El Reggae, el Vallenato y el Merengue Dominicano : Patrimonio de la Humanidad.


El Reggae, el Vallenato, el Merengue Dominicano y la Rumba Cubana: Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Se emociona el alma, el espíritu y la mente  cuando se escucha y se ve noticias agradables, como las que ofrece Unesco, en torno a la declaración de Patrimonio  Inmaterial de la Humanidad, de las prácticas  más sobresalientes  de las  incontables culturas de los pueblos del mundo.

Hoy, con más de 500 prácticas culturales mundiales reconocidas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es gratificante  vivir los momentos, en que otra manifestación ancestral de los pueblos del Caribe es reconocida bajo esta denominación, como lo es ahora el Reggae de Jamaica.

Sin embargo,  con mucha anterioridad  temporal otras expresiones musicales  como el vallenato, el merengue dominicano y la rumba cubana, fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad y a ello nos referiremos a continuación.

El vallenato, tal como muchos melómanos entendidos concebimos, es un género musical que agrupa cuatro ritmos típicos de la región del Caribe, como son el paseo, la puya, el merengue y el son, los cuales recogen gran parte de la idiosincrasia popular, con nuestras costumbres, amores y desamores, desilusiones acompañadas de sueños y  esperanzas, acompasadas con miles de versos hermosos a las bellas mujeres que para nuestro bienestar espiritual nos acompañan  en la región.

Unesco, lo identifica como “género musical autóctono de la Costa Caribe colombiana  con epicentro en la antigua Provincia de Padilla (actuales sur  de La Guajira, norte del Cesar y oriente del Magdalena) y en la región sabanera de Bolívar, Córdoba y Sucre. Su popularidad se ha extendido por todo el interior del país y el exterior”.

Sin entrar en pormenores  de este merecido título  entregado a nuestros cantos más sentidos en la actualidad, el Heraldo de Barranquilla, resalta la noticia de esta manera:

“La Unesco confirma la inclusión del género musical del Caribe colombiano: En Namibia, África, el Comité  Intergubernamental de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, anunció hoy (2015-12-03) la inclusión de la música vallenata tradicional del Magdalena Grande, en la lista de la referencia, en necesidad de Salvaguardia Urgente”.

Si bien es cierto, que la declaratoria hace alusión directa al vallenato del Magdalena Grande, ello no resta mérito al vallenato sabanero, cuyos creadores y exponentes han donado una incontable lista de vallenatos extraordinarios , para la eternidad del goce musical, y como muestra de ello, están las creaciones y ejecuciones de Alfredo Gutiérrez, Adolfo Pacheco, Enrique Díaz, Andrés Landero, Mariano Pérez, Los Hermanos Vásquez y Vega, Calixto Ochoa(aunque nació en el Cesar)Rafael Ricardo y Otto Serge, para nombrar sólo a los más cercanos a mis vivencias musicales.

Por lo anterior, sin entrar en polémica, es necesario precisar que el vallenato  es del Caribe y que es obvio distinguir las diferencias  subregionales al interior de nuestra gran región cultural, hecho que lo engrandece, magnifica  y fortalece, librándole del riesgo de desaparecer, como expresión artística de nuestro pueblo.

Más, si lo anterior es objeto de polémica, por mucho que no se desee, hay algo que no tiene discusión, y es que el vallenato del Caribe tiene necesidad de una “Salvaguardia Urgente” para librarlo de las composiciones y “los cantos del lloriqueo”, de las letras insulsas y sin sentido, y de los nuevos ritmos que la llamada fusión de las nuevas generaciones ha creado con   algún elemento de los ritmos tradicionales.

A esos ritmos ultra rápidos,(más veloces que  la puya) que en nada se parecen al merengue y mucho menos al son y el paseo, a esas canciones cuyas letras sin sentido ofenden las grandes composiciones del vallenato tradicional, como las de Gustavo Gutiérrez, Rubén Darío Salcedo, Leandro Díaz, Alejandro Durán, Juancho Polo Valencia y decenas de otros destacados autores e  intérpretes, a estos muchachos, mejor: a algunos intérpretes de la nueva ola, les invito a buscar y poner nombre a sus nuevos ritmos, pues literalmente, muchas, la mayoría de sus   desafortunadas interpretaciones  no son vallenatos; recordemos esta sabia sentencia  musical:

“No toda la música ejecutada en acordeón es vallenato”.

