Carlos Vives La Herencia Vallenata... La Magia del Acordeón de Egidio y la Gaita de Mayté.(Primera Parte:Los Recuerdos de Rafael Escalona).


Carlos Vives :La  Herencia Vallenata … La Magia del Acordeón de Egidio y la Gaita de Maité.

( Primera Parte: Los Recuerdos  de Escalona .)

Hoy entre las brumas de mis recuerdos , evoco como cualquier mortal convencido que todo tiempo  pasado fue mejor, las pocas imágenes que quedaron grabadas en mi mente aquel 1986 , de la telenovela “Gallito Ramírez”, hecha con ideas de la obra El Flecha de David Sánchez Juliao.

Recuerdo que Carlos grababa los capítulos en su condición de “gallo joven” dedicado al difícil oficio de ganarse la vida tirando puños, soñando a diario  ser campeón  mundial para salir de la pobreza como todos nuestros campeones internacionales de boxeo.

Fue en una  noche de arreboles, esa a la que le cantó Joe Arroyo, cuando lo conocí en una jornada de descanso frente a este Caribe que nos regaló Dios y la naturaleza hecha agua.

Mi conjunto  “Pasión Vallenata” en la terraza de un prestigioso hotel de Boca grande, con la voz líder de mi hermano Rafael a pedido mío, interpretaba un loco arreglo de “Noche  de Arreboles “, lo cual llamó la atención del samario, al escuchar una salsa en acordeón , poco común  en ese viejo tiempo.

Allí nos presentamos  y juntos “mi hermano y yo”, y Carlos cantamos esta estrofa:

Hay noches de arreboles,

 que incitan al amor

y en los alrededores ,

se siente el ardor,

son noches de ilusiones…

Desde entonces, nació mi imaginada amistad con Carlos Vives quien de “gallito” pasó a ser “El Embajador Mundial del Vallenato”, años más tarde, cuando de manera parcial dejó la ilusión de ser una estrella de la música romántica expresada en  ritmo de balada o de música norteamericana.

Desde muy temprano Carlos sintió fuerte atracción por el rock y el pop, una de las delicias musicales de los americanos del norte, e incluso , en contravía a mis consejos de persona once años mayor que él, grabó  tres discos que poco impactaron aquí en Colombia y de los cuales recuerdo poco e incluso el nombre de  cada álbum.

Sin embargo, un vistazo al sitio web del amigo disipó las dudas verificando que las grabaciones fueron en su orden :

Por fuera y por dentro (1986 ).

No podrás escapar de mí (1987 ).

Al centro de la ciudad (1989 )

 En medio de las alocadas brisas de marzo, pienso hoy, como después lo reconoció Carlos, que andaba con la brújula de la identidad  cultural, un tanto extraviada de manera extraña, en una ciudad que como Santa Marta, la ciudad entrañable, la de la bahía más hermosa de América, la única del mundo en la cual una sierra de más de 5.000 metros de altura se deja besar del mar ,  un tesoro del Caribe, en fin, un exquisito vividero que conserva tantas raíces indígenas, y el Altar de la Patria, símbolo de las ideas libertarias de Simón Bolívar,  junto con José Martí, dos de los más grandes antiimperialistas de América Latina.

Por ello mis consejos  amistosos, siempre que nos veíamos,  a pesar que Carlos andaba con la fama a cuestas en Puerto Rico, apuntaban en la dirección  que buscara la música nuestra,  nuestras raíces musicales mucho más ricas y dicientes que cualquier otra identidad cultural  y cualquier expresión musical en nuestra América,

Sin embargo, en este mundo terrenal, como lo enseñaron mis abuelos, el hombre propone y Dios dispone y un día  X Carlos fue llamado a grabar otra tele novela: “Escalona  un canto  la vida”, la historia existencial  de Rafael Escalona,

Ese … a quien mató de amor una Molinera en la exótica Guajira, según su propia confesión:
Por todita la provincia

se dirá cuando yo muera :

que al pobrecito Escalona

lo mató una Molinera”…;

El vallenato  que un día se fue detrás de una brasilera con estos versos:

“Que no te extrañe brasilera ,

Si algún día me ves por allá ,

Nos encontramos en la frontera,

Cerca de Belém de Pará “…;

El arquitecto futurista que construyó una casa en el aire a Ada Luz,su hija: tal como él mismo lo escribió:

“Voy a hacer una casa en el aire,

 solamente pa’ que vivas tú,

después le pongo ,

un letrero muy grande,

  con luces blancas,

que diga Ada Luz”…;

