HISTORIAS SECRETAS DE LA PLAZA DE LAS BÓVEDAS DE SAN DIEGO 2.


1.Lo inexplicable de la permanencia “muy extensa” de una cortina de muralla de madera.

De manera inexplicable para la poliorcética (Arte de atacar y defender las plazas fuertes) colonial y para muchos de nosotros los contemporáneos del siglo XXI, el tramo del terreno comprendido entre los baluartes santa Catalina (Construido en1625 por Cristóbal de Roda y santa Clara (edificado en 1630 por Francisco de Murga, se protegió solo con una empalizada sencilla, (La Estacada de Guamagual (1739) contradiciendo el carácter de Cartagena como plaza fuerte y antemural de Las Indias.

Tal vez, la protección que brindaban estos baluartes, y los embates casi permanentes del mar Caribe, justificaron este “descuido” que dejaba en entredicho el carácter militar ya mencionado de la ciudad. Leamos el siguiente aporte en calidad de complemento:

“El sector entre los baluartes santa Catalina y santa Clara permaneció desde la fundación de la ciudad hasta 1795, apenas protegido por una “estacada sencilla”, o sea una simple cerca de madera. Es posible que lo apartado del paraje y la potente protección que ofrecían santa Catalina… con su tenaza y san Lucas … hubiesen desaconsejado el gasto en una muralla terraplenada que …tarde o temprano tendría que llevarse el mar. Conviene recordar que la muralla de La Marina protegía a Cartagena no solo de un eventual enemigo a flote sino también de esas tempestades que la dejaban bajo medio metro de agua”.(Segovia, Rodolfo.(2009).Las fortificaciones de Cartagena de Indias).

2.CARTAGENA DE INDIAS: ¡LO INCREIBLE DE UNA PLAZA FUERTE Y ANTEMURAL DE LAS INDIAS SIN UN CUARTEL ANTIBOMBAS!

De igual manera, Cartagena de Indias, a pesar de ser categorizada como plaza fuerte y antemural de las Indias, carecía, hasta fines del siglo XVIII de un cuartel que garantizara la seguridad de sus soldados contra las bombas enemigas, y sirviera de depósito de víveres y municiones y aunque el recinto amurallado y abaluartado tenía bóvedas en sitos estratégicos, estas no satisfacían las expectativas de ingenieros de la talla de Lorenzo de Solís y Antonio de Arévalo.

Todo ello sucedía como escribe Segovia (2009):

“Aunque en cartagena existen bóvedas diseminadas en casi todos los rincones de sus murallas, algunas de ellas residuos de la supresión de las plazas bajas y el realce de los baluartes y destinadas, teóricamente a los propósitos previstos por los tratadistas, la ciudad careció hasta poco antes de la independencia, de un refugio apropiado para las tropas.

“El Regimiento Fijo reglamentado en 1736 y conformado por un batallón veterano con 600 efectivos nominales tuvo que contentarse, largos años con la caserna… que hoy ocupan los despachos judiciales de Cartagena sede Cuartel del Fijo…, nada idónea para el descanso reparador bajo un bombardeo. Tampoco tenían donde albergarse los 100 hombres de la compañía de artilleros con que contaba la plaza” … (P.P.142, 143).

3.LAS BÓVEDAS: UN PROYECTO HECHO REALIDAD 34 AÑOS DESPUÉS.

Por ello, aunque de manera tardía, en 1755, el ingeniero Lorenzo de Solís propuso construir, detrás de los baluartes, san Lucas y Santa Catalina, unas bóvedas que sirvieran de cuarteles y almacenes para pólvora, víveres y pertrechos y a su vez de zona de reposo para las tropas en descanso; no obstante, el proyecto no se ejecutó.

Pero en años posteriores, en 1789 el ingeniero Antonio de Arévalo asume la tarea de construir la muralla que une a los baluartes de la referencia y por consiguiente las tan aplazadas y necesarias bóvedas.

Terminadas las bóvedas nueve años después, en 1798, darán su nombre a la plaza, el eje temático del presente escrito.

Pero permitamos a Enrique Marco Dorta (1960) en su obra: “Cartagena de Indias puerto y plaza fuerte”. que explique de manera amplia los antecedentes y el proceso de construcción de las bóvedas, que nunca sufrieron un ataque de piratas, corsarios o de las tropas de las armadas   navales de los enemigos de España.

