Desde hace dos décadas, junto con un amigo periodista, la rectora de la I.E Ambientalista de Cartagena, y dos criadores de pájaros, nos dimos a la tarea de motivar la conciencia de aquellos quienes por hobby e ignorancia se dedicaban a mantener cautivas a las aves canoras, pidiéndoles la urgente liberación de los seres más hermosos y extraordinarios de nuestra biodiversidad faunística.
Igual intencionalidad tuvimos con los cazadores y traficantes de pájaros y con las autoridades de turno: unirnos para preservar nuestro patrimonio natural legado por Dios y la naturaleza hace más de 150 millones de años.
La estrategia fue simple y sencilla: construir una estación de paso: La pajarera Distrital para rehabilitar a las aves recién rescatadas y luego echarlas a volar en el Jardín Botánico y así continuaran su vida libres, reproduciéndose para perpetuar las especies canoras.
De manera desafortunada, la Pajarera que contó con el apoyo inicial de Damarena y Cardique, a los tres años dejó de funcionar debido, primero a la carencia de recursos para mantener la infraestructura instalada, la salud y la alimentación de las aves en proceso de rehabilitación y segundo por la acción delictiva de los amigos de lo ajeno, quienes de manera continua y soterrada hurtaban las aves de mayor valor en el comercio local para continuar con el perverso y criminal tráfico de fauna.
Mas, a la acción práctica de la rehabilitación para la libertad y la posterior liberación se le acompañó del programa radial: La Tertulia Ecológica, ganador de un premio distrital (Pegaso de Oro, 2002) de periodismo como reconocimiento a su causa por las aves canoras, y de la revista “Al Vuelo”, en calidad de órgano informativo de La Pajarera, medios que también dejaron de circular, por el primero de los motivos referenciados: la falta de recursos financieros.
Sin embargo, nuestros sueños continuaron volando y las campañas por la liberación de las aves cautivas y la protección de las sobrevivientes continuaron y se mantienen hasta el día de hoy, con la bendición de Francisco de Asís el Patrono de la Ecología, el santo que desde finales del siglo XII y la segunda década del siglo XIII optó por la causa de los pobres de Europa y la protección de los animales indefensos y perseguidos sin piedad.
Prueba irrefutable sobre el compromiso que aún mantenemos los ambientalistas por la liberación y la conservación de las aves es este escrito, realizado para de nuevo:
*tocar la conciencia de aquellos quienes todavía persisten en la equívoca práctica de la caza y el tráfico y persisten en mantener prisioneras a las aves canoras y otras especies.
*Solicitar a las autoridades competentes ejercer sus funciones de control del tráfico y adoptar las políticas correspondientes de protección a las sobrevivientes, de manera especial aquellas que “mueren en vida” en el caño de Bazurto consumiendo los excrementos de los humanos y toda clase de inmundicias que se producen en uno de los sitios más contaminados de Cartagena y el Caribe.
*Asociarnos a la celebración del Año Internacional de las Aves, liderado por Nathional Geographic y otros importantes organismos internacionales defensores de las aves del mundo.
Hoy, más que nunca, la situación de las aves es dramática nivel mundial:
Diversos factores creados por los humanos, y entre estos por nosotros los cartageneros, tienen a centenares de especies en peligro crítico de extinción destacándose los siguientes factores, responsables de una cantidad determinada de especies afectadas así:
Agricultura: 104 especies, contaminación 20, cacería 59, desarrollo residencial y comercial 22, especies invasoras 58, cambio climático y tiempo severo 55, otros, como perturbaciones humanas, incendios y minería 64.
A lo anterior se agrega la desaparición para siempre de 200 especies de aves en el espacio de cinco siglos, que de “manera casual” coinciden con la conquista del territorio de Nuestra América por las potencias europeas.
Estos datos investigados y procesados por la Bird Life International-la autoridad oficial para las aves- y por la Unión Internacional Para La Conservación de La Naturaleza, publicados por la revista Nathional Geographic (enero 2018), manifiestan la magnitud de la tragedia de la naturaleza, manifiesta en hermosos seres alados, y la magnitud de la crisis de nuestra Ética Ambiental colectiva y personal, desde su esfera de la conservación del patrimonio natural, desde hace muchas décadas, pisoteada por múltiples factores económicos, sociales, políticos y culturales.
En Cartagena de Indias, se reproducen los factores que afectan a la avifauna planetaria pero con mayores agravantes:
*La indiferencia total del Estado, la sociedad civil y el sector empresarial frente al proceso crítico de la extinción de las aves canoras.
*La alimentación de las aves marineras con peces contaminados con mercurio y otros metales pesados, gran parte de ellas migratorias, con la visible afectación de la fauna mundial, hecha con el detestable sello de garantía de calidad: “Made in Cartagena de Indias”.
*El horrible espectáculo que a diario se vive en el sector del Mercado de Bazurto donde las gaviotas, las garzas, los patos, las mariamulatas y los pelícanos se disputan con los goleros la carroña, las vísceras de peces y toda clase de inmundicias generando un nuevo escenario que mide el nivel de la ética ambiental y la responsabilidad con la conservación del patrimonio natural.
*La desaparición de más de 25 especies de aves canoras en menos de 50 años y la ninguna protección para las especies sobrevivientes:
La María Mulata. (Aunque se cuidan solas también están en peligro).
