Cambio Climático en Cartagena: Calor infernal y Desastre Ambiental.


CAMBIO CLIMÁTICO EN CARTAGENA: TEMPERATURAS INFERNALES Y MÁS DESASTRES AMBIENTALES.
Transcurría el final de los años 80 del siglo pasado, cuando los ambientalistas de la Tierra dimos nuestra voz de alarma sobre la forma como el efecto invernadero, es decir: el calentamiento natural del Planeta Azul, estaba siendo afectado y alterado a pasos de gigante por la acción de los gases producidos por el uso de combustibles fósiles, entre ellos el petróleo y el carbón.
Pero, las empresas multinacionales se encargaron de desmentir, sin lograrlo, las negativas evidencias que mostraban los ecosistemas, el derretimiento del hielo en las montañas nevadas del mundo, el de los glaciares de las zonas polares del norte y del sur, las sequías y las inundaciones alternas, el incremento de los desastres naturales y los preocupantes crecientes índices de enfermedades, entre ellas las cardiopatías y el asma, unido a la extensión de las plagas.
Más la ofensiva fue mayor contra los científicos, nosotros los ambientalistas y las agencias nuestras , comprometidas con la socialización de los informes sobre la grave crisis, llegando al punto de ser considerados por las multinacionales y por los medios de información mundial, al servicio del gran capital, como alarmistas, catastróficos y por demás despistados, produciéndose así uno de los ataques más infames y virulentos contra los hombres y mujeres de ciencia y defensores y defensoras de la vida, a fines del siglo XX y lo corrido del siglo XXI.
No obstante los desastres naturales, que cobraron miles de vidas humanas y arrasaron extensos y valiosos ecosistemas en el mundo, la defensiva de los científicos y ambientalistas proponentes, y las acciones de varios gobiernos del planeta, lograron empoderar el tema, y que el conglomerado humano lo aceptara como “Una Verdad incómoda”, al decir del ambientalista y político Al Gore.
Sin embargo, para pasar de la aceptación al compromiso para adaptarse al cambio y reducir el negativo impacto de la crisis, hubo que realizar duras batallas, enfrentando a las potencias que más contaminan el mundo, en cuya lista figuran a la cabeza: USA y la República Popular China.
En nuestros días, si bien es cierto que el cambio climático está reconocido por los otrora países renuentes y que incluso, ahora han asumido compromisos para paliar sus efectos, hay que afirmar que aquellos se cumplen en forma muy disímil y poco satisfactoria de parte, precisamente de los más contaminadores, de los de marca mayor, como son China, USA, Rusia, Canadá y Australia, entre otros, de acuerdo con la revista Nathional Geographic de mayo del presente 2016.
En Colombia, los efectos devastadores del cambio climático se sienten y viven como en cualquier otra parte del mundo, cobrando vidas humanas, deteriorando y destruyendo los ecosistemas, agotando las reservas de la biodiversidad animal y vegetal y extendiendo las plagas de los lugares insanos, a las zonas en las cuales antes no existían.
Más al igual que en otras naciones del mundo, las preocupaciones y acciones de los científicos y ambientalistas, aunadas a importantes sectores de la sociedad civil y de los jóvenes de ambos sexos, se hacen sentir, a la par de las de las entidades oficiales, realmente preocupadas, algunas , ineficientes en su gran mayoría.
Al interior de este marco se han desarrollado planes de mitigación y adaptación al cambio climático, de acuerdo con las pautas mundiales del Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (PNUMA) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) acogidas por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia y sus organismos de investigación, el cual en alianza con el Ministerio de Educación Nacional realiza una valiosa alianza en torno a la Educación Ambiental, considerada como una de las estrategias más válidas para afrontar los problemas ambientales .
Aunque de manera tardía, nuestra Cartagena de Indias se convirtió en una de las ciudades pioneras en adoptar un Plan de Mitigación y adaptación al cambio climático, construido con el apoyo de la cooperación internacional y local, y los aportes de un grupo de ambientalistas, partícipes en diversas sesiones de la formulación de este.