“El brigadier Arévalo en un proyecto para fortificar la plaza, que presentó en 1773 expuso la necesidad de dotar a Cartagena de edificios de esta clase, pues no puede llamarse plaza fuerte-decía -la que solo tenga buenas fortificaciones, si no tiene también las bóvedas a prueba de bombas que necesita  para tener a cubierta de ellas la tropa de descanso y resguardar los víveres y municiones, respecto que no hay medio para evitar su caída, pero si lo hay para embarazar su efecto asegurando en dichas bóvedas la tropa y demás para su defensa”.

Años más tarde se decidió su construcción y el sitio elegido para emplazarla fue el sector comprendido entre los baluartes santa Clara y santa Catalina único que faltaba para dejar totalmente cerrado el circuito de murallas de Cartagena.

En marzo de 1789,-continúa Dorta- “y con una consignación de 30.000 pesos anuales, concedida al efecto se inició la construcción de la cortina de muralla y 23 bóvedas de 20 varas de largo, por siete de ancho que habrían de ocupar todo el frente comprendido entre los citados baluartes”.

“Siete años después en 1796, ya existían  las bóvedas, las cuales son capaces, claras, libres de toda humedad, con franca ventilación por las puertas, las ventanas, pasadizos de comunicación y aspilleras abiertas en la muralla real en las cuales se tendrá  la tropa acuartelada ,sana y libre del efecto de las bombas por su buena y gruesa construcción de más de cuatro pies y medio en sus claves, manifestando su cantería y toda la obra con cuatro garitas…con un frente respetable de 308 varas lineales de largo… y cubrieron un espacio de 260 varas , que antes de la erección  estaba cerrada con una estacada sencilla”…

“Además, se había hecho una galería subterránea que comunica la plaza de armas que está frente con el baluarte de santa Catalina, aumentado con la tenaza exterior, unida a su muralla real, ejecutada en el año 79 de buena tierra regada y pisada para cortar el paso por aquí entre la muralla y el mar de la Cruz Grande…Así en 1796 quedó completamente cerrado el recinto de Cartagena.

Terminadas las bóvedas, se dio principio a la construcción de un pórtico formado de arcos de ladrillo y un cielo razo para que la tropa acuartelada en ellas se comunique unas a otras y a sus comunes, libres de las incomodidades y efectos que ocasionan las lluvias y soles que entraran por las puertas”.

Dorta finaliza escribiendo: “Pero entonces hubo necesidad de suspender las obras para atender a otras más urgentes y no se reanudaron hasta 1798.Un escudo de mármol colocado en el tímpano del frontón está fechado en ese mismo año”.

Aunque sin importancia arquitectónica, el pórtico de las bóvedas no deja de ofrecer cierta belleza que tal vez resida en la monótona repetición de sus 47 arcos que forman el fondo de uno de los rincones más típicos de Cartagena de fines de la época colonial. Fue esta la última obra de don Antonio de Arévalo” (P.P.305-308).

Por su parte, Juan Manuel Zapatero, otro de los grandes historiadores de las fortificaciones de Cartagena en su “Estudio asesor para Cartagena de Indias: Restauración y rehabilitación  de las fortificaciones siglos XVI-XVIII-“/1967) publicado por la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena, aunque aporta algunos datos  interesantes, es muy poco lo que aporta diferente al  estudio de Dorta; empero sus recomendaciones para restaurar las bóvedas son muy importantes, de manera especial a las referidas a mantener la limpieza de los monumentos.

Zapatero explica de la siguiente manera:

Edificios militares: Las bóvedas.

Original obra del ingeniero militar Arévalo, hecha en el “terraplén” del cuerpo perfecto de la cortina entre los baluartes santa Catalina y santa Clara la obra comenzada en 1792(¿?,Dorta afirma que fue en 1789); adicionándole una galería porticada con arcos de ladrillo, para la comunicación de las mismas sin salir a la intemperie. Se trata de una concepción original de Arévalo en la avanzada fase del neoclásico en el arte de la fortificación. No existen ejemplos de esta original traza en las fortificaciones abaluartadas (ni en Europa, ni América.).

