Océanos y Mares Moribundos…Humanidad En Peligro Inminente.


Océanos y Mares Moribundos…Humanidad En Peligro Inminente.
Al igual que la conmemoración del Día Nacional del Estudiante Caído en Colombia, olvidada, inadvertida, desapercibida, ignorada a propósito o de manera involuntaria, ignorante y temeraria, así pasó también en la misma fecha histórica del 8 de junio, el Día Mundial de los Océanos.
Muchas fueron las instituciones estatales y privadas (que se lucran de esta fabulosa riqueza) afectadas por la insólita postura de sus dirigentes, quienes desatendiendo el mandato de las Naciones Unidas,(ONU) prefirieron tirar la celebración al cesto de la indiferencia, por razones desconocidas; sólo Dios y su conciencia lo saben y la historia los Juzgará.
Más en gracia de discusión, es necesario tener presente que tal vez los amnésicos funcionarios consideran que la celebración de la fecha no tiene importancia alguna; sin embargo la Asamblea General de la ONU, promotora mundial de esta celebración estableció que la declaratoria de los días internacionales o mundiales sirven:
1. Para sensibilizar, concienciar, llamar la atención y señalara que existe un problema sin resolver, para que a través de esta sensibilización los gobiernos y los Estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos, así lo exijan a sus representantes.
2. Para destacar cuales son los aspectos del problema que más preocupan a la comunidad internacional.
3. Para mostrar el camino a los Estados, señalando las acciones que deben emprender en la búsqueda de las soluciones de los problemas.
4. Para conocer el interés ciudadano, que un determinado problema despierta en su región.

Desde esta perspectiva de la Asamblea General de Las Naciones Unidas, las declaratorias referenciadas son demasiado importantes para ignorarlas ya se trate de los Estados, los ciudadanos, los empresarios y las organizaciones no gubernamentales (ONG), entre otros.
Es por lo anterior, que el Día Mundial de los Océanos, se inscribe en esta categoría de “importante” y su celebración es un acto trascendental para:
A. Recordar a los ciudadanos del Planeta Tierra el extraordinario papel que los océanos y con ellos todos los cuerpos de agua salada, juegan en la conservación de la vida.
B. Informar a la opinión pública sobre las consecuencias que la actividad humana tiene sobre este patrimonio natural.
C. Poner en marcha el movimiento mundial en favor de los océanos.
D .Movilizar y unir a la población mundial en torno al objetivo de la gestión sostenible de estos cuerpos de agua.
E . Celebrar y disfrutar juntos la belleza y el potencial de los océanos.
Son estas las motivaciones de la ONU, presentadas por nuestros representantes ambientalistas en el seno de la entidad, y que nosotros:Ciudadanos del Planeta Tierra, las promovemos, difundimos y nos comprometemos con su gestión práctica.
Lo anterior, no es gratuito, dada la importancia que tienen los océanos y con ellos todos los cuerpos de agua salada en el mundo, a manera de ejemplo desde nuestro imponente Mar Caribe hasta el modesto y moribundo Caño Juan de Angola en nuestra mágica ciudad Cartagena de Indias.
Un vistazo sobre el tema, desde la perspectiva de la ONU permite medir la dimensión vital de los océanos:
- Cubren los dos tercios del planeta y son el verdadero pilar de la vida.
-Proveen a los terrícolas de la mayor parte del oxígeno que respiramos, producto del fitoplancton, las algas y pastos marinos, al igual que otros organismos vegetales existentes.
-De igual forma, a la par de nuestro preciado bien natural de los árboles, absorben buena parte del dióxido y monóxido de carbono que producen los combustibles fósiles (petróleