Cuando la Amazonia Arde y El Laguito de Cartagena se Pudre.


Cuando la Amazonia Arde y El Laguito de Cartagena se Pudre.

 Ante el peor desastre ambiental de la historia  de la Amazonia y la creciente putrefacción de los cuerpos de agua de Cartagena de Indias, nuestras palabras se unen a la voz de los pueblos y comunidades que claman por una solución urgente, eficiente y permanente.

  1. LA AMAZONIA EN LLAMAS.

La Amazonia, no es sólo uno de los macro ecosistemas más valiosos del mundo, sino también uno de los más antiguos del planeta  con una edad de 3 mil-4 mil millones de años,  extendiéndose  por más de  7.000.000  kilómetros cuadrados que ocupan  parte de la superficie de ocho países como son:

Brasil, Bolivia, Colombia,

 Ecuador, Guyana, Perú,

Surinam y Venezuela,

 a los cuales se agrega el territorio de Guayana francesa

Bendecido por Dios y la naturaleza, su río insignia y sus  1.000  afluentes conservan el 20% del agua dulce de la Tierra, manteniendo a su vez, la región amazónica, el 10% de las especies de flora y fauna conocidas en el mundo, razones válidas para ser declarada como una de las “siete maravillas naturales  del mundo”, distinción otorgada por la fundación internacional que lleva este nombre.

Más  a lo anterior se le adiciona la gran diversidad cultural y humana  conformada por 420 pueblos amerindios, 86 lenguas nativas y 650 dialectos, muestra  de la complejidad referenciada, de acuerdo con el PNUMA: Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente

No obstante, estos dones naturales, la riqueza arriba mencionada y las distinciones que le han otorgado los terrícolas, no la blindan de la crisis  ambiental y humana  que vive el mundo contemporáneo, tal como lo explica Claudia Polanco, en un cable de la agencia EFE, sobre el caso de   Colombia:

Los más de 150.000 indígenas  que habitan la extensa Amazonia  colombiana enfrentan una crisis humanitaria sin precedentes por cuenta de la deforestación, el conflicto armado, las concesiones petroleras y la contaminación de sus ríos que amenaza con hacerlos desaparecer…

De 102 pueblos nativos de Colombia, 64 están establecidos  en la Amazonia,  y dos de ellos viven en estado natural o aislamiento voluntario. Todos ellos están a punto de desaparecer física y culturalmente  y atraviesan  una crisis humanitaria  de grandes proporciones, aseguró el coordinador del cambio climático y biodiversidad de la coordinadora de Organizaciones  Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) Robinson López.

La Amazonía que por estos días tiene  encima  los ojos del mundo por la tragedia ambiental que causan numerosos incendios  en la parte que le corresponde  a Brasil.

La Amazonia…comprende el 40%  del territorio de Colombia y es la zona menos poblada del país. Conformada por los departamentos de Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Meta, Putumayo, Vaupés y Vichada. La importancia de la Amazonia  es tal para Colombia  que de ella hacen parte  diez Parques Nacionales. Se trata de Amacayacu, Cahuari, Serranía de Chibiriquete. La Paya, Tinigua, Río Puré, Nukak, Pinawai, Alto Fragua Indi Wasi y Serranía de los Churumbelos Auka wasi.

Aun así para López el gobierno colombiano no ha hecho lo suficiente para proteger la vida y salvaguardar los territorios ancestrales que están en la Amazonía y hasta el momento  respuestas concretas a estas problemáticas. (EFE. El Universal. 8. Agosto 25, 2019).

Así, de manera desafortunada la situación colombiana se replica en los demás territorios  identificados, poniendo en graves riesgos a las culturas sabias de la Tierra  y el “pulmón del mundo”.

Sin embargo, la situación descrita palidece, cuando observamos los horrores producidos por  los incendios que durante tres semanas han arrasado más de 500.000 hectáreas de selva tropical en Brasil, reduciendo a cenizas a miles  de animales, árboles, plantas, y valiosos ecosistemas que tardarán 200 años para recuperarse del daño,( de acuerdo con las últimas informaciones), ecosistemas ya de por sí afectados por la deforestación, las actividades agrícolas y mineras ilegales, a la par de los cultivos ilícitos.

Todas estas complejas situaciones tienen al ambientalismo en “alerta roja”, pero lo que más concita el rechazo entre nosotros los patrimonialistas y todos los hombres y mujeres de bien del planeta, es la inoperancia, la indiferencia  y la estúpida e inexplicable tardanza del ultraderechista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para atender  la emergencia que vive  hoy la Madre Tierra desde Suramérica, desde Brasil y desde Bolivia, cuya selva empieza a arder también.

Por ello las voces de los pueblos del mundo se han hecho oír, pidiendo prontas soluciones al gobierno, junto con la de nosotros los ambientalistas, las  del presidente de Francia, el Secretario General de las Naciones Unidas, el Papa Francisco y otros líderes mundiales, convencidos que “No Basta con Rezar” y culpar a otros, como lo ha hecho Bolsonaro: Actuar  de inmediato, con eficacia  y resultados a la mano es la necesidad urgente para conjurar la catástrofe ambiental que hoy afecta  a la Tierra en su globalidad  vital.

  1. LA INMISERICORDE AGONÍA DE LOS  CAÑOS, CIÉNAGAS Y LAGUNAS DE CARTAGENA.

Más, si la Amazonia se calcina entre mortales llamas, de las cuales  no se sabe  si son provocadas por  las altas temperaturas producto del cambio climático, o por las  manos criminales  de los agentes de la deforestación y la consiguiente destrucción, en Cartagena de Indias, la crisis de casi toda la historia ambiental  de la ciudad  se magnifica ahora con la contaminación y  estado de putrefacción  de los cuerpos de agua.

Hoy el sistema de caños y lagunas de Cartagena de Indias, es desde  hace  más de medio siglo, y continúa siendo el cuerpo de agua más extenso,  contaminado y peligroso de Colombia y Latinoamérica, con una serie de ecosistemas significativos como son:

El Laguito,

El Caño Juan de Angola,

La Ciénaga de la Virgen,

La Laguna del Cabrero,

La Laguna de  Chambacú,

La Laguna de San lázaro. ,

 La Ciénaga de Las Quintas.

La Bahía de las Ánimas

La Ciénaga de Juan Polo.

El Caño de la Boquita de la Boquilla,

y en una mayor magnitud, la histórica Bahía de Cartagena, afectada como algunos de los cuerpos anteriores por el letal metil mercurio, otros elementos químicos  pesados y una treintena más de contaminantes.

  1. LA IRÓNICA AGONÍA DE EL LAGUITO.

Convencido, que  a través de mi modesto y extenso trajinar patrimonialista he sido reiterativo en extremo en analizar la crisis  de algunos cuerpos de agua , como por ejemplo la bahía y La Ciénaga de la Virgen, y poco explícito en el  estudio de otros ecosistemas, he seleccionado en esta oportunidad, por su reciente ocurrencia  e impacto en la actividad social y económica de la ciudad la crisis que en la actualidad vive El Laguito ubicado en el corazón de los estratos sociales cinco y seis de  Cartagena.

Acostumbrado a observar que durante más de medio siglo la política de administrar el ambiente en esta urbe ha sido la  de  aplicar la  tesis  malthusiana del siglo XIX, que recomendaba:

“Dejad que los pobres se consuman entre las inmundicias”,

 me aparece irónico, y risible  que esa misma doctrina, las autoridades de la urbe, la estén aplicando a  los estratos sociales altos de la ciudad, dejando que estos  se consuman entre las inmundicias, producto de la ambición de unos pocos, la desidia de las autoridades, la ignorancia de los funcionarios “gana panes”  que se trepan en los cargos  públicos y la apatía de una comunidad, que hasta  hace poco dirigió los destinos estratégicos de la ciudad.