Se compone de 23 bóvedas y la galería porticada(soportal) cuenta con 47 arcos. En la arcada que sirve de principal o central se fijó “el escudo de las armas reales de la corona” esculpido en mármol, con bello acierto por el artista Hermenegildo Josef Ayala, natural de esta ciudad Cartagena, reinando Carlos IV en 1798.

Todavía se conserva el encalado (cubierto con cal) amarillo en las pilastras (columna de base cuadrada o rectangular) y paredes de los arcos, en contraste con el blanco de los capiteles (elementos decorativos). Igualmente se conservan los portones, los rastrillos de madera y rejas de hierro.

4.PLAZA DE LAS BÓVEDAS: ORÍGEN Y EVOLUCIÓN EN LA HISTORIA DE SAN DIEGO.

De manera oficial  en la historia de Cartagena, la plaza de las Bóvedas surgió con la construcción del cuartel de igual nombre realizada bajo la dirección del ingeniero militar Antonio de Arévalo y los valiosos aportes de laboriosos grupos de  artesanos y trabajadores rasos, expertos en este tipo de construcciones, conformados por africanos y afrodescendientes esclavizados y libres, blancos libres y pobres, pardos, tercerones, cuarterones,quinterones y demás personas de  diferentes cruces raciales, en calidad de  libres y asalariados.

Es Donaldo Bossa, quien desentraña los orígenes de la plaza, cuando afirma que: “antes de la edificación de las Bóvedas… esta plaza se llamó plaza de santa Clara por el baluarte vecino del mismo nombre. En 1808 se conocía como plaza de Las Bóvedas de santa Clara, y después de la independencia para acá plaza de Las Bóvedas”.

Sin embargo, en un tiempo indeterminado, el sitio tomó el nombre de “playa de Las Bóvedas”, nomenclatura que aún permanece en unas placas ubicadas en sendos extremos de la edificación. 

4.1. LAS BÓVEDAS: DE CUARTEL DE LAS MILICIAS BLANCAS A PRISIÓN DE COLONIALISTAS ¿Y REPUBLICANOS?

Si bien es cierto que las bóvedas tuvieron su edad de oro durante 12 (1798-1810) años de la época colonial, cuando sirvieron de cuartel a las milicias blancas de la ciudad, también tuvieron su época de decadencia y ruina, como muchos de las construcciones militares y civiles de Cartagena de Indias, después de la independencia.

Es posible que los españoles, en el lapso citado las utilizaran como prisión; sin embargo no existen pruebas documentales si realmente lo fueron y mucho menos se conoce el nombre de los prisioneros; lo que sí está comprobado, según la versión de Rodolfo Segovia, es el uso de prisión que le dieron algunos gobiernos republicanos, tal como aconteció con los hermanos Ospina Rodríguez : Mariano y Pastor en 1861; no obstante diversas biografías registran la prisión de estos políticos del partido conservador  y su posterior fuga de las bóvedas del castillo de Bocachica.

De igual modo existe la versión que el prócer Francisco de Paula Santander estuvo prisionero en las Bóvedas a raíz de los sucesos de la llamada “conspiración septembrina” ocurrida el 28 de septiembre de 1828, cuando el general fue acusado de atentar contra la vida del líder de la revolución de independencia latinoamericana: Simón Bolívar; efectivamente, Santander sí estuvo prisionero en las bóvedas, pero no en las de san Diego, sino en las bóvedas de los castillos de San José en la isla de Barú y san Fernando en la isla Tierrabomba.

Allí el general, escribe sendas cartas a sus familiares y amigos, quejándose de las condiciones infrahumanas de calor y humedad que vive en las bóvedas de los castillos referenciados; se trata de cartas que aparecen en algunas de sus biografías, tal como la elaborada, tal como la escrita en la página web fundación empresas polar.org.la cual explica: “Santander fue condenado por el juez de la causa general a pena de muerte…el libertador le conmutó la pena de muerte por la de destierro de Colombia. El 15 de noviembre de 1828 salió Santander de Bogotá hacia el castillo san Fernando de Bocachica en Cartagena, donde estuvo preso hasta el 19 de diciembre. Ese día lo pasaron al castillo san José, donde lo mantuvieron hasta el 16 de junio de 1829, cuando lo trasladaron a Puerto Cabello, y el 27 de agosto partió para Hamburgo, donde llegó el 15 de octubre de 1829”. (Consultado octubre 20.2022.). 

