“El Palito de caucho del centro Histórico: ¿SUICIDIO O ECOCIDIO?
1.LA SORPRENDENTE CONDUCTA DE LOS ÁRBOLES.
Extraordinarios resultan los conocimientos científicos del mundo actual sobre la sorprendente vida y conducta de los árboles, al demostrarnos que estos portentos de la naturaleza además de ser seres maravillosos y sintientes son capaces de comunicarse entre sí, ayudarse unos con otros, alertar sobre el peligro que pone en riesgo a compañeros sean o no, estos de su misma especie diferente y hasta de suicidarse, frente a determinadas circunstancias.
Estas capacidades y cualidades, asignada hasta el siglo pasado únicamente a los animales, entre estos nosotros los humanos, revolucionan el concepto que se tiene sobre los seres vegetales, confirmando una vez más que la vida es una sola trama y que los árboles comportan algunos tipos de conductas, al igual que nosotros los humanos, llamados de manera eufemística: “homo sapiens”.
Las afirmaciones anteriores son respaldadas por los estudios científicos realizados por la ecóloga canadiense Suzanne Simard de la universidad British Columbia, quien a través de investigaciones en los bosques templados de Canadá comprobó que:
“Los árboles de un bosque, sean de la misma o distinta especie,
están conectados entre sí
a través de una red subterránea de “micorrizas”
-hongos que se conectan entre ellos y con las raíces de los árboles-
por la que se traspasan recursos vitales como agua,
carbono, nitrógeno y fósforo,
pero también comparten información más compleja y
establecen distintos tipos de relaciones,
configurando un verdadero sistema”.
Desafiando a la imaginación humana, la ecóloga concluye que:
“Los árboles de un bosque pueden alertar a otros sobre los peligros que corren, presentir cuando van a morir donando sus nutrientes a los más jóvenes, a partir de los llamados árboles madres, los más antiguos…Yo interpreto que hay una inteligencia, una sabiduría, una protección que se transmite de una generación a otra… el bosque es un ejemplo como funciona el equilibrio en la naturaleza” (Revelador descubrimiento...elpaís.com. Consultado febrero 08.2020).
Pero…más allá de estos descubrimientos, hay otro, igualmente sorprendente, como es el de la posibilidad que tienen los árboles de suicidarse, una actitud considerada exclusiva de los humanos.
A este respecto Laura Otero Leal, Psicóloga y máster en Psicología forense de la Universidad de Madrid, escribe:
“La semana pasada acudí a una visita guiada al Jardín Herrero Palacios, en el Parque de los Jardines del Buen Retiro de Madrid… en la cual aprendí lo que les ocurre a los olmos cuando enferman. Estos suelen ser atacados por un hongo común conocido como es la grafiosis o la enfermedad holandesa de los olmos.
Dicha enfermedad consiste, por ejemplo, en que el hongo ataca el sistema inmune del árbol en una rama y entonces el árbol corta el flujo de savia a esta rama, evitando así que el flujo contaminado por el hongo llegue al resto de la planta. Pero otras veces, dicho hongo ataca el árbol desde el tronco y al saberse atacado reacciona cortando el flujo de savia para que el resto no se infecte. En este caso el propio árbol a través de su sistema inmunológico y su afán por proteger al resto del cuerpo de la enfermedad, termina muriéndose.” (Conectia Psicología.es.El suicidio de los árboles. Consultado febrero 08.2020.).
2. EL SUICIDIO DEL PALITO DE CAUCHO DEL CENTRO HISTÓRICO DE CARTAGENA DE INDIAS.
Presentadas así las situaciones, es posible colegir que el desarraigo y caída del gigante vegetal que nos ocupa, fue un suicidio, o en el mejor de los casos intento de suicidio; es decir, el palito de caucho tomó la nefasta decisión de auto eliminarse.
¿Pero cuáles fueron las causas que tuvo el gigante para suicidarse?
De acuerdo con diversos testimonios recogidos alrededor del sitio donde ocurrió el suicidio y el análisis situacional del entorno, estas son las siguientes:
*El ridículo espacio original en que fue sembrado, que nunca le permitió expandir sus raíces para fijarse en el suelo protector y nutriente, espacio que fue aún más reducido con la construcción de las obras de Transcaribe.
*El no poder continuar soportando la horrible rotación de los motores de los busetones del mismo medio de transporte, y la destrucción consecutiva de sus ramas, tal vez las más frágiles de su sistema vital.
* La humillación constante a la que fue sometido cada noche, desde cuando se hizo corpulento, cada vez que un transeúnte orinaba su rugoso tallo, sin pudor alguno.
*Su propia impotencia para evitar podas antitécnicas, que le hicieran perder su equilibrio vertical.
*Su misma imposibilidad para hacer que sus raíces aéreas penetraran en la tierra que debía nutrirlo y sostenerlo, porque las talaban los humanos, sin piedad alguna o simplemente no podían penetrar en el duro pavimento del ridículo espacio vital, al cual fue confinado, “en nombre del progreso.”