El estudiante que no logró   ser “El Bachiller “ : “Como yo no tengo diploma de bachiller” a pesar que casi lo mata “El Hambre del Liceo”:

“Con esta noticia le

fueron a mi mamá,

 que yo de lo flaco ,

 ya me parecía un fideo

y es el hambre del Liceo ,

que no me deja engordar”…;

El compositor que dejó como herencia en  “El Testamento” una canción   con son de paseo, este que todos conocemos:

“Como es estudiante,

 ya se va Escalona ,

pero de recuerdo,

te deja un paseo”…;

 en fin el hombre que sufrió una “Honda Herida”, a quien  EL Dr Maya ytodos vieron muerto en “La corriente del Cesar”, quien creyó que “El Mejoral” podía curarle un gran dolor , el ciudadano que acusó a un cura de robarse “La Custodia de Badillo”,  el “Vale” que cantó  a su amigo muerto la “Elegía a Jaime Molina” y pare de contar, el compositor de más de 100 canciones que todavía viven en el corazón de millones de colombianos aferrados a nuestras raíces musicales autóctonas.

En esta noche de marzo, recuerdo que  aprendí la música y letra de “La Molinera” oyéndola cantar a mi tío Toño un trovador del Caribe y siempre me imaginé a un Escalona triste  cada vez  que pasaba por el ramal de El Molino.

Era la época dorada de mi niñez, cuando sólo importaba la lectura, el juego, los deportes de tapita, bolita de caucho, la libertad y otros que  hoy se llevó la “pantalla chica”,  muchos años después de aparecer   en el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, aquel que mi padre Rafael había nombrado padrino de mi hermano menor Jorge, a quien habría de bautizar en una de sus estadías presidenciales en Cartagena.

Inolvidable es también “El Testamento” el cual canté de manera incansable cuando en 1968 hice mi primer viaje a Santa Marta en calidad de excursionista de la Normal Piloto de Bolívar en compañía de condiscípulos, algunos de los cuales ya están fallecidos y descansan en la gloria de Dios!

Con la Elegía a Jaime Molina, uno de los vallenatos que mejor interpreta Carlos, la nostalgia invade mi alma al recordar los amigos desaparecidos, esos con quienes tantas veces hice parrandas vallenatas combinadas con salsa y boleros de la vieja guardia.

Son amigos inolvidables como Guillermo Gonzales, Rodolfo Mina Soler, Jaime Del Río García, Luis Lozano Arroyo y Esteban Puello cada uno con sus propios sueños e ilusiones, sorprendidos por la muerte, cuando nadie la esperaba; hoy,

“Recuerdo que Jaime Molina,

Cuando estaba borracho,

ponía esta condición,

que si yo moría primero,

 el me hacía un retrato

o  si el se moría primero,

 le sacaba un son.

Ahora  prefiero esta condición.

Que me hiciera el retrato,

 y no sacarle un son…

 Ahora me duele

que el se haya ido

yo quedé sin Jaime

 y él sin Rafael “…

Diciente es también “  El hambre del Liceo”, cuya letra trae a mi memoria los recuerdos de los años de estudio en Barranquilla, donde si bien , jamás pasé hambre, todavía tengo “una espinita en el corazón,” al pensar que en casa de un familiar se me servía  una  cantidad de alimento igual a la de un niño de cinco años, muy a pesar que cada semana siempre llevaba  desde Cartagena unas generosas porciones de alimentos crudos que alcanzaba para mi familiar y su dos pequeños hijos de crianza.

Tal vez , sean mis recuerdos muy parecidos a los del Dr. Manuel del  Cristo Meza , quien confiesa que vivió situaciones parecidas  a las de Escalona:

“Que tiene escalona,

que tiene ese muchacho,

dicen las personas,

 cuando lo ven tan flaco,

pero es que no saben,

el hambre que  se pasa cuando

 un vallenato sale de su casa.

Tanta yuca buena que se come en la provincia,

tanta carne gorda de novillo empotrerado’,

Es lo que me mortifica,

cuando me veo tan hambriao’.

Son estas algunas de las canciones de Escalona, que posibilitaron el encuentro de Carlos Vives con sus raíces vallenatas; fue este el encuentro con la poesía costumbrista de Rafael Escalona, el que le legó la herencia vallenata, esa de la cual es uno de los mejores herederos, aunque muchos piensen lo contrario. Este … mi amigo Carlos Vives es el continuador de la gesta de los juglares, claro  de acuerdo  con su propia forma de hacer música, dentro de los parámetros del vallenato clásico…CONTINUARÁ…

 

 

 


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