4.2.LAS BÓVEDAS Y SU PLAZA: ALBERGUE DE POBRES.   

El historial de Las Bóvedas está escrito con episodios protagonizados por ingenieros militares, militares en servicio activo, prisioneros políticos, administradores y almacenistas de la fábrica de licores departamental, dueños y vendedores de artesanías, socios de barras taurinas y otros.

Sin embargo, existe también  un episodio histórico inédito en el sentido  que   uno de estos   espacios  en los primeros años del siglo XX, sirvió de albergue, otorgado por el municipio de Cartagena,  a una desventurada madre quien al quedar viuda con siete hijos menores de edad, debió abandonar  la humilde vivienda arrendada  que ocupaba  en El barrio El Boquetillo,  adosado a las murallas en ese entonces, en el sector comprendido entre los baluartes santa Clara y La Merced, de acuerdo con el testimonio obtenido en una conversación con el escritor y pariente de la referenciada señora, Juan Gutiérrez Magallanes en octubre 12.del año 2022,.

4.3.LA BREVE HISTORIA DE LAS BÓVEDAS CONTADA POREL HISTORIADOR DONALDO BOSSA HERAZO

Bossa en el Nomenclator cartagenero corrobora nuestras afirmaciones, salvo, esta última referenciada:

“Tal como se dijo antes ,Las Bóvedas  fueron utilizadas después de la guerra de independencia  como cárceles militares y políticas. Es posible que lo hubiera sido también en los últimos lustros de la colonia, pues en la ciudad no existía sino la cárcel pública en los bajos del ayuntamiento (hoy palacio de La Gobernación) destinada para reos comunes; los calabozos de la Inquisición… para procesados del Santo Oficio y los castillos san Felipe de Barajas, San Fernando y san José de Bocachica para detenidos militares” … y civiles también, como ya afirmó el autor.

Como dato final se …tiene…que el costo total de Las Bóvedas fue de $1750.000, según dato del seminario de iciola Provincia de Cartagena que recogen los historiadores Urueta y Piñeres. (158).

Hasta el advenimiento de la república la plaza de Las Bóvedas y sectores aledaños fueron terrenos ocupados con huertas, árboles frutales y “pies de coco” como anotó Antonio de Arévalo en su plano de 1789,lo que nos viene a informar que, para entonces se hacían “semilleros” o viveros  de cocoteros para atender la demanda de dueños de cocales o coqueras.(P.158).

5. LAS BÓVEDAS HOY: UNA PLAZA EN CUIDADOS INTENSIVOS.

Las Bóvedas y su plaza, tal como se afirmó en líneas anteriores tuvo su época dorada, así como también su época de decadencia. Bossa finalizando su intervención en este escrito afirma que para fines del siglo XIX e inicios del XX, el solado ¿???? De hormigón y ladrillo de las bóvedas se arruinó totalmente siendo reconstruido por el gobierno nacional. Posteriormente, ya en la década del 20 al 30 se vació en concreto el cielo raso de la galería exterior, obra que realizó la Sociedad de Mejoras Públicas. La completa restauración última se debe a la Corporación Nacional de Turismo …en 1980.

En la actualidad desde el año 2021 hasta el presente (10/20 2022), la Escuela Taller Cartagena de Indias (Etcar) realiza reparaciones en las cubiertas de las bóvedas para evitar filtraciones de agua, a través de un nuevo proceso de impermeabilización, el cual teóricamente debió culminar en enero 2022.

Tras este recorrido en la línea del tiempo hay que retroceder 70 años y mirar el libro “Cartagena de Mangini”, un extraordinario texto de fotografías de la ciudad, cuyas páginas(228, 229 y 230), muestran el estado de postración de las bóvedas y de la plaza que nos ocupa, a través una edificación con pintura deteriorada, y sobre cuya cubierta ruedan automotores modelo sedán en los años 1948, 1949 y 1959.

