Independencia e Inquisición en Cartagena de Indias, Una Historia Prohibida


Independencia e Inquisición en Cartagena de Indias: Una Historia Prohibida.
Noviembre, es sin duda alguna, un mes significativo en la historia de Cartagena de Indias, la ocurrencia de dos hechos trascendentales en la vida de sus habitantes referenciados el primero de estos a la lectura del Primer edicto de fe – proclamación de la llegada de los inquisidores-del denominado Santo Oficio del Inquisición, un 30 de noviembre de 1610 y la declaración de la Primera Independencia el 11 del mismo mes del año 1811.
Creado en Europa desde el siglo XII para combatir las herejías que amenazaban el predominio de la Iglesia Católica, el tribunal se hizo poderoso en España en el siglo XV, bajo el gobierno de los denominados Reyes Católicos Fernando e Isabel, quienes utilizaron el poder de su religión para combatir a los judíos, poseedores del poder económico y financiero en los reinos existentes en ese entonces en la península Ibérica.
Fue el fraile, Fray Tomás de Torquemada, el confesor de la reina, quien asumió la descomunal tarea, creando uno de los aparatos político-religiosos, más abominables de la historia de la humanidad, el cual durante largos años se rigió por este código de la autoría de Torquemada:
A nivel de su crimen contra la cristiandad, el camino de la salvación, sólo puede pasar por la expiación.
Los herejes se han alejado del camino de la salvación, por tanto no se juzga sino en la Tierra.
Para garantizarla, no hay otro remedio, que regar la hoguera con su sangre y su sudor que son el mejor rocío divino que puede regar la tierra árida.
Con este andamiaje conceptual, Torquemada y sus inquisidores, con la benevolencia de los monarcas, los aparatos represivos de los gobiernos y toda la maquinaria de horror de los miembros del Tribunal, en contravía directa con las enseñanzas de Cristo el mesías, la aplicación del código dio los resultados esperados, generándose uno de los períodos más cruentos de la persecución política e ideológica de la historia humana.
Así , el 25 de enero de 1569, bajo cédula real de Felipe II la Inquisición llegó a América Latina, más exactamente a Perú ,pero la vastedad del territorio obligó a crear un nuevo tribunal que debía funcionar en Santafé,
Pero que en realidad se instaló en Cartagena de indias el 25 de febrero de 1610, con jurisdicción el Nuevo Reino de Granada y gran parte del Caribe insular, leyendo el primer Edicto de Fe el 30 de noviembre de ese mismo año, tal como se escribió con anterioridad.
Desde entonces y hasta el año 1821- liberación definitiva de Cartagena - el Santo Oficio de la Inquisición se dedicó a combatir las denominadas herejías de luteranos y musulmanes, las creencias religiosas de los esclavos de África, la bigamia, la solicitación de favores sexuales, la sodomía, las blasfemias contra la Inquisición y la religión católica y de manera especial la brujería, práctica muy extendida en Cartagena y sus cercanías .
Por supuesto que los inquisidores se ocuparon con mucha prioridad a combatir a los denominados enemigos del rey, y por ello, cuando la insurgencia revolucionaria contra la corona se fortalece en América Latina, el Nuevo Reino de Granada y Cartagena de Indias la Inquisición actúa pronto y la primera víctima será el sabio José Celestino Mutis, en 1774, investigado por sus ideas científicas y sobreseído por el Consejo de Indias, imbuido en ese entonces por las ideas de la ilustración y las ciencias.
El prócer Antonio Nariño, fue hallado responsable de la publicación y difusión de 100 ejemplares de Los Derechos del Hombre, lo cual le costó la pena de prisión y destierro.
El cura Juan Fernández Sotomayor- posterior obispo revolucionario de Cartagena- sufre persecuciones y su Catecismo O Instrucción Popular, es prohibido por reconocer el derecho de los pueblos a la libre autodeterminación y a desobedecer al rey.
Así las prácticas populares serán prohibidas, unas por representar blasfemias contra la religión y sus ministros, por desafiar los dogmas de la religión imperante y por condenar las injusticias vigentes.
Por estas razones, cuando se dan los sucesos revolucionarios del 11 de noviembre de 1811, hace 202 años, las primeras reacciones populares se orientan hacia la destrución del Santo Oficio, y los pobres de Cartagena, con armas en la mano piden a la Junta de Gobierno la supresión inmediata del tribunal.
Ignacio Cavero, presidente de la Junta declara que al Tribunal la historia de todos los tiempos, lo presenta cubierto de sangre y de horrores.
El fanatismo religioso abortó este monstruo en el siglo XIII de la iglesia, monstruo que tiene los pies en el infierno y alcanza con los brazos el cielo.
El 1 de enero de 1812, los inquisidores abandonan el puerto de Cartagena y se refugian en Santa Marta, fortín de los realistas, pero en 1813, deben marchar a Panamá , ante la victoria provisional del ejército popular libertador.
Refugiados en Portobelo, permanecen en esta ciudad hasta 1815, cuando el ejército expedicionario español dirigido por el general Pablo Morillo reconquista a la ciudad heroica, la cual perdió a miles de sus hijos por conservar la libertad, que en diciembre de ese aciago año se perdió.
Entonces los inquisidores reinstalan el tribunal a mediados de 1816, pero reinician sus funciones el año siguiente dedicándose a perseguir los bailes de los negros y la masonería.
En 1817, el Santo Oficio vivió su peor crisis económica y dejó de existir para siempre en 1821 cuando el ejército popular de la Nueva Granada logró la primera independencia definitiva frente a España.
La primera independencia de Cartagena de Indias, se convirtió en una frustración para los cartageneros de las clases populares, pues el opresor español fue reemplazado por el opresor criollo, cuyos descendientes, se mantienen aún en el poder haciendo de la ciudad, una de las más inequitativas de Colombia.
La inquisición española fue suprimida en 1834, pero en Roma continuó existiendo el Tribunal para La Defensa de La Santa Fe, protector de los dogmas de la iglesia católica y opositor a las ideas renovadoras en el seno de la Institución.
Pero de igual manera, hoy como en el siglo XIX el espíritu de la Inquisición se mantiene vivo y actuante frente a quienes cuestionan las injusticias, la inequidad, la discriminación y otras lacras de la sociedad que imponen para vivir los dueños del poder.
Sin embargo, los sueños y esfuerzos por una segunda independencia se mantiene vivos y actuantes.


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