóbal San Juan al crear “Odio Gitano”.
En una afortunada parada para saborear el agua y la pulpa de un coco, tan sabrosas como el beso de una mujer enamorada, con la velocidad de un rayo de luz, el maestro Alci Acosta interrumpe mi conversación y afirma enfático:
¡No hay mal que por bien no venga, y quiero que sepas de nuevo que por esas creencias falsas sobre las gitanas , fue que Cristóbal compuso Odio Gitano , gracias al cual soy lo que soy:¡Modestia aparte un buen bolerista reconocido en varias partes de este mundo!
¡Un bolerista del carajo, a nivel mundial!-digo yo enfático- que todavía nos vuelve melancólicos y que pone a llorar a centenares de hombres desgraciados por un mal amor y que hoy les toca entonar esta canción:
…Confieso que te quise con el alma,
te di mi corazón sin condiciones
y tuviste el coraje de engañarme,
pagando mi cariño con traiciones…
Si fuera vil gitano te dijera,
tres frases que contengan brujería,
que vayas por el mundo, muerta en vida,
y vivas mil años de hechicería.
Así a Odio Gitano, le sucede, en mi selección, “Amor Gitano”: una joya musical de despecho sofisticado como llaman algunos cronistas a las canciones del maestro, canción que de inmediato entonamos a dúo:
…Ayer te vi pasar con él de brazos,
y sin que lo notaras te seguí los pasos.
Ayer pude comprobar que tú me fingías,
después que me juraste que no lo querías…
Letra a letra, melodía tras melodía continuamos disfrutando de la canción, cuyas pistas sonaban en el sofisticado equipo de sonido del auto que nos conducía por los magníficos y encantadores paisajes que el cambio climático no ha podido doblegar.
Entonces, al terminar el canto, entre atrevido y lanzado le pregunté a Alci que ¿dónde estaba el amor gitano? ¡No se menciona por ninguna parte!
A ello el cantante respondió que él tampoco lo veía y que eran cosas del compositor; pero de lo que si estaba seguro es que se trata de otra de sus mejores canciones, que llegó a lo profundo del alma de miles de miles de sus fans y que a muchos hombres les hacía recordar algún fracaso de amor en su vida, ¡el más terrible de los fracasos!
Más, para cerrar este primer trío de la infelicidad amorosa, la pista siguiente fue la de otra de las canciones emblemáticas del soledeño, la cual, años después cobraría significación especial al ser interpretada a dúo con Checo Acosta, el hijo de Alci, el intérprete de Che Cumbias, Che Corraleros, Che Gaiteros y otros Che más.
La canción es nada más y nada menos que:
… Traicionera, mentirosa,
como gozas, cuando me haces padecer,
engañosa, retrechera,
No te vayas, ni me quites tu querer…
Es el triste drama de quien ama a sabiendas que lo engañan y se auto consuela pensando que el corazón femenino tiene mucha capacidad para amar, y: ¿que importa el amor para el otro, si en un espacio diferente, en el alma de ella, hay también afectos para él?
Así, entre verdes y sombreados parajes continuamos cantando versos de amores y desamores grabados durante la vida musical de mi acompañante, por lo que a Traicionera le siguieron:
Tango Negro:
en un café de céntrica avenida,
bailaba tango, suspiraba amor…
Su amor fue un infierno voraz,
quemó la ilusión de mi ser…
Al escuchar esta melodía evoco los burdeles de Tesca de la década del 60, cuando por allí pasaba por la recién construida y mal llamada Avenida Pedro de Heredia, en un bus de la ruta Escallón Villa-Centro; sin embargo nunca vi en sus puertas a ninguna chica bailando tango, y mucho menos suspirando amor;” los palacios del amor” eran herméticos y tristes de día; guardaban la soledad de las almas de las mujeres que por dinero o placer se dedicaban a una de las profesiones más antiguas de la humanidad, según cuentan algunos historiadores; mujeres que según otros buscaban entre tantos hombres un amor perdido; y precisamente esta fue la nueva canción que sonó:
Amor Perdido:
Amor perdido, si es como es cierto,
que dices que vives dichosa sin mí,
no estoy herido….