Producto de este trabajo, liderado por la Secretaría de Planeación Distrital, Min Ambiente, Cámara de Comercio y otros organismos afines al tema ambiental, nació el Plan de Adaptación al Cambio Climático, conocido con el nombre de Plan de las 4C : Una Cartagena, Competitiva, Compatible con el Clima, cuyo diagnóstico para el año 2040, es decir , dentro de 24 años es sumamente, demasiado preocupante, demostrativo de un futuro, con fundamentos reales actuales, demasiado catastrófico, sin olvidar que todos los daños del cambio climático ya están en marcha:
1. La temperatura promedio pasará de 27 a 29 grados centígrados, teniendo presente que están y vienen oleadas de calor y que la sensación térmica ha llegado hasta los 48 grados en algunos días del presente, el año de temperaturas más altas en los últimos 100 años.
2. El nivel del mar continuará aumentando, amenazando de manera especial a las zonas insulares y costeras, y los barrios del Centro Histórico, Bocagrande, Castillo Grande, Manga, Barrio Chino, Ceballos, San Isidro Albornoz, Pié de La Popa y pare de contar
3. Las lluvias serán más extremas, al igual que las sequías, incrementados estos efectos por los fenómenos del Niño y de La Niña, la cual “nos visita” en la presente temporada de lluvias.
4. Las tormentas eléctricas y los vendavales serán más intensos y frecuentes, aumentando la pérdida de vidas humanas, vegetales y animales.
5. Se duplicarán las enfermedades producidas por vectores como el dengue, la lectospirosis, el zika y el chikungunya, de las cuales las dos últimas no aparecen en el texto del plan.
6. Las inundaciones afectarán el 35% de la Infraestructura vial, y el 28 % de la infraestructura de la industria local.
7. Aumentará la pérdida del patrimonio ecológico y de playas, mientras que el patrimonio histórico se verá afectado en un 86%, sin omitir los daños que están sufriendo los fuertes y castillos de la bahía.
8. Los corales de las Islas del Rosario y San Bernardo, continuarán blanqueándose, con mayor intensidad, mientras que la afectación de los manglares, ecosistemas muy valiosos, continuará su deterioro.
9. Las Islas, con sus habitantes y sus ecosistemas serán los más afectados y los primeros ingresarán a la categoría de desplazados y refugiados ambientales.
10. De igual manera, como siempre ha ocurrido en nuestra historia colombiana, los más afectados serán los sectores sociales más vulnerables.
Equivale lo anterior a afirmar que continuarán afectándose los más pobres, quienes como en el día 23 de julio del presente 2016, verán más casas destechadas por los vendavales y las lluvias torrenciales, más casas de cartón y de otros desechos, inundadas por los aguaceros, más calles intransitables por el barro y aptas sólo para navegar en canoas, y más víctimas por enfermedades asociadas a los vectores, el aumento de la temperatura y del polen de las flores, relacionado con el asma.
Este es el tétrico panorama, de 10 indicadores descontando otros no menos críticos, que nos espera en el año 2040, sin dejar de recordar una vez más que los efectos del cambio climático ya están en marcha, desde hace muchos años atrás, aunque el plan de las 4C, apareció sólo en julio del 2014.
Se trata de un verdadero apocalipsis, al cual hay que enfrentar con mucha valentía e inteligencia y con una extraordinaria voluntad política de todos los entes distritales y nacionales y con la movilización social de las comunidades locales.
Por ello, desde mi modesta óptica ambientalista, las propuestas que pueden ayudarnos a mitigar y a adaptarnos al cambio climático, para salvarnos de la catástrofe son:
1. El Plan de las 4 C, es en sí un paso de avanzada que necesita ser desarrollado y gestionado en materia de recursos internacionales, nacionales y locales; es necesario convocar todas las buenas voluntades, de la nación, el distrito, los organismos internacionales y forjar las alianzas público privadas, tan válidas en este caso.
2. De Igual manera, es urgente que la administración local, expida las normas de prevención y de construcción “anti cambio climático”, para detener la expansión de las zonas en riesgo.
