El Cólera en los tiempos del Ébola Africano, la Escherichia Coli, los Enterococos y del Mal de Minamata en Cartagena de Indias.


El cólera es la enfermedad diarreica aguda más grave que se conoce hasta el presente y es originaria de Asia, desde donde se trasladó hasta Europa en siglo XIX; después  pasó  a los  Estados Unidos de América, y  el puerto de Panamá; de aquí a  nuestros puertos colombianos de Barranquilla y Cartagena Indias en 1849.

Producida por la bacteria Vibrio Cholerae, tiene el maligno poder de reproducirse con rapidez, convertirse en epidemia y pandemia inusitada y mandar al otro mundo, del que nunca se regresa, con igual velocidad, por sus nocivos efectos, sobre los líquidos vitales del organismo humano sino se toman las más urgentes medidas.

Sin muchos aspavientos, la enfermedad, mató 2.000 personas en nuestra ciudad, es decir, la cuarta parte de su población  sin que los novelados métodos del realismo mágico de hacer disparos al aire con armas de fuego,  y el tañer de las campanas, pudiesen detener  la epidemia que quedó grabada para siempre en la historia social y de la medicina de la heroica.  

Después de una bendecida y extensa ausencia, de muchos años, con agigantados pasos en el tiempo, la enfermedad regresa en 1991 vía Perú-Tumaco, registrándose 15 casos positivos en Cartagena, 8366 en   Colombia y 127 fallecimientos (El Tiempo, octubre 8 de 1991); sin embargo, DASALUD informa que entre 1991 y 1997 hubo 2i86 casos  en Cartagena y casi 3.000 en Bolívar.

Pero…Implacable  el cólera reaparece en nuestra América  en el 2. 010, enseñoreándose en Haití, donde en el lapso de tres años  se reportaron 570.000 casos y 7.500 decesos.

En el presente milenio los reportes sobre la presencia del cólera en Cartagena han sido realmente muy escasos  y de acuerdo con los informes del CIOH  y de las autoridades sanitarias, el riesgo de una nueva epidemia de cólera es mínimo.

Sin embargo, no debemos ni podemos descuidarnos:

Las condiciones ambientales  de los sectores sociales excluidos (la mayor parte de la población) de “la Fantástica” son precarias entre otros factores por el mal manejo de las excretas y otras diversas formas de contaminación, por una parte, y por otra, somos uno de los puertos más activos del Caribe, América Latina y de buena parte del mundo y  aquí está el enorme peligro: el agua de lastre de los buques mercantes y turísticos que arriban a la ciudad.

Pero aun así en el presente… la mayor preocupación, en el momento, la representa, el informe  que a través de eluniversal.com da a conocer  el CIOH, sobre la presencia de las bacterias. Escherichia coli y de enterococos.

Leamos el informe del órgano noticioso:

“tras monitorear el mar del Caribe, el Pacífico y las aguas de lastre de los buques mercantes que ingresan a estas áreas jurisdiccionales de la Dirección General Marítima (DIMAR) que fueron inspeccionados por las diferentes capitanías de puerto, se identificaron las bacterias Escherichia coli y enterococos, los cuales son indicadores de propagación fecal y representarían un riesgo para la salud pública  de los ciudadanos y de los ecosistemas marinos”.

La Escherichia coli, de acuerdo con las definiciones  de CDC (Centros de Control para la prevención de enfermedades del Departamento de Salud de USA son:

“Bacterias comunes que viven en los intestinos de los humanos y de los animales Existen muchas cepas de E.  Coli. La mayoría  de las cepas no son perjudiciales, pero existe una: la E. coli 0157:H7 que produce una sustancia tóxica  muy poderosa .La gente puede enfermarse muy gravemente si esta bacteria está presente en sus alimentos o en el agua, pues produce diarrea con sangre, dolor estomacal y fiebres leves”. Sin embargo, la bacteria afecta también los riñones  y los glóbulos rojos, aunque sea  en una persona de cada 50 casos, la cual puede morir sino es atendida de manera oportuna y eficiente.