Es muy posible, sin ser ecólogo forense que fuesen estas las razones que el gigante “palito de caucho” tuvo para suicidarse o intentar hacerlo, razones, sobre las cuales seguiremos investigando.
De esta manera, se despidió o intentó despedirse de nuestro malogrado entorno uno de los seres más emblemáticos de la ciudad, uno de los seres más valiosos del reino vegetal que poseía el centro histórico, cuya nobleza quedó demostrada hasta el último minuto de su existencia:
Se derrumbó, después de 50 años de existencia(aprox.) justo a las 9:45 de la noche, del 5 de febrero del presente año cuando ningún transeúnte o vehículo motorizado pasaba debajo de su gigantesca corpulencia en la Avenida Venezuela; de esta manera, una vez más demostró sus afectos por los cartageneros y sus nocturnos visitantes.
De manera muy afortunada, hoy, gracias, a una buena y oportuna medida de la administración distrital, el sistema raizal y una mínima parte del tallo fue resembrada, con la fuerte esperanza que retorne a su estado original, dentro de varios años.
Pero… su caída fue algo que pudo evitarse…y su rescate pudo ser mejor, si se le hubiese dejado algunas otras ramas de aceptable longitud y con mayor cantidad de hojas; si se hubiesen sellado o curado todas las ramas, para evitar la proliferación de hongos y si se le asigna mayor espacio terrestre para su desarrollo y fijación de raíces aéreas.
Ahora, en esta coyuntura,(sábado 15 de febrero 2020) cuando observo el tronco, que con el favor de Dios revivirá y crecerá como antes, pienso también que es posible retirar del sitio la montonera de escombros(adoquines), que le robaba su espacio vital, aumentar la superficie de este, retirar también la basura de mecatos amontonada en su base, y aumentar la frecuencia del riego, acción vital y esencial en este momento crucial, cuando la nueva cantidad de tierra provista está reseca y sedienta, del líquido que posibilita la vida en el planeta.
3.EL SINO TRÁGICO DE LOS PALITOS DE CAUCHO DEL CENTRO HISTÓRICO.
El sino o destino de los palitos de caucho del centro histórico y en especial el de los ubicados en el entorno de la Avenida Venezuela, parece estar marcado por la tragedia:
*En 1996,50 años después de ser plantado en el espacio verde de un establecimiento bancario, contiguo a la placa conmemorativa del fusilamiento de algunos líderes de la independencia en 1816, después de una lenta y horrible agonía, el gigante de mayor simbolismo de los cartageneros, pereció…
Hoy, 24 años después, mi mente nítida evoca con nostalgia aquellos dolorosos días cuando:
El gigante, despojándose de su verde follaje, empezó una larga agonía; la vida se le escapaba por cada una de sus millares de millares de hojas, al igual que la vida de los polluelos de las maría mulatas, resecados por los rayos del sol, que inclementes caían sobre aves y personas, que hicieron del sitio un espacio de compartir la vida, sueños, amores, desamores y esperanzas que es lo único que no pierden las gentes desposeídas del bienestar básico al cual tenemos derechos los humanos.
Allí frente a las puertas del gran capital pereció aquel gigante, después que le cortaron el 90% de sus raíces, siendo reemplazado, desde entonces por el árbol gigante que hoy generoso brinda algo más que sombras y temperatura ambiente menos inclemente.
Así frente al ecocidio perpetrado, en una de las ramas del gigante, un poeta anónimo escribió:
¡!No llores por mí Cartagena!!
¡¡Llora por tus hijos insensatos!
Esta nota de mis recuerdos, publicada en la tercera edición de mi libro “La Contaminación en Cartagena”, quedó de testimonio perenne también en la edición impresa de El Universal del 15 de agosto de 1989.
Desde entonces, las políticas gubernamentales de conservación de los árboles en la ciudad no han cambiado, tal como se observa en las siguientes zonas:
ZONA 0.
El cinco de febrero del presente año, un intento de suicidio de otro gigante “palito de caucho” sacudió a la urbe de nuestros días, aunque en buena hora la autoridad ambiental pretende revivirlo.
Pero… el sino trágico de los árboles de caucho y otras especies supervivientes de la Avenida Venezuela, sigue impasible e implacable:
Todos los árboles de caucho sembrados en el sector amenazan con suicidarse, es decir, venirse abajo ante la hostilidad del ambiente que les rodea, como es lógico colegir del siguiente breve estudio realizado por el autor de la presente nota:
ZONA 1:
Parque Miguel Cervantes, el autor del Quijote: Un árbol de caucho, de tamaño mediano, sembrado en un espacio totalmente insuficiente para mantener el equilibrio y rodeado de varios negocios; la zona es un orinal nocturno a cielo abierto.
ZONA 2:
Espacio contiguo a dos instituciones bancarias, un frondoso y gigantesco árbol con espacio totalmente insuficiente para mantenerse erguido, rodeado de múltiples negocios.
ZONA 3.
Espacio contiguo al centro comercial La Matuna: otro gigante árbol rodeado de negocios, con espacio insuficiente para mantenerse en pie.
ZONA 4.