Es un bolero de los años 40 del siglo pasado, de la inspiración del gran maestro puertorriqueño, Pedro Flórez; lo internacionalizó en la década de 1950 María Luisa Landín, la reina de éste género musical, una de las mejores cantantes de boleros en Méjico y América Latina; muchas de sus canciones se escucharon durante varios años en la radio local y regional, durante más de dos décadas, rememoro ahora.
Por ello Hoy recuerdo con mucha precisión cuando mi mamá Rosa Isabel lo cantaba mientras lavaba bajo la sombra de un arbusto de guayaba, que nunca dejaba de parir gracias a la humedad permanente del terreno; el manduco, el jabón de pino en barra o en bola, de la jabonería Lemaitre, y la batea de madera, eran la tecnología de la época, antes de la revolución tecno científica contemporánea.
Al Amor Perdido, ese que muchas personas no encuentran todavía, le siguió:
El Contra golpe:
Ahora verás lo que es tener las alas rotas,
ahora verás lo que es sufrir con la derrota,
lo que me trajo tu maldad no tiene nombre,
porque ha llegado sin piedad el contragolpe.
Es la clásica respuesta de la venganza amorosa; pero tal como lo cantaron los inolvidables Olimpo Cárdenas, Julio Jaramillo y el mismo Alci:
“El rencor hiere menos que el olvido” y este es lo mejor para el alma, como dice otro viejo bolero con título irrecordable: Olvidar, olvidar es la gran solución, que me importa si tienes amores, si no hay celos ni rencores en mi corazón!
Luego, le tocó el turno a:
Pecado:
Voy a cometer un pecado,
La ley de mi conciencia no se opone,
pero es la sociedad la que dispone,
que nuestras relaciones sean pecado.
Es la dura encrucijada de los amores prohibidos- le comenté al maestro Alci- quien prestó cantó:
Pecado ante los ojos de la gente,
que juzgan sin saber y no comprenden
que pecado no es amar ni ser amado…
De inmediato, sin mucho esfuerzo para la memoria decidimos entonar:
La Copa Rota…
…No te apures compañero,
Si me destrozo la boca,
no te apures que es que quiero,
con el filo de esta copa,
borrar la huella de un beso,
traicionero que me dio…
Le dije al maestro que es tal vez una de las canciones más dramáticas que el grabó en su carrera y muy circunspecto afirmó:
¡La Copa Rota no sólo es eso! es la canción que nunca falta en mis presentaciones, porque me gusta, porque es una de mis tres favoritas, porque el público me la pide, porque nunca olvido, jamás podré olvidar la escena con ese amigo en esa cantina, cuando quebró la copa y se rompió los labios!
Imagínate Teacher que después del insuceso, horas más tarde le dije:
¡el exceso de vino te dio para eso!, pero te equivocaste harto: de Salgar hasta Suan, amigo:
¡Los besos traicioneros jamás se borran con copas rotas, ni con rencores, y mucho menos rompiéndose los labios!
… se borran con el olvido, porque “el rencor hiere menos que el olvido”,
y mejor aún: los besos traicioneros, tan abundantes en este mundo se borran con los besos de los labios fieles de otra mujer!
Más al drama de este amigo, siguió otro de mayor magnitud:
La cárcel de SinSing.
Fue en esta oportunidad única cuando Alci Acosta y yo expresamos en voz alta y al unísono nuestros pensamientos sobre la angustia que vivió en sus últimos momentos el prisionero de SinSing:
Minutos nada más me quedan ya,
pa’ respirar, la silla lista está,
la cámara también.
A mi pobre viejita que desesperada está,
entrégale este recuerdo de mí…
Años después motivado por la curiosidad del exótico nombre de Sing Sing, decidí visitar este poblado de Nueva York y conocer su historia primitiva; al llegar a la cárcel, la tercera del Estado y fundada en 1825, estupefacto quedé cuando al entrar al primer espacio de las celdas, en mi mente se reflejó esta patética escena de la canción del maestro del bolero:
Ayer yo visité la cárcel de Sing Sing,
y en una de esas celdas solitarias,
un hombre se encontraba
arrodillado al redentor,
¡Piedad de mí, piedad Señor!
Sin embargo, tal como dice el maestro:
“No soy cantante de despecho, soy bolerista”, y por eso es fácil encontrar en la producción de Alci Acosta canciones llenas de ternura y nostalgia como” el último Beso”/No Renunciaré/ Renunciación/ Si Hoy Fuera Ayer/ y Cascarrabias.
