Ocurrió una mañana cálida, hace más de 45 años, después de un excelente concierto, en una noche con fragmentos largos de la madrugada, con Alfredo Gutiérrez y los músicos acompañantes.
Al despertar, mi cuerpo aún levitaba con las letras y las notas de las canciones del sabanero, al recordar que horas antes susurraba en los oídos de ella, mi gran amor, algunos de los fragmentos de las canciones que habíamos compartido en vivo con Gutiérrez:
“Solos los dos en un paraíso, donde sólo el viento cuide nuestro amor”…”Tus cabellos son hermosos yo creo que no hay más bonitos”…, “tienes los ojos indios como me gustan a mí: hechiceros y chiquitos brillantes como el zafir”… “Desde que llegaste tú, no sé lo que sucedió, mi tristeza se acabó todo lo cambiaste tu…”Anhelos tengo de verte vida mía, anhelos de tenerte cerca de mi”…
Y así continuó mi goce con aquella música celestial, que Alfredo había grabado en tres discos de larga duración de la serie “Romance Vallenato”.
Despuntando la mañana, todavía respiraba su aroma de mujer, aroma que su cabellera negra y todo su cuerpo habían impregnado en el mío durante el baile de la noche anterior; este se convirtió en una danza del amor y la pasión, atados con una cadena invisible que unió a un par de cuerpos: cóncavo y convexo como los de la canción de Roberto Carlos, cuerpos ardientes, con alma y corazón poseídos por la sinrazón del amor, matizados por la magia del acordeón del hijo de ”Paloquemao” .
Más, inexorable, el tiempo transcurre y hoy, exactamente 46 años después, sobre mi escritorio, en esta noche de enero, en plena fiesta de la Virgen de la Candelaria de La Popa, reposan dos copias originales del Romance Vallenato 1 y 2, con los cuales evoco de manera extensa el pasado convertido en más de cuatro décadas de tiempo, en más de dos docenas de canciones inolvidables:
La “Confidencia” con el cantante, poeta y compositor Gustavo Gutiérrez:
“Si pudiera volver al pasado,
en confidencia te pediría,
tus labios con mayor encanto
en confidencia disfrutaría”…
Los Ojos Indios… con la inspiración de Alfredo:
...”Pero ay! Si pudiera
arrancártelos de tu faz,
a mi lado los tuviera y
que me miraran
a mi no más.”
Los Novios, con El Hijo de Patillal del inolvidable Freddy Molina…
”Ya tengo tus besos,
ya soy feliz,
al fin esta pena se pudo acabar,
hoy que somos novios todo es distinto”…
Más también están los versos de Rubén Darío Salcedo:
“Corazón de acero, porque eres así?
tienes sangre de indio guerrero,
pero te quiero así”…
Y: “Amo a los peces del mar,
amo a mi Dios,
amo a la brisa , cielo y sol,
amo lo que Dios me da”…
…Ay! Elena”…
“Me dejaste solo, muñequita,
consentida,
pronto te marchaste
dejándome una honda herida”…
Eras mi alegría desde
que fuiste niñita2…
la anterior, una composición inolvidable de José Garibaldi Fuentes acompañada de las hermosas melodías del “Capullito de Rosa” de Rubén D. Salcedo y “Porque te Marchaste”? del desaparecido cantautor Pedro García cuyos versos aún recuerdo, y ahí les dejo algunos fragmentos:
“Ven amor, capullito de rosa,
dame un beso en la boca ,
para calmar mi dolor”…
y
“Porque te marchaste mi vida,?
Sin decirme nada cariño,
porque no esperaste mi cielo”…
Encontrarme con el primer volumen del “Romance Vallenato “ de Alfredo Gutiérrez y el conjunto acompañante, acompasado con los coros de Johnny Cervantes y Gabriel Chamorro , ha sido en mi vida un experiencia maravillosa que nutrió y nutre mi alma y el espíritu, fortaleciendo con el cancionero popular mi romanticismo y los sentimientos más hermosos y puros que podemos tener los hombres sencillos y compartirlos con determinados seres adorables del sexo femenino, quienes de manera inspiradora buscaron o aceptaron nuestra compañía para darnos de manera mutua amor, pasión ,ternura ,protección y solidaridad con las melodías de ensueño de la música del acordeón, del dos veces rey mundial de este instrumento y tres veces rey del Festival de la Leyenda Vallenata.
Al mirar la portada original del “Romance Vallenato 2”, noto la implacable huella del tiempo al observar la firma ya borrosa de Alfredo en aquel disco de larga duración que el Rebelde del Acordeón me regaló aquella noche que mis hermanos, Alba, Rafael , Jorge, Juan y yo celebramos las bodas de oro de mis padres.
Fue una noche de fantasía en la cual nuestros amigos, amigas y familiares sentimos el goce de compartir con los progenitores, con Alfredo y sus músicos en vivo, tal como siempre habíamos anhelado en el grupo consanguíneo.
Esa noche la celebración se inició con Las Bodas de Plata del compositor insigne Armando Zabaleta, y al sucreño y a nosotros nos tocó adaptar la letra a las “bodas de oro” y a continuación a petición mía , los músicos interpretaron la serie del Romance… y así en medio de la bruma que se forma en la noche , entre la música y el baile, el insuperable sabor del whisky y el aroma de la mujer amada, aprecié que el volumen 2 es un canto general lleno de contradicciones, amores y desamores de sueños y desengaños, pero donde siempre sale triunfante el amor!
De esta forma, pleno de un fino romanticismo literario musicalizado, Rubén Darío Salcedo nos regaló los versos de “Paraíso” y “Tus Amores “(Hurí):
Porque tus amores son mujer,
son mejores que el vino,
quien será el dichoso aquel ,
que se case contigo.
Más a los sueños de Rubén, Alfredo respondió con:
“Ay, ay, ay se acabó quien te quería,
y aunque sufras vida mía,
nada ganas con llorar”…
De inmediato Jorge Calderón aportó las letras de “Tus Recuerdos”:
“Cariño donde están los besos,
que tu antes me dabas con loca pasión?
mi corazón se encuentra desecho,
porque ya no puedo vivir sin tu amor.
Si tienes un buen sentimiento,
dulce y compasivo”…
De manera sorpresiva, mostrando una faceta desconocida, Freddy Molina nos regala a los desengañados la letra de “Adiós Noviazgo”:
“Traigo un canto lastimoso,
distinto al que un día canté,
le daba viva
a los novios
y al gran amor que ella encontré.
Pero hoy todo ha terminado,
Y sólo queda el triste recuerdo
de un bello y feliz noviazgo,
que se esfumó como humo y el viento…
Y así momentos tan felices,
se fueron sin tener piedad”…
Hoy, ante el incierto balance de mis recuerdos, intento sin lograr saber cuántas veces he cantado esta canción en vivo, quiero decir, cuantas veces en estos cuarenta y seis años he debido repetir con Freddy y Alfredo:
“y así momentos tan felices
se fueron sin tener piedad!
y ahora mi corazón te pide:
que me des pronto felicidad”
Sin embargo, en las canciones como en la vida real, el amor casi siempre triunfa y por ello Beto Murgas escribió: Cariñito Mío y José A .Rodríguez: Vente Conmigo.
“Mary de mi vida,
cariñito mío,
te vengo a decir,
que mi corazón ,
se encuentra muy triste
de tanto sufrir…
Mary yo te juro,
si yo fuera Dios, todo era pa’ ti”…
“Ven ahora, para poderte besar,
son tus labios,
los que me quiero robar…
Ven de nuevo, con ese mismo sabor,
que tiene tu amor,
y que tanto yo prefiero”…
Más al finalizar, aparece el gran Gustavo Gutiérrez con la letra sofisticada de: “Mariposita”, muchas veces indescifrable, pero linda al fin como su protagonista:
“Tienes de todo la dicha de un jardín,
yo sé que el viento se lleva tu dolor
y bendecida en la brisa que te es fiel,
vives gozando del amor
y sin embargo que triste es tu pedir,
deseas el mundo
y es ese tu clamor…
Mariposita de primavera,
quien te pudiera consolar”…
Así entre amores y desamores continúa fluyendo la magia de la música de Alfredo, la magia de los versos de los poetas del pueblo que lo acompañan y que me acompañan en este segundo encuentro, invitándome a que continúe con ellos, a que siga abriendo el baúl de los recuerdos gratos, porque a las vivencias ingratas hay que echarlas a volar al viento, o sepultarlas en la fosa más profunda del Mar Caribe. CONTINUARÁ…