Antigua Caja agraria:
Un súper gigantesco “palito” sometido a varias podas a través de su historia de vida; ornamentado su entorno, pero con espacio vital insuficiente, para continuar viviendo con seguridad y calidad.
ZONA 5.
Parque Pescamar:
En un espacio amplio, de manera relativa, pero insuficiente para el gigante vegetal que allí protege a varios comerciantes ambulantes y millares de peatones que a diario pasan bajo su sombra protectora.
ZONA 6.
El centro comercial más cercano a Puerto Duro o Puerto Chambacú:
Un gigante y hermoso “palito de caucho”, cobija bajo su sombra a un “bebecito “de la misma especie; está confinado en un espacio insuficiente.
ZONA 7.
Frente al baluarte San Pedro Mártir: un gigante a medias (comparado con otros). Atrapado entre muros de vetustas jardineras, sirve de base al paradero de taxis colectivos que van al barrio de Crespo; por su ubicación está condenado al suicidio también, al igual que los anteriores y siguientes.
ZONA 8.
La entrada de la Calle del Cabo. Aquí está plantado uno de los árboles más espectaculares de la avenida en referencia y tal vez uno de los más maltratados. Atrapado entre muros de cemento, y cables electrizados sirve de refugio a comensales y a tomadores de bebidas alcohólicas.
ZONA 9.
Zona verde del llamado antes Edificio Nacional, sede actual de tribunales de justicia. El hermoso ejemplar que la ocupa además de todos los beneficios propios de este tipo de árboles y de las demás especies vegetales, ofrece una pintoresca vista al sitio; ubicado en un espacio relativamente apropiado, que ya le quedó pequeño, para el crecimiento de sus órganos de sostén; presenta algunas ramas secas.
4. CONCLUSIONES PARCIALES.
Observados 10 espacios puntuales donde están sembrados más de 10 ejemplares del árbol del caucho, llamados de manera coloquial “palitos de caucho”, es posible concluir que:
A. Los espacios ocupados por los gigantes y frondosos árboles de caucho ubicados en la Avenida Venezuela del centro histórico de Cartagena, son sitios especiales de convergencia y convivencia de cartageneros y visitantes, donde se desarrolla una serie de comportamientos sociales y culturales, espacios que sirven , además de base a múltiples negocios de la economía informal de la ciudad, cuyos gestores a la par de las autoridades locales no brindan ningún tipo de cuidado a los ejemplares que les benefician.
B. Todos están ubicados en un espacio físico muy insuficiente para mantenerse en pie, por lo ridículo de la superficie de tierra que se le asignó, con gran parte de ella cubierta de pavimento que impide la fijación de las raíces aéreas del gigantesco ser vivo e inteligente.
C. No existe tratamiento sanitario de los árboles que garantice su salud y bienestar, y así evitar posibles accidentes con el desprendimiento de pesadas y gruesas ramas.
D. Las escasas podas realizadas, con intervalos extensos de tiempo se realizan de manera reactiva y antitécnica, cuando ocurre desprendimiento de ramas secas o verdes provocados por ventarrones.
E. No existe una política pública orientada a la preservación de la especie objeto de estudio.
5.PROPUESTA DE SOLUCIONES PARCIALES.
Sin pretender responsabilizar a la reciente administración del Distrito, de la debacle que vive el arbolado del centro histórico y de la avenida objeto de estudio es necesario.
PRIMERA: Mejorar el ejercicio de resucitación del árbol caído, que intentó suicidarse la noche del cinco de febrero del 2020.
SEGUNDA. Emprender de inmediato la entrega de un espacio vital suficiente a cada uno de los árboles existentes en la avenida y someterlos a podas técnicas y humanitarias, que impidan accidentes y garanticen la continuidad de la vida de los gigantes.
TERCERA. Reubicar a una distancia prudente los puestos de economía informal que rodean los árboles y ornamentar su base con plantas florales.
CUARTA. Conformar con los propietarios de los negocios de la economía formal e informal, diversos comités de protección, cuidado cotidiano y conservación de los gigantes que hoy sobreviven a pesar de nosotros mismos.
QUINTA. Buscar padrinos, que garanticen el bienestar de los “Palitos de caucho”, a cambio de una discreta publicidad colocada en la base de estos, sin perjuicio alguno para el ser viviente.
SEXTA. Establecer una política pública de cuidado y conservación del arbolado y ornamentación urbana, con énfasis en estos gigantes del centro histórico y la reforestación con árboles frutales.
SEPTIMA.Poner en práctica, los recaudos monetarios que establece el Acuerdo Distrital 048 del 2006 sobre el Fondo par el Fortalecimiento y adecuación de Parques y Zonas Verdes en Cartagena (El Universal (febrero 17. 2020.Quien responde por el arbolado), e invertirlos desde ya en la rehabilitación de los árboles que nos ocupan y en la reforestación masiva de la ciudad, en la época lluviosa con especies frutales, de tamaños que garanticen su supervivencia y conservación perenne. CONTINUARÁ…
Con los afectos de siempre,
reforzados con la resistencia y fortaleza de nuestros “palitos de caucho”:
UBALDO JOSÉ ELLES QUNTANA.