Ahora, interiorizándonos en las entrañas del Caribe, mención especial merece la declaración del  Reggae,  también como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, con unas frases excepcionales de Unesco:

“Su aportación a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana, pone de relieve la fuerza intelectual, socio política, intelectual y sensual de este elemento del patrimonio cultural”.

Y de verdad, cuando escuchas un Reggae de Bob Marley, experimentas en tu mente y en tu cuerpo la sensualidad que te producen las olas del Mar Caribe, cuando en una tarde calma, nadas al compás del cuerpo de tu amada, dibujando poemas de amor, que jamás logrará borrar la suave  brisa y las ondas acompañantes.

El pasado 29 de noviembre, cuando en Port Luis República de Mauricio (África) la Unesco se reconoció a esta expresión cultural Caribeña, la Unesco fue enfática al declarar que “el Reggae conserva intacta, toda una serie de funciones sociales de la música, tales como ser vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y loa religiosa- y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población Jamaicana”.

En esta soleada tarde, con un sol ardoroso que la frescura incipiente de los Vientos Alisios no logra atenuar, mis congratulaciones a todos los creadores del Reggae y al pueblo de Jamaica, tan ligado a la historia de nuestra liberación, a través de la primera independencia, cuando el 6 de diciembre de  1815, el máximo líder del Ejército Popular Libertador: Simón Bolívar Palacios, publicó la famosa Carta de Jamaica, denunciando la opresión española sobre América Latina, y buscando refuerzos para nuestra lucha libertaria.

Más, volviendo al tema musical, debe resaltarse también, que a la par de Bob Marley figura un conjunto de otras estrellas musicales, algunos a su alrededor  como Peter Tosh, miembro de su banda The Wailers; siguen Jimmy Cliff  y Bunny Wailers también de Jamaica, sin olvidar los intérpretes de otras nacionalidades, tales como la banda  Steel Pulse de Inglaterra y Lucky Dube de Suráfrica.

Inmerso también en las entrañas del Caribe, y vecino nororiental del Reggae, nació el Merengue Dominicano, considerado como parte integral de la identidad nacional de la comunidad isleña;  y es que el merengue desempeña también un papel importante en la vida cotidiana de la población, tales como eventos festivos, reuniones familiares y de amigos, e incluso en la política, tal como lo demostró el extraordinario merenguero, Johnny Ventura quien revolucionó el ritmo Johnny, en los años 60 y 70.

Al momento de escribir estas líneas, la mente evoca los primeros merengues que mi alma de melómano empedernido escuchó en los años 50 interpretados por Ángel Viloria y su Conjunto Típico Cibaeño, cantando Dioris valladares, quedando fascinado con A lo Oscuro, Quitasueño, La Empalizá y tantos otros que se bailaban en las fiestas de mis familiares.

De igual modo, vienen a mis oídos los acordes de los merengues de Johnny Ventura de los años 60 y 70, entremezclados con la salsa que conquistaba millones de adeptos en el mundo y luego, el merengue dominicano contemporáneo de Wilfrido Vargas y Eddie Herrera, Kinito Méndez y pare de contar.

Es a estas generaciones, a las contemporáneas y antecesoras de Ángel Viloria, a quienes Unesco honra con su declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial De La Humanidad, el año 2016.;por eso no ha de extrañarle amigo lector, que un tiempo mediano les invite a escuchar mi modesta conferencia: Tres generaciones del Merengue Dominicano Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Es indudable que no podía faltar la referencia a la Rumba Cubana, la Madre Tierra – cultural que parió  nonallizos y más, entre los  ritmos del Caribe.

El año 2016, cuando la Unesco en Adis Abeba (Etiopia, África declaró la rumba cubana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, manifestó:

“La rumba, es una expresión oral e inmaterial, donde coinciden con armonía la tradición y la contemporaneidad, este ritmo y este baile que nació de las barriadas pobres de Cuba está vinculado  a la cultura africana, pero también posee algunos elementos de la cultura antillana y del flamenco español. Por su naturaleza integradora y su diversidad cultural, se convierte en una expresión de amplio alcance social”.

Ahora, con la Rumba llegan a mis recuerdos las imágenes sensuales, de la tal vez, mejor rumbera del mundo, la cubana –mejicana Ninón Sevilla, bailando rumba con la orquesta de nadie más y nadie menos que Dámaso Pérez, Prado el Rey del Mambo en el mundo terrenal.

Los recuerdos fluyen raudos  sobre aquellas imágenes  proyectadas en el telón del Teatro Turbaco en los años 50, cuando las películas de Ninón Sevilla enloquecían al público de ese entonces; en esa época no existía la censura y tranquilamente los muchachos de 10 y 11 años, de manera inapropiada, nos colábamos para admirar las súper curvas de la cubana y los por demás sensuales movimientos de sus hermosas acompañantes. 

Hoy, los expertos en la historia musical del Caribe conceptúan que la ancestral rumba cubana tiene tres formas principales de expresión  como son el Guaguancó, (un baile de conquista del hombre a la mujer) El Yambú y La Columbia; el Guaguancó es sin duda, la expresión más conocida de la rumba en el ámbito internacional, y uno de los ritmos más simbológicos del género de la salsa contemporánea.

Es entonces este legado, al cual la máxima organización mundial de la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO), rinde reconocimiento  y honores, a sus pueblos creadores; de igual modo, son estas manifestaciones culturales las que me invitan a unas reflexiones colaterales en torno a nuestra riqueza  cultural:

PRIMERA: ¿Por qué no seguir el ejemplo de Jamaica, donde el Reggae se enseña, de manera sistemática desde el prescolar hasta la universidad? ¿Por qué no rescatamos “la música de la cartageneidad”.?

 

SEGUNDA. ¿Por qué liderados por las emisoras radiales las autoridades educativas y culturales del Distrito y el Departamento, no creamos un vasto movimiento que  rescate y haga difundir en cualquier mes del año la música de la Orquesta A Número 1 del maestro Pianeta Pitalúa, de las agrupaciones musicales del Maestro Pedro Laza, de la Orquesta de Rufo Garrido, Clímaco Sarmiento, Pacho Galán, todas con sus voces líderes e instrumentistas, y de otros que se escapan  a mis leves recuerdos?

TERCERA. ¿Por qué los músicos cartageneros con el mejor ejemplo de Boris García, quien inició el rescate de la música de Pedro Laza, no se empeñan en este proceso de rescate cultural?

¿Por qué no acompañar a Mauricio Pichot Elles, quien desde  la Radio de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá y Medellín, desde hace años  inició el rescate y promoción del vallenato tradicional de las sabanas y de las otras regiones creadoras?

CUARTA :¿ Por qué una vez unidos, funcionarios, artistas , gestores culturales, nosotros los melómanos, programadoras de radio y televisión, prensa tradicional y digital no emprendemos  una seria cruzada cuya meta  sea la de conseguir que “la música de la cartageneidad que recoge las expresiones cumbres del porro, el fandango, el mapalé, el paseaito, la guaracha, el merecumbé, la gaita, la cumbia y otros ritmos, de los más importantes creadores musicales de Cartagena y sus cercanías sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.?

QUINTA .En realidad se trata de una vasta propuesta a largo plazo, con muchas dificultades, con pocos adversarios y miles de seguidores; es una propuesta monumental y fenomenal, sólo para valientes; algunos  de los actores mencionados ya la iniciaron; este escrito es otro paso pequeño, pero es un  paso, y  hacia adelante.

Faltan miles de  aportes y entre estos el de muchos de los programadores musicales de las emisoras radiales a quienes invitamos a vincularse a esta cruzada; les invito también  a ustedes amigos lectores y amigas lectoras; unidos somos invencibles; recuerden nuestra meta y sueño:

La música de la Cartageneidad: Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Con los Afectos de siempre,

recargados este 2018, que se acaba:

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.

uellesq@hotmail.com

 

 

 

 


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