Por otra parte leamos lo que son  los enterococos, de acuerdo con la “Revista Clínica Española”:

“El género enterococos está constituido por lo menos por  12 especies de cocos anaerobios entre los cuales se destacan E.Faecalis y E Faecium. Su reservorio natural es el tracto intestinal de mamíferos, aunque puede detectarse en el suelo, agua o alimentos.

Los enterococos causan diferentes  tipos de infección como las del tracto urinario, endocarditis meningitis, infecciones intraabdominales (biliares o peritoneales) y de úlceras.

Actualmente es una de las principales causas de  infección nosocomial: adquirida durante la instancia en un hospital  o clínica”.

Tal vez, sean estos los cuadros clínicos más previsibles; sin embargo, los científicos, confirman que puede haber muchos otros, y hasta tal vez, más letales que los tratados hasta ahora; por ello, nuestra preocupación por los bañistas de las playas de Cartagena y del Océano Pacífico , con los consumidores de pescados y mariscos de las bahías y de otros cuerpos de agua;¿Qué suerte les espera, si a pesar de los sofisticados controles que tienen muchas  aguas de lastre de las embarcaciones mercantes y turísticas de los controles  de las autoridades marítimas las aguas están contaminadas con Escherichia coli  y enterococos?

De manera desafortunada, pese a su gravedad los problemas de morbilidad y mortalidad que ocasionan las bacterias referenciadas se quedan pálidos ante el “enemigo oculto” que a la vista de todos  y en los informes científicos está en la bahía de Cartagena: son los llamados metales pesados como el plomo, el cadmio, el cobre, el cromo y otros, y en especial el mercurio que en el fondo de las aguas se convierte en el letal metilmercurio, este que:

 al ser absorbido por los organismos de plantas, animales y humanos produce deformaciones genéticas, enfermedades neuro cerebrales, urinarias y hasta la misma muerte…Este que produjo el mal de Minamata (Japón ) y lo reproduce   en todos los ríos y mares contaminados del mundo y con especial impunidad en nuestra histórica bahía…Este mal que sufrió el pueblo japonés en los años 50 y 60 del siglo pasado(y que aún sigue sufriendo)…Este mal del cual  por consumir pescado contaminado con metilmercurio, “los más afortunados murieron”.

Aquí, en nuestras propias aguas está incubado el demoníaco mal, esperando que los funcionarios y autoridades de salud, del ambiente y del desarrollo sostenible se llenen de valentía y se decidan, de una vez por todas a solucionar el elemento causal de una catástrofe ecológica y humana que de manera silenciosa continúa cobrando víctimas entre las  humildes poblaciones de la bahía  del Distrito.

Quiera Dios, que por su gracia se les ocurra buscar soluciones ahora que están iniciando labores en la desafortunada urbe de añejo sabor indígena, africano y colonial.

Que Dios y Cristo Jesús le den el coraje que necesitan en sus  cargo, así como los funcionarios de salud y ambiente de la República Democrática del Congo, tuvieron el valor de enfrentar el mal del Ébola(sangrado precoz del enfermo) que recién reapareció después de cuatro años con 46 nuevos casos (mortales hasta en un 90%) gestión que llevó al país a mejorar su sistema de salud ambiental, y a comprometer a la organización Mundial de la Salud, con una prometedora vacuna.

Pero el Mal de Minamata en Cartagena, no requiere vacunas; sólo una simple recolección del mercurio derramado en el Caño Casimiro por  la extinta Álcalis de Colombia: Más esta “simple recolección”  conlleva a una labor titánica, que necesita la cooperación internacional y la voluntad política de las autoridades nacionales, regionales y locales. “Amanecerá y veremos”, como dijo el invidente.

Con los afectos de siempre,

Recargados este 2018.

uellesq@hotmail.com

 

 


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