Johnny Ventura: La Piragua y La Canción del Boga Ausente. (Segunda Parte.


Johnny Ventura: La Piragua y la Canción del Boga Ausente. ( Segunda parte.)
Fue muchos años después de “Dilema” cuando de nuevo pude compartir con Johnny Ventura y su Combo Show; el cantante era ahora , como yo , un hombre más maduro, mejor músico , mejor cantante y por supuesto mejor persona, la cual había ingresado a la política de República Dominicana, con mucho éxito y mucho apoyo popular.

No era gratis este apoyo dada la acogida a sus canciones, que habían calado hondo en alma popular, producto de la sabrosura de sus interpretaciones y de sus aportes innovadores al merengue, a cuya ejecución le sumó el trombón, el saxofón y la trompeta, entre otros, superando al merengue original que había internacionalizado el conjunto Cibaeño de Ángel Viloria y Dioris Valladares.
Mi mente, ubicada hoy en el sexto piso de la torre de la Vida, recuerda aún los bailes familiares, en Turbaco, cuando los picots de los años 50, con tocadiscos manuales y agujas R C A, Víctor, desechables tocaban “A lo Oscuro” merengue que no dejaba pareja en el cuarto de la casa, donde reposaban las invitadas, a las cuales había que pedirles la mano primero, y luego “fajarse” muy bien con el baile, para que no accediera al famoso “barato” o ceda el turno, que se convirtió hasta muy entrados los años sesenta, en uno de los mayores factores de conflictos entre los bailadores del Caribe que algunas veces terminaban con lesiones personales y detenidos por la policía.
Evoco la ingenua letra de “A lo Oscuro” de Ángel Viloria:
A lo oscuro metí la mano,
A lo oscuro metí los pies.
A lo oscuro hice mi lío,
a lo oscuro lo desaté.
A lo Oscuro, junto con “Consígueme Eso “ y “Eloína” formaron una trilogía musical y bailable inolvidable hasta nuestros días, en el alama de quienes tuvimos la dicha de nacer en la década del 50 del siglo XX.
Este es el merengue que modernizó Johnny con su Combo Show, el cual puso también a bailar y cantar a los caribeños con frenesí durante muchos años y hasta el presente en los escenarios festivos familiares y comerciales , en los cuales todavía, el músico, muy agradecido con la acogida que siempre le hemos dado los colombianos, interpreta una serie de canciones clásicas de nuestro folclor como” La Piragua” de José Barros el Gran Maestro de la música del Caribe de quien evoco estos hermosos versos:

Me contaron los abuelos
Que hace tiempo
Navegaba en el Cesar una piragua,
Que partía del Banco viejo Puerto,
A las playas de amor en Chimichagua.
Capoteando el vendaval se estremecía,
Impasible desafiaba la tormenta,
un ejército de estrellas la seguía,
tachonándola de luz y de leyenda .

Recuerdo, sin precisar la fecha, cuando Johnny me invitó a que lo llevara a conocer al Maestro José en El Banco, Magdalena y allí en un atardecer de rio, de esos “matadores” y románticos , en un magnífico escenario con la orquesta de los Hermanos Martelo, los primeros intérpretes de la canción, Johnny me invitó a cantar a dúo esta joya musical, con la complacencia del Maestro, quien de inmediato autorizó su grabación; el dominicano la incluyó en un álbum, que poco se escuchó aquí en Cartagena.
A orillas del majestuoso cuerpo de agua, en medio de amigos, amigas, conocidos y la nostalgia que nunca abandona el alma y la mente en estos parajes, rememorando los puertos del Rio Grande de La Magdalena, recordé una bella mujer, que conocí en mis años de estudiante universitario en Barranquilla.
Era una linda plateña, de nombre Ayda, de esas hermosas , a las que cantó el maestro Rafael Escalona y de la que quedé prendado al conocerla en un bus de la desaparecida empresa Unitransco de la ruta Cartagena-Barranquilla.
Aún recuerdo su aroma de mujer, la hermosura de su rostro y su cabello; al conocerla, la empatía fue mutua y eternas las caricias de las manos en la levedad del tiempo del viaje ;sin embargo, el romance con Ayda duró menos que “el amor de una cumbiambera”; sólo cruzamos un teléfono, el de ella, que para desgracia mía al llamarla más tarde, jamás contestó: la línea no funcionó.
No quedó siquiera el recuerdo de un beso en la mejilla, porque en esos años 72 ó 73 del siglo pasado, los caribeños no saludábamos todavía con besos como en el día de hoy; recordemos los versos de Escalona convertidos en canción por Alberto Fernández, el rey vallenato de la arenosa.