Chupa huevos (Cada día más escasos).
Tortolitas. (Repuntando su cantidad).
Cotorras. (Llegaron a poblar a Cartagena huyendo de la violencia de los Montes de María).
Uno que otro afortunado canario que sobrevive en la copa de algunas de nuestras escasas palmeras y zonas verdes.
Los colibríes, (aunque muy escasos) continúan libando néctar de las pocas plantas florales de los escasos jardines de Cartagena.
Sin embargo, hay situaciones menos dantescas como por ejemplo, la que se vive en la Ciénaga de la Virgen, a la cual llegan cada año múltiples especies de aves migratorias; sin embargo, como lo certifican los estudios del propio Estado local y nacional, nuestro cuerpo de agua, antiguo escenario de las culturas indígenas Caribes, junto con los caños y lagunas de la ciudad, es el cuerpo de agua más extenso y peligroso de contaminación que existe en Colombia.
Como puede leerse, la situación es en extremo delicada:
* Los seres más bellos y extraordinarios de la creación de Dios y la naturaleza están en peligro crítico de desaparición, ante la mirada indolente de las autoridades y los diversos sectores sociales de la ciudad.
*Los defensores y protectores de la avifauna canora y marinera de Cartagena de Indias están silenciados en un 99.9% ante la suerte de nuestras aves.
*Los programas de saneamiento ambiental de los caños y lagunas de Cartagena está desde hace años largos, en su fase proyectiva y peor aún:
paralizados y para colmo de males los programas de recuperación y relimpia de los cuerpos de agua del Departamento de Bolívar (léase riachuelos, arroyos y cuerpos menores) están en el ojo del huracán de las acciones ficticias y bajo la mira de la Contraloría General de la República, de acuerdo con los boletines informativos de esta entidad.
Hoy por hoy, mañana y siempre, las aves sin distingo de especies merecen ser objeto de conservación y recuperación, porque:
1. Su presencia mide el estado de conservación de los ecosistemas mundiales y locales, con excepción de la Ciénaga de Las Quintas y el Caño de Bazurto.
2. Porque a la par de los reptiles son de los seres más antiguos de la Tierra, ejemplo viviente de la evolución y de su controvertido parentesco con los dinosaurios.
3. Nos acompañan, aún en los hábitats más inhóspitos con sus trinos alegres que dan ánimos a nuestras esperanzas de continuar escuchándolos hasta el final de la existencia.
4. Esparcen las semillas fortaleciéndola biodiversidad vegetal de los ecosistemas.
5. Contribuyen a la polinización de las flores, al igual que las abejas, garantizando la reproducción de innúmeras especies vegetales.
6. Son fuentes de alimentos, regulados con legislación protectora.
7. Miden el grado de compromiso de los gobernantes y de la sociedad en su conjunto con la conservación de la naturaleza ,hecha seres alados y cantores, cuyo bienestar explica también, como ya escribimos: la calidad de la ética ambiental y personal de quienes los conservan , o por el contrario los aprisionan y destruyen con el tráfico de sus especies.
Por lo anterior y por otros factores más, es necesario detener la oleada inclemente de destrucción que hemos arrojado sobre las aves de las siguientes maneras:
a. Fortaleciendo la Educación Ambiental desde la escuela, los medios de comunicación, las redes sociales y la educación personalizada, con nuestros familiares y amigos.
b. Liberando las aves cautivas en sitios que garanticen su posterior sobrevivencia; libres en ambientes propicios las aves sobreviven gracias a su gran nivel de inteligencia e instintos naturales.
c. Cumpliendo las autoridades locales sus más elementales deberes y funciones protectoras de la avifauna.
d. Eliminando el tráfico de aves en el mercado local, acompañado de la conversión laboral.
e. Presentando derechos de petición a las autoridades del Distrito para que asuman la garantía de salvación y supervivencia de las pocas especies aún vivientes.
f. Solicitando la intervención de la Bird Life International y de la Unión Internacional de la Naturaleza, para que requieran la solución gubernamental de esta problemática local que afecta a la avifauna mundial.
g. Suplicar a los carceleros de las aves canoras y vistosas la inmediata libertad, recordándoles que “ningún preso o presa canta feliz aunque la jaula sea de oro”.
h. Continuar apoyando la iniciativa del aviario Nacional de Barú con nuestras visitas periódicas, pero solicitando valores de ingreso a sus instalaciones, al alcance de las clases populares.
i. Recordando estas palabras:
Cuando las mariamulatas y los chupahuevos se disputen el último nido,
cuando el último colibrí libe la última rosa,
cuando las tortolitas ya no lleguen a nuestros patios
y terrazas de los apartamentos,
Cuando las cotorras ya no armen sus ruidosos encuentros
a las cinco de la tarde,
Cuando los canarios botón de oro enamorados
ya no compartan sus picos en el mínimo verdor que nos queda:
¿Qué haremos con los dineros en los bancos y con las almas insensibles de los traficantes grandes y pequeños, los carceleros y sus jaulas mortales?
¿Qué haremos con aquellos gobernantes indolentes
quienes jamás tuvieron un poco de piedad
con estos seres pequeños e imponentes?
Con los afectos de siempre, recargados este 2018:
UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.
uellesq@hotmail.com