Marbella: de Musa Inspiradora a un Monumento a la Estupidez.
Los integrantes de la Orquesta de Lucho Bermúdez y de la Billos Caracas Boys, jamás sospecharon que esta playa bella dela heroica Cartagena de Indias fuese a ser convertida en el monumento insignia a la estupidez en una ciudad emblemática como la nuestra y que a través de la historia ha parido y adoptado a millones de hombres y mujeres inteligentes.
Hoy evoco con nostalgia esos hermosos paisajes de mar y playa de Marbella, cuando todavía no existía la Avenida Santander y en la tarde con el sol poniente, bien acompañado de una preciosa cartagenera caminaba por la blanca arena, muestra de su excelente estado ambiental.
Múltiples razones estéticas y ecológicas tuvo nuestro artista al interpretar “Prende la Vela” para eternizar ese rincón de añoranza del Caribe adormecido, bañado del rojo hermoso que adorna los atardeceres de Marbella, cuando cantó:
Negrita ven, prende la vela,
que va a empezar la cumbia en Marbella,
cerca del mar, bajo las estrellas,
prende la vela, que la cumbiamba pide candela...
De igual manera, la belleza de Marbella inspiró al maestro Billo Frómeta y a sus muchachos de ese entonces: Cheo García y Memo Morales a cantar las “Tres perlas”:
Barranquilla, Santa Marta y Cartagena,
son tres perlas que brotaron en la arena,
tres estrellas, de mar, del Mar Caribe
que descansan en la orilla de la playa…
yo quiero ver como sale la luna,
yo quiero ver salir la luna llena,
en esa linda playa de Marbella,
donde se baña la mujer cartagenera…
Que linda es la mujer costeña ,
que bella es la tierra norteña…..
Ese era el paisaje que antaño veían poetas y compositores, cartageneros y cartageneras, visitantes y nativos, la gente del común; ese fue el paisaje que hasta hace poco veíamos, aunque con el deterioro a cuestas.
Más hoy, como dijo el compositor patillalero Freddy Molina: “Sólo queda el triste recuerdo “de este panorama y el monumento jamás construido en la ciudad, el horripilante terraplén de Marbella, el monumento jamás construido en honor a la estupidez de algunos seres humanos, de aquellos que participaron en el diseño del amontonamiento de tierra, aquellos, cuya profesión, de manera irónica, les confiere el título de ser los portadores y guardianes del ingenio.
Son realidades, que sólo pueden darse en Cartagena, donde por más de 28 años nos tocó vivir en “Carne propia” la primera estupidez: La Loma de Bazurto, existente, hasta cuando a una persona sensata se le ocurrió derribarla y acabar por siempre la ofensa a la inteligencia y la dignidad de cartageneros y cartageneras.
Sin embargo, el cretinismo mental de la construcción del terraplén de Marbella, es el producto de un primer acto estúpido en esta zona de playas estratégicas del Distrito de Cartagena, como es la construcción del denominado Túnel de Crespo, una obra por demás innecesaria , con costos superiores a los 100.000 millones que hemos aportado los cartageneros y colombianos que cada año pagamos impuestos, víctimas de una rete fuente que siempre sobre pasa las obligaciones y jamás se devuelve y reclama.
Bien pudo adoptarse otra inteligente solución a los serios problemas de movilidad de la Calle 70 de Crespo y del acceso a la Vía del Mar; pero pudo más el centralismo, el ánimo de lucro y la sinrazón que cualquier otro argumento juicioso y sensato, que realmente se convirtiera en una positiva y eficiente solución.
Hoy, cuando la suerte está echada las realidades se muestran de este tamaño:
1. Las autoridades y los constructores olvidan que el túnel, que a mi parecer no es sino un vulgar y gigante box colbert,(valga la expresión por no escribir otra cosa) está construido a orillas del Mar de la Cruz del Norte, el cual durante los tiempos coloniales destruyó varias veces las murallas, y que fue el terror de los navegantes españoles y de quienes osaron sitiar a Cartagena en reiteradas oportunidades.
De ahí que la bravura del Caribe hoy, es una perenne amenaza contra este otro adefesio construido, el cual ya empezó a tener filtraciones y a resentirse frente al impacto de las bravas olas que lo azotan sin piedad por haber usurpado ese espacio, sin tener presente los requerimientos técnicos que este tipo de trabajo requiere.
A lo anterior debe agregarse el viejo dicho que :”siempre el mar recupera lo que le han hurtado” y parece ser que este mar nuestro está en ese plan, pese a los espolones construidos y que supuestamente debieron crear desde ya una ancha línea de playa que no he logrado observar, pese a mis largos días de investigación.
2. A pesar que el denominado Comité de seguimiento aceptó la continuidad y finalización de las obras del “esperpentuoso” terraplén, vale decir que no se puede tapar la inmensidad del sol con las manos y por muchos árboles que le siembren, por muchas flores de verano que le pongan y miles de plantas de orquídeas del interior del país, que quizás se le ocurra plantar también (debido al alto nivel de “inteligencia “de los constructores) jamás podrán tapar la fealdad del terraplén y mucho menos el grave daño que se le hace a la playa y al derecho de los cartageneros y colombianos a gozar de un ambiente sano, sin contaminación .
Y, es esto, precisamente lo que han hecho los responsables de la maléfica obra: contaminar al extremo la zona, con “semejante pila de tierra” como diría un desprevenido ciudadano
3. Pese al revés que sufrió la tutela interpuesta por el abogado Rafael Vergara Navarro, los ambientalistas confiamos que la instancia superior que define la última palabra dará la razón a los juristas defensores del ambiente, respetará los principios constitucionales y los derechos esenciales de los cartageneros a disfrutar de un ambiente sano, sin terraplenes que dañan la playa , el mar y hasta el pensamiento de quienes avistan a lo largo de miles de metros, la estupidez ,jamás cometida en esta ciudad, en materia de obras públicas.
4. Hoy más que nunca es preciso cerrar filas en torno a la defensa de los derechos constitucionales, contra el centralismo miope de los poderes centrales de la nación y abogar desde el parlamento ( a través de nuestros representantes regionales y nacionales) por una mayor autonomía del Distrito de Cartagena, reglamentando de mejor manera las dos leyes que rigen estas divisiones territoriales del país.
5. Como no hay quinto malo confiamos que las pretensiones jurídicas de los defensores cartageneros sean tenidas en cuenta, por la instancia superior que estudia la tutela interpuesta y que no sólo detenga “las malas obras” del terraplén sino que también ordene la demolición de estas y que los partidarios del esperpento busquen donde colocar las miles de toneladas de tierra con que hoy pretenden tapar a una de las playas más emblemáticas de la ciudad.
6. En aras de la convivencia quiera Dios y la Virgen de la Candelaria que el maestro lucho Bermúdez y el maestro Billo Frómeta, al asomarse desde el cielo de los artistas hasta Marbella puedan decir sobre los responsables de la obra: “Padre Mío, perdónalos porque no saben lo que hacen”.