…Yo se plateña que me recordarás,
En este canto te digo lo que siento,
Como las nubes que se llevan los vientos,
así te fuiste para nunca volver más..
Óyeme plateña, este paseo que yo te canto.

Así en los intervalos entre versos y canciones expliqué a los músicos, cantores y compositores, los orígenes de las canoas en el Caribe, a partir de una invención de nuestros primeros antepasados indígenas, quienes se convirtieron en los mejores navegantes de la amerindia, con embarcaciones en las que navegaban hasta 120 hombres, comercializando sal , algodón ,hamacas y otros productos a cambio de oro y otros metales, abundantes en los poblados ribereños de la Colombia de ese entonces y de las costas de México y Centroamérica.
Compartimos también sobre la importancia de los bogas indígenas y negros cuando fueron esclavizados por los españoles , durante la época colonial, los sufrimientos que debieron pasar con sus familiares, para acrecentar la fortuna de unos pocos desalmados, dejando la herencia a los “criollos” de quienes descienden los opresores de hoy , responsables de la miseria , la pobreza y la indigencia que vive más del 70% de la población colombiana actual.
De ahí, los lamentos del gran José Barros:
Doce sombras, ahora viejos ya no reman,
Ya no cruje el maderamen en el agua,
sólo quedan los recuerdos en la arena,
donde yace dormitando la piragua….
Ya en la parte final de este encuentro, conversamos sobre el pescador del Mar Caribe, las comunidades afro colombianas y de inmediato , a través de un telegrama( en ese tiempo, la telefonía fija era muy insuficiente y la móvil no existía) me comuniqué con mis amigos de la orquesta de los “Warahuaco”, con la voz líder de Hernán Rojas, intérpretes de hermosas cumbias de Colombia, quienes en cuestión de dos horas estuvieron con nosotros musicalizando “ El Canoero” y “El Pescador de Barú”, ambas de la inspiración del compositor , arreglista y músico Isaac Villanueva M.
El pescador de Barú, es otra de las cumbias inmortales del Caribe ,al igual que la Cumbia Sampuesana o La Cumbia Cienaguera.
…El pescador de Barú, se refugió en Cartagena,
´´el siempre llora su pena por causa de la mareta,
ah malaya, ah malaya,
pero está firme en la playa.
El pescador de Barú, el pescador de Barú…
Más , en medio de la música nació , entonces la poesía y como el encuentro tenía el tema principal de los bogas, evoqué los poemas de Jorge Artel y Candelario Obeso, glorias poéticas del Caribe, Colombia y la Tierra.
Del gran maestro, nacido en Getsemaní, inspirado declamé “Velorio del Boga Adolescente”:

Desde esta noche a las siete,
Están prendidas las espermas:
Cuatro estrellas temblorosas
Que alumbran su sonrisa muerta.
Hace pensar en los sábados
Trémulos de ron y de juerga,
En que tiraba su grito, como atarraya abierta.
Pero está rígido y frio´,
Y una corona de besos,
Ponen en su frente negra.
Emocionados, los presentes, aplaudieron con frenesí y delirio, no al declamador, sino al poema de uno delos grandes de la poesía negra del mundo.
Sin embargo, el más emocionado fue Johnny, quien de inmediato pidió los poemas del gran Candelario y a continuación declamó la “Canción del Boga Ausente”:

La negra del alma mía,
Mientras yo briego en la mar,
Bañado en sudor por ella
Que hará? que hará?

Que oscura que está la noche,
La noche que oscura está,
Así de oscura es la ausencia,
Bogá , bogá.
Entonces, la escena se repitió y entre aplausos, risas y felicitaciones, continuamos conversando sobre la suerte actual de los pescadores de los ríos de Colombia y de aquellos más allegados a nosotros , los de la Bahía de Cartagena y de La Boquilla, quienes 500 años después continúan esperando su redención.
Después, a la par de los demás participantes, tomamos cada uno su destino y junto con Johnny nos fuimos a la Tierra de Capullo y Sorullo y del patacón con queso y pescado.(Continuará).


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