El Porro:El Rey de Las Sabanas y de las Costas del Caribe


El Porro: EL Rey de Las Sabanas y   de las Costas   Del Caribe.

(Primera Parte).

UNA INTRODUCCIÓN  NECESARIA.

 

Transcurría la segunda mitad de los años 50 del siglo pasado, cuando comencé a disfrutar las delicias  musicales del porro gracias a las emisoras radiales de la época, a las fiestas familiares y de la  vecindad,  a través de las cuales se difundían las creaciones  y las canciones vernáculas de nuestra cultura, lideradas en mis recuerdos, no más acá de 1962, por Pedro Laza y sus Pelayeros, Clímaco Sarmiento, Rufo Garrido  y Crescencio Camacho.

Las  canciones raizales eran difundidas y muy escuchadas  en cualquier mes del año; no había que esperar las fiestas de noviembre ni tampoco las de diciembre, porque a pesar de  las creencias de  muchos, este tipo de música era bien valorada y disfrutada a diario en los ámbitos de las clases  populares y medias por la sabrosura, la cadencia y la significación del porro en nuestras tradiciones culturales, de manera especial en las celebraciones colectivas.

Al maestro Crescencio lo recuerdo de manera vívida (en vivo y en directo) cantando  con su orquesta, en  el  matrimonio de una vecina en la calle  Real de Turbaco:“Falta la Plata” con una voz espectacular y  un excelente acompañamiento musical, esta joya musical que rescató el Joe Arroyo en 1996   a dúo con el Gran Wachi Meléndez:

Cuando voy para el mercado,

que muchachas tan hermosas,

que compiten con las rosas,

 con perfumes y fragancias…

A ti te falta la plata,

 para poderlas tener…

Inolvidables son también las canciones de  otros  excelentes cultores e intérpretes como los maestros Manuel Villanueva, Lalo Orozco, Edrulfo Polo y Tony  Zúñiga a quienes en honor a la verdad no identifiqué en su época de oro ,salvo al maestro Tony cuando empezó a grabar excelentes piezas de la música popular con los Corraleros de Majagual.

Gratos recuerdos conservo también del porro “Pepe”, que rompió todos los records de audiencia en la segunda mitad de los años 50 y bien claro tengo el momento cuando  el furgoncito de las paletas y helados “Polar” llegaba a Turbaco promocionando y vendiendo sus productos , causando sensación cada domingo, en especial cuando aún no había luz eléctrica en la población.

De las bocinas del furgón salía una música cadenciosa que invitaba al baile y el canto, acompañada de una letra sugestiva que recorría no sólo los ámbitos de Cartagena y sus cercanías, sino también varios países del Gran Caribe:

Cuando me aprietan bailando,

Yo  me siento sofocá,

pero si bailo con Pepe,

con Pepe no siento ná,

ay, ay Pepe, ay ,ay mama,

Y no es que Pepe no aprieta,

sino que sabe apretá.

Ay ná, ay ná, ay …náaaaaa.

Los Corraleros, como todos recordarán, fueron creados por Alfredo Gutiérrez y Calixto Ochoa, en 1961 quienes dieron un nuevo aire a la música nacional,  a la del Caribe y de las sabanas del Bolívar Grande de los años 50 y una pequeña porción temporal  de la década del 60, creando e interpretando varios porros  significativos  en la antología musical de Colombia , entre ellos Majagual y   Porro Bueno:

 Sigue tocando acordeonero,

que este porro está muy bueno.

Sigue tocando acordeonero,

Que este porro está muy bueno.

Así, uno tras otros hilvané mis recuerdos de la segunda infancia , trayendo a la mente aquellos momentos más significativos y de nuevo  evoqué mis conversaciones con el jefe  Daniel Santos en Ocala, Miami en junio de 1990 .