*Intereses mezquinos de unos pocos, porque para favorecer  el capital de los propietarios de un negocio de hotelería se cambió el normal transcurrir de las aguas, cuya dinámica permitía mantener abierto el canal que comunicaba al cuerpo  de agua referenciado con el mar abierto.

*Desidia de las autoridades ambientales que poca atención han prestado al funcionamiento  de los ecosistemas frágiles y estratégicos de la ciudad, como es la condición de este que nos ocupa.

*La ignorancia de los funcionarios “gana panes”, con muy pocas honrosas excepciones, quienes para asegurar el pan de cada día  asumen responsabilidades , de las cuales nunca han tenido ni tendrán la menor idea , porque les falta la voluntad de aprender, estudiar y tal vez , la más importante: servir a una ciudad, que generosa los acogió en su seno.

*La apatía de una comunidad, que hoy gracias a Dios reacciona diligente e indignada, que ayer perdió el poder político  de dirigir a la ciudad, por sus políticas clasistas, poder que les arrebató la nueva clase política hoy imperante, que es estandarte de la corrupción rampante, con muy contadas excepciones.

Hoy con cierto grado  de nostalgia recuerdo cuando El Laguito y sus playas adyacentes eran de aguas cristalinas y arenas perladas, y su fauna marina servía de despensa   a  grupos indeterminados de pescadores, quienes aseguraban su diario sustento.

En ese entonces, en la década de los 70 del siglo pasado, las construcciones de edificios a penas se vislumbraban, las cañerías de aguas servidas no se daban y los residuos sólidos, arrojados a la intemperie eran escasos; era también el tiempo cuando las heces  y los coliformes fecales no afloraban en las aguas, como ahora y los microscópicos organismos dañinos para la fauna y el ser humano se mantenían en índices aceptables, sin consumir , como hoy ,el oxígeno que necesita la flora marina, de manera especial los alevinos que ayer murieron en cantidad de miles de miles, mostrando en vida  la bondad de la naturaleza, que al igual que los corales de Varadero no se deja arrasar , por la destrucción de los depredadores.

Más hoy, como diría el Tuerto López: “El Laguito, pleno de rancio desaliño” es otro foco cualquiera de  inmundicias, como lo es  la Ciénaga de la Virgen, con la diferencia  que el uno es    estrato seis y la otra es estrato uno.

Sin embargo, no hay mal que dure 100 años y hoy la comunidad  de  la  zona residencial y turística  liderada por ASOBOCALA ha despertado e indignada exige soluciones necesarias, urgentes y permanentes.

De esta forma, acudiendo  a los mecanismos de participación comunitaria que consagra la Ley 99 de 1993(Ley del Medio Ambiente) tales  como la Acción de Tutela, Acciones Populares, Acción de cumplimiento y otros las autoridades tendrán que acceder al saneamiento del cuerpo de agua, protegiendo la biodiversidad marina,  y favoreciendo la calidad de vida de los habitantes del sector y de los turistas que lo visitan.

Las soluciones son simples y saltan a la vista:

*Volver a comunicar el cuerpo de agua hoy cerrado, con las aguas de la bahía y el Mar Caribe; *saneamiento ambiental del sector mediante dragado y recolección de residuos sólidos dispersos en la zona:

* Forestación de la playa  con árboles de clemón, hicaco y uvita morada, esa que llaman de playa y que tiene rico sabor de beso de mujer enamorada.

*Finalmente, debe programarse jornadas permanentes de recuperación ambiental  y  desarrollar un plan de Educación Ambiental para la sostenibilidad  que involucre a los moradores, visitantes y funcionarios de las entidades con funciones misionales ambientales.

Para ello, nada mejor que acudir al CIDEA Cartagena, ente que está presto a brindar sus servicios de manera desinteresada por el lucro, pero sí muy interesada en acompañar a las comunidades en el arduo proceso de la educación para la sostenibilidad ambiental y social.

Con los afectos  de siempre remojados y relampagueados pero fortalecidos en este lluvioso y caluroso agosto:

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.

uellesq@hotmail.com

 


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