Una a una cantamos esas canciones; la primera de ellas “El último Beso” hizo rodar lágrimas de dolor por el rostro del bolerista al recordar la muerte de una de sus hijas, de acuerdo con su propia confesión e interrogación:
…Por qué se fue y porqué murió?
Por qué el señor me la quitó?
se ha ido al cielo y para poder ir yo
debo también ser bueno para estar con mi amor!
De inmediato entramos al tema de las “renunciaciones” y cantamos:
No renunciaré,
ni a tus ojos, ni a tus brazos,
ni a tu boca, ni a tu risa,
ni a tu loco proceder,
ni a tus besos con los que me vuelvo loco,
ni a la fuerza con que tú me haces querer.
Concluida No Renunciaré, el silencio fue sepulcral; ambos en nuestro interior pensamos entonces, cuántas veces la vida real nos hizo vivir ese canción,” tragados” por un amor, aunque a veces no fuera el más favorable para el presente ni el futuro! o por el contrario: cuántas veces, con el alma adolorida nos tocó renunciar a un amor por que los recursos no eran suficientes para conservarlo?
¡Son cosas, dijimos entonces, que ninguno de nosotros se atreverá a confesar en público; son vivencias que jamás se sabrán por qué hacen parte de los secretos que para siempre guarda el alma de los hombres!
De improviso surgió la pista de “Renunciación” y ambos estuvimos de acuerdo que es una de las canciones más hermosas del bolerista y ranchero mejicano Javier Solís, quien cautivó a Latinoamérica cuando cantó:
…Si no encontraste ternura en mi alma,
Si sólo penas te causo yo,
me voy mi vida de tu presencia,
aunque me duela en el corazón.
Ahora, el afectado por la tristeza fui yo, cuando le comenté a Alci, que esa canción la cantaba mucho mi papá Rafael, de manera especial cuando, una que otra vez disgustaba con mi mamá; entonces él, que fue un gran cantante de tangos, en sus años mozos, en medio de las fiestas familiares se tornaba en intérprete de esta ranchera acompañado de mi hermano y yo.
Y a propósito de papá Alci recordó que había grabado otro hermoso bolero dedicado a los buenos padres del mundo: “Cascarrabias” o Mi Querido Cascarrabias; el canto no se hizo esperar:
…Tus consejos me han servido
para escalar mil montañas,
por eso viejo querido
que Dios bendiga tus canas.
Mi querido cascarrabias,
Hoy te vengo a saludar…
Ya de regreso a Barranquilla finalizando este encuentro con uno de los artistas más queridos y mejor recordados del Caribe colombiano, me atreví a preguntar al maestro si había tenido problemas cuando “El Jornalero” sonó con fuerza en el Caribe?
La verdad, respondió: ¡Fíjate que no! Por el contenido de su letra no alcanzó el éxito de otras canciones; su corte social, frenó la promoción aunque se escuchó bastante por las emisoras radiales.
Pero gracias, Ubaldo por recordarme, que mis canciones también, todavía hoy protestan contra las injusticias de este mundo; así como canto al amor, al desamor y a la ternura, también aunque pocas veces, le canto a la causa de los pobres ; nunca olvido mis orígenes de gente humilde y sencilla , al igual que mis padres
Pero no hablemos más y cantemos:
El Jornalero:
…Recibe amarguras por su recompensa,
hasta el desahucio por su vejez,
este es el premio que muchos reciben,
premio que brinda el instinto burgués.
Aquellos que sólo ambicionan dinero,
se creen inmortales, se creen superiores,
a pobres humildes que los enriquecieron,
perdiendo sus fuerzas y la juventud.
…Jornalero, a juzgar por lo que he visto…
A juzgar, por lo que he vivido y visto-dije yo al maestro- el parecido de la canción con la realidad social del mundo del capitalismo salvaje, “es pura coincidencia”… ¿ entre comillas? es la pura realidad!
Ya en Barranquilla, el encuentro con las canciones de Checo Acosta, fue cuestión de minutos; culminaba así esta imaginaria gira por la Ruta de la Libertad, en Barranquilla, con uno de los mejores boleristas del mundo; empezaría un nuevo encuentro con las canciones de otro de los grandes representantes de la música popular del Caribe. CONTINUARÁ…