Allí recordamos el  tiempo durante el cual estuvo aquí en Colombia, en 1960 grabando con Pedro Laza y Sus Pelayeros el Lp. “Candela” en el cual se incluyó uno que otro porro y  traje a mi memoria  algunas canciones como El Arrimaito, Carolina Caró, No como Coco, Panamá Me Tombé  y El Güiro de especial recordación.

 Desde ese espacio  tan especial mis recuerdos  sobre los 10 primeros años de mi vida    reflejan a un grupo de niños y adolescentes  afanados  con la  fabricación de güiros con  totumos  poco redondos, acordes con las instrucciones que nos daba el  Viejo Daniel:

El güiro nace en el campo,

es cosa muy natural,

Pero lo que asombra tanto,

Yo se los voy a explicar,

Y yo, yo se los voy a explicar:

Se coge la güira, se le hace un huequito,

Se sacan las tripas,

Se le hacen surquitos y,

Luego se pone a sonar…

El Güiro fue uno de los grandes  éxitos del LP.”Candela” y es el único que recuerdo 54 años después,  aunque  de  Carolina Caró recuerdo  la versión con la Sonora Matancera de Cuba, tal vez anterior a la del Maestro Pedro Laza

Así en medio del alegre conversatorio con El Jefe Daniel le conté la historia  del Porro en Colombia, cuyos orígenes  se remontan a nuestras culturas indígenas  expandidas por la geografía de las  sabanas,  con una imponente presencia en Córdoba, Sucre, Los Montes de María en Bolívar, el Atlántico y Cartagena y sus cercanías.

Prueba de ello , le dije al Jefe, son las piezas arqueológicas  que conserva el Museo del Oro  del Zenú,  y  los importantes trabajos de estudiosos del folclor cordobés como Gregorio Salgado que en otra versión sostiene que parte de la estructura rítmica del porro es herencia africana y que me perdoné Dios y los entendidos si estoy equivocado.

De inmediato, el Anacobero mostró su interés por conocer a estos personajes entre quienes también le mencioné a Orlando Fals Borda, uno de los grandes investigadores de la historia y de la cultura del Caribe colombiano.

Después de estas aclaraciones, con la pedagogía activa  que siempre  manejo, tratando de aminorar el ritmo  de la toma de whisky, continúe diciendo que con la colonización española que extinguió las culturas indígenas de Borinquen -la tierra del jefe- Quisquella (República Dominicana  y kalamarí (Cartagena de Indias) las costumbres, los instrumentos y la música de los chapetones se fusionaron con nuestra cultura y así nacieron las primeras bandas de músicos que ejecutaban el Porro.

Finalmente, le comenté  a Daniel Santos que mis explicaciones eran muy elementales y que si quería  más saberes le recomendaba leer los libros de los autores mencionados  y que se diera una pasadita por Google, o mejor que llegara a Cartagena y conversara con el Quique Muñoz y Emery Barrios, los musicólogos más expertos de la ciudad.

Entre fascinados y fastidiados , porque estábamos hablando mucho, tomando poco y escuchando poca música, el Jefe , sin mucha pena dijo: Ticher déjala de ese tamaño! y casi que se queda de ese, porque para terminar le dije:

Oiga Jefe tenga presente que a pesar de que los costeños compartimos una cultura muy pareja, también tenemos nuestras diferencias y el porro del Caribe, aunque tiene la misma secuencia musical, una cosa es

EL Porro de las bandas papayeras de Sucre, Córdoba y Bolívar,

Otra cosa es el Porro del Atlántico,

También diferente es el porro en acordeón de las sabanas,

El porro de los Montes de María con orquesta, el porro con combos musicales en Córdoba  y otra cosa es  el porro que nace en Cartagena de Indias, a orillas del Mar caribe.

El Jefe Daniel quedó viendo un chispero y  me espetó: ¡me la sueltas delgadita mañana cuando esté bueno y sano porque  no entendí un carajo!

Seguro Jefe la seguiré soltando despacio pues la historia es muy larga de contar! e irá también para Ud. y nuestros lectores y lectoras de EL UNIVERSAL.com. CONTINUARÁ.

 

 


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