3. Así mismo es necesario emprender desde ya, la construcción de la Avenida del Bicentenario en una primera etapa de Crespo –Bocagrande y las obras de defensa de las playas urbanas, insulares y rurales, amenazadas y deterioradas ya por la erosión de las olas del Mar Caribe y el aumento del nivel de este mismo cuerpo de agua.
4. Sin embargo, más urgente aún es necesario continuar con el “Plan de Salvación de Tierra Bomba” e iniciar el de las playas de La Boquilla, aunado a un plan de reubicación inteligente de las comunidades de Villa Gloria, Mar Linda y otras zonas aledañas, las más amenazadas, a la par de las comunidades insulares de las islas de Tierrabomba, El islote, Islas del Rosario e Isla Fuerte.
5. Desarrollar, fortalecer y empoderar la inteligencia ambiental de todos los organismos públicos y privados, de todas las clases sociales, es una tarea que le compete a los directivos y dirigentes de los entes referenciados, quienes deben convertirse en ejemplo de sus subordinados.
6. Desarrollaren términos inmediatos un plan eficiente de arborización, con ejemplares frutales cuyo tamaño garantice la supervivencia ante las crudas sequías que se dan en la actualidad, por una parte, y por otra que contemple la construcción de corredores de sombra en los sitios estratégicos de la ciudad, incluyendo las zonas urbanas marginales y las zonas rurales.
Sabido es que los árboles, y por supuesto, la arborización masiva y planificada es una de las estrategias más importantes para mitigar el cambio climático, dada la capacidad innata de los vegetales de absorber el dióxido de carbono producido por la quema de los combustibles fósiles, el estiércol y otros desechos.

7. No obstante la importancia que revisten las estrategias anteriores, hay que resaltar la importancia que tiene la educación ambiental para la sostenibilidad, y para afrontar el cambio climático, el cual profundiza cada día más sus impactos negativos sobre los socio ecosistemas de la ciudad y sobre todas las formas de vida existentes, en este fragmento del universo que nos regaló Dios y la naturaleza.
Hermoso fragmento del cosmos que ayer fue:
-De costas coralinas, hoy de playas cubiertas de basuras.
-Ayer con un cielo cubierto de aves canoras, hoy, tierra huérfana de pájaros libres, supervivientes como prisioneros en estúpidas jaulas de alambre y madera.
-Otrora, bosque de selva tropical, hoy peladero destacado de América meridional.
-Antes, en la época colonial ciudad ejemplo de planificación poblacional, hoy muestra de la desorganización institucional.
-Ayer, dueño de un prístino mar, “hoy paciente en cuidados intensivos” por la múltiple contaminación y la más infernal de todas: la presencia de metales pesados como el mercurio y el plomo, entre los más representativos.
-Ayer, cuna de ideólogos convencidos y libre pensadores, hoy seno de una clase dirigente, cuya ideología cambia ante los halagos del dinero y el poder.
-Ayer, como escribió y declamó el inmortal Luis Carlos López: tus hijos águilas caudales, hoy caterva de vencejos.
En apretada síntesis: “para evitar bajar a otra paila más profunda del infierno del cambio climático”, es necesario dotar de recursos y gestión en todos los frentes al Plan de las 4C, para que este deje de ser un interesante documento, como lo es hasta hoy; de igual manera es necesario apuntarle a la voluntad política de la actual administración, la cual tiene en sus manos una hermosa oportunidad de llevar a plena realidad el lema de su movimiento político.
Es imprescindible acometer las obras básicas de mitigación de los efectos nefastos del cambio climático referenciadas a la defensa de playas y costas, planes de arborización inteligentes y controlables en su efectividad y de manera final, pero iniciando con él, un ambicioso plan de Educación Ambiental para la sostenibilidad y para afrontar el cambio climático.
Mientras se deciden, quienes tienen la toma de decisiones que favorecen a las mayorías populares y las élites, no queda más remedio que acudir a la misericordia de Dios, Cristo El Mesías y a la de la Virgen del Carmen y de la Candelaria que nos salven de los calores infernales y de las catástrofes ambientales. uellesq@hotmail.com


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