De igual modo las fotografías de Mangini, de las fechas referenciadas, reflejan una plaza sin pavimentar, cubierta de maleza, y con la presencia de unos cuantos árboles que no presentan buen estado.

En el año 1939, los sacerdotes Salesianos, llegan a Cartagena y dan apertura a las llamadas Escuelas Técnicas Salesianas, y en 1959, se presume inaugura al actual colegio Salesiano san Pedro Claver, demarcando límites de fondo  de la plaza con su edificación, de la cual el autor de este ensayo desconoce su historia arquitectónica, a pesar de la denodada búsqueda de esta información.

 En nuestros días la IE. referenciada tiene como vecina una casa baja de estilo colonial que da a la calle de las Bóvedas y marca uno de los límites laterales de la plaza; el otro límite lo marca  el Conjunto Habitacional Las Bóvedas construido en 1980, mediando la hermosa calle del Jardín, y detrás de este conjunto la vía que conduce a la antigua plaza de toros La serrezuela (hoy Centro Comercial homónimo), bordeando el baluarte santa Catalina, cuya rampa de acceso esta adosado a la bóveda número 23.

De manera desafortunada, la plaza de Las Bóvedas que debiera ser un hermoso parque para la recreación de cartageneros y visitantes, está convertida en un parqueadero siempre atiborrado de vehículos, que nada armónico aportan ala visual del sitio.

También existe una zona arborizada con ejemplares abandonados a su triste suerte, sin mantenimiento alguno; se trata de más de una docena de ´árboles que reclaman la intervención del Estado, los comerciantes de las bóvedas y de la institución educativa circundante; el golpe de gracia lo constituye la vía rápida y muy frecuentada que separa a la IE.  de los árboles, bajo cuya sombra se cobija una que otra palenquera, luciendo su atuendo multicolor o de la bandera, símbolo libertario de Cartagena.

6. A MANERA DE CONCLUSIÓN: EL TIEMPO Y LA SOCIEDAD LO CAMBIAN TODO.

Evocando las palabras del historiador Donaldo Bossa, hay que recordar que hasta el advenimiento de la república la plaza de las bóvedas y terrenos aledaños estaban ocupados por huertos, árboles frutales y viveros productores de plántulas de cocos para arborizar otras zonas.

Pero hoy, el paso del tiempo y la evolución social lo cambiaron todo:

Las Bóvedas, de cuartel militar y de almacén de víveres y pertrechos para la guerra se convirtieron en la galería de ventas de artesanías más importante de la ciudad; los miles de hombres esclavizados, y asalariados quienes durante nueve años trabajaron en la construcción del recinto, ahora fueron reemplazados por decenas de asalariados que  protegidos por la seguridad social atienden los mostradores de las ventas de artesanías y más; y ahora al frente, en la institución educativa (IE),tal vez un centenar de docentes profesionales, entre religiosos y laicos, devengan un salario, de acuerdo con el escalafón profesional, educando a niños, adolescentes y jóvenes de las clases medias y altas de Cartagena.

Las viejas casas coloniales que marcaban los límites de la plaza fueron reemplazadas por un conjunto residencial de pequeños y medianos apartamentos para clase media y turistas de estrato social medio y alto, y por un edificio de varios pisos que desentona con el entorno colonial de las bóvedas y los baluartes circundantes.

Los ingenieros militares, quienes dirigieron la construcción de empalizadas y faginas, de cortinas de murallas, y por supuesto de las bóvedas, en el presente son reemplazados por ingenieros civiles, profesionales calculistas, economistas, contadores públicos, abogados y otros, acompañados por maestros de albañilería, y albañiles, los antiguos alarifes de la colonia, entre otros.

Finalmente, hay que afirmar que el entorno de la Plaza de Las Bóvedas debe ser recuperado, mejorando la arborización existente, controlando el estacionamiento excesivo de vehículos automotores y agilizando las reparaciones que en la presente fecha implementa la Etcar; la gentrificación, es decir, la expulsión de los vecinos originales debe ser detenida, y en este tópico, las autoridades distritales, ¡tienen mucho por hacer! CONTINUARÁ…La Plaza de San Diego.

POSDATA: Fotografía del autor.Octubre 15.2022

Con los afectos de siempre:

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR