HÉROES CON PIES DE BARRO DE CARTAGENA COLONIAL .2
1.LOS CONQUISTADORES Y LAS DENUNCIAS DEL OBISPO
DE CARTAGENA DE LAS INDIAS
En la entrega anterior de la crónica “Héroes con pies de barro” definimos varias categorías en las cuales están clasificados los depredadores(conquistadores) de la época colonial en Cartagena de Las Indias, siendo las siguientes:
Conquistadores.
Gobernadores,
Políticos y militares.
Escritores.
y otros, categoría en la cual se incluye diversos actores, entre ellos la llamada India Catalina.
Leamos las características generales de cada una de las categorías referenciadas.
***CONQUISTADORES.
Fray Tomás del Toro y Cabero (Cavero)de la Órden de los Dominicos, primer obispo de Cartagena ( 1534-1536), en carta enviada al rey Carlos I de España y V de Alemania en 1535 los caracteriza de la siguiente manera:
“Por donde andan los conquistadores queman con sus pies las hierbas y tierra, ensangrientan sus manos matando y partiendo por medio niños, ahorcando indios, cortando manos y asando a algunos indios e indias, o porque los llevan por guías y les hierran en el camino, o porque no les dicen donde hallarán oro, que este y el de Vuestra majestad es su apellido y no el de Dios, traen indios e indios ,niños y niñas los cuales llevan a La Española a vender sin ser esclavos.”(Karl Henrik Langebaek(2023) en “Conquistadores e indios”.P.62).
1.1.LAS HUESTES INDIANAS.
Sin embargo, el “gran Hombre” a quien muchos de nuestros contemporáneos consideran un héroe jamás actuó solo; simplemente era el líder de las llamadas huestes indianas, cuyo modelo se inspiraba, de una u otra forma en las huestes guerreras de la España medieval.
Las huestes indianas fueron agrupaciones de hombres, -de manera preferente-las mujeres fueron excluidas, aunque también en Nuestra América hubo mujeres conquistadoras y guerreras como sucedió en México, Chile y Perú.
En el ámbito social y económico fueron una malgama de clases sociales, en las cuales participaban de manera voluntaria, desde un escribano (hoy notario) hasta un humilde campesino, comerciantes, fabricantes de cazabe y tortas de maíz, armadores y dueños de embarcaciones, financistas, traficantes de esclavizados, curas de almas (sacerdotes), delincuentes conversos y liberados a propósito, entre otros sectores sociales.
Muy en contra de su voluntad, marchaban los africanos esclavizados y los amerindios originarios de igual condición, utilizados como macheteros, para abrir paso en la jungla, o como guías a quienes le estaba prohibido equivocarse en la ruta del oro y piedras preciosas.
Con el paso de los años, la legislación se volvió laxa y fueron incorporadas las mujeres africanas y sus descendientes, en calidad de encargadas de la cocción de los alimentos y su conservación.
El reparto del botín en oro, las piedras preciosas, las perlas, tierras, labranzas y alimentos, arrebatado a los amerindios, casi siempre con violencia, o entregado de manera voluntaria o bajo amenazas de agresión, se hacía de acuerdo con los aportes de cada expedicionario, de tal manera que el líder de la hueste, el capitán de esta y los financistas tomaban “la parte del león” y la otra -la del ratón- la tomaba el grueso de las tropas(87.9%), después de descontar el quinto del rey-cuando lo hacían-todo ello sin excluir a los sacerdotes encargados de la evangelización cristiana.
Dado el carácter cristiano impregnado a la conquista, a luteranos, mahometanos e “infieles” sentenciados por la Inquisición, les fue negado el ingreso a las huestes indianas.
En síntesis, la hueste indiana fue una organización compleja hecha para la guerra contra los originarios de América y aunque cada grupo tuvo sus características particulares, existió una normativa común que regía a todas, de manera especial la defensora de los intereses de la corona y los de los financistas y líderes.
Por la complejidad de la organización y para ampliar saberes sobre los crueles criminales ejecutores de la conquista de Nuestra América y Cartagena de Indias es recomendable acompañarse de la lectura de los libros, el clásico de Demetrio Ramos y la obra de Carl Langebaek ya mencionada.
Leamos ahora los nombres y breves detalles existenciales de aquellos conquistadores que amasaron efímeras fortunas, con el saqueo, la explotación y la vida de los amerindios y africanos esclavizados de la Provincia Cartagena de Indias:
Cristóbal Colón F.
Luis y Cristóbal Guerra.
Alonso de Ojeda.
Juan de La Cosa.
Diego de Nicuesa
Rodrigo de Bastidas.
Pedro de Heredia.
Rodrigo Durán.
Alonso de Villoria. (Jr.)
Juan Ortiz de Espinosa.
Juan del Junco.
Alonso de Heredia.
Francisco César.
Sebastián de Belalcázar.
Todos ellos, de una otra manera están ligados a la conquista de Cartagena de Las Indias, y a sus nefastas consecuencias sobre las sociedades y culturas originarias y africanas, aquí radicadas a la fuerza.
En este mosaico de conquistadores, es necesario tener presente las investigaciones de historiadoras españolas como Carmen Gómez Pérez y María Salud Elvás, quienes con sus trabajos han permitido reconocer la existencia de otras importantes huestes en la conquista de la Provincia Cartagena de Indias, como la de Rodrigo Durán, Juan del Junco, Juan Ortiz de Espinosa y Alonso de Villoria(Jr.).
***Mención aparte, aunque nunca pisó tierra de la Colombia actual, merece Cristóforo Colombo, el europeo que realizó los primeros avistamientos de las islas menores del Gran Caribe y se convirtió en el primer esclavista de nuestra América.
Debido a él y a los hombres de sus diferentes viajes, las potencias europeas cometieron el genocidio más grande de la historia mundial, a través de los sangrientos procesos de conquista y colonización.
En nuestros días, las autoridades de Cartagena, los hispanófilos, y los nostálgicos de la dominación española, desde fines del siglo XIX conservan en la actual plaza de La Aduana(antigua plaza del Mar o Real) un monumento a su nombre, con una imponente estatua del genovés y una hermosa amerindia arrodillada a sus pies.
Ello significa para nosotros, los descendientes de los originarios y de los africanos una afrenta, que culminará cuando una valiente autoridad de la ciudad decida mandar al Museo Histórico de Cartagena las esculturas del monumento explicando la verdadera significación del personaje y del mal llamado descubrimiento.
***Luis y Cristóbal Guerra, son reconocidos como navegantes y conquistadores del Gran Caribe en los inicios del siglo XVI, cuando azotaron, saquearon y esclavizaron a centenares de amerindios originarios, entre ellos, los caribes de la isla Codego ,hoy Tierrabomba. Muy poco los menciona la historia oficial, la cual no los clasifica como héroes. Ello no le resta importancia a las matanzas y la esclavización que hicieron con los originarios.
Alonso de Ojeda, Juan de La Cosa y Diego de Nicuesa están asociados a la historia sangrienta de la primera década del siglo XV, (1509) de la conquista de Karmairí y sus cercanías. Ojeda es tristemente célebre por ser el primer conquistador en leer a los Caribes, el famoso documento llamado el Requerimiento.
El Requerimiento en lengua castellana pedía a los originarios la aceptación a la sumisión del poder del rey de España y del papa de la cristiandad, con el fin de recibir los beneficios de esta, de lo contrario serían sometidos a la “guerra justa”, en la cual serían aniquilados los caciques y sus respectivos pueblos.
Es claro entonces que los amerindios no entendían el castellano, y que la lectura del famoso requerimiento se convirtió en un formalismo, que muchas veces precedía a la destrucción de los pueblos originarios de Nuestra América.
Ojeda y su hueste fueron derrotado por los Yurbacos y su compañero Juan de La Cosa murió en el combate, junto con otras decenas de invasores; mal herido, Ojeda, el gobernador de Nueva Andalucía logró escapar del encuentro, recibiendo en las playas de Karmairí el auxilio de su viejo compañero y después rival Diego de Nicuesa.
Con el resto de los hombres de Ojeda y la hueste de Nicuesa, los conquistadores volvieron sobre los yurbacos perpetrando entre estos un asesinato masivo e incendiando la población.
En nuestros días, la historia oficial y tradicional considera a los conquistadores en mención como víctimas de los caribes, merecedores de la admiración de los sectores elitistas y populares de nuestra tierra.
Es más,en la plaza central de mi pueblo natal Turbaco, desde la primera mitad del siglo pasado fue erigido un monumento al conquistador y cosmógrafo Juan de La Cosa, honrando la valentía de este y su sacrificio por la causa del rey español.
Desde la perspectiva del Materialismo Histórico y de la Historia Total, los invasores mencionados fueron seres quienes, cegados por la avaricia del oro, arriesgaron sus propias vidas, y condujeron a decenas de sus compatriotas a la pérdida de estas, contribuyendo también a la extinción de los originarios caribes, de manera especial de los yurbacos, uno de los pueblos más aguerridos de las cercanías de Karmairí, hoy Cartagena de Indias. CONTINUARÁ…
PD. Imagen reproducida de la portadacanada.com
Con los afectos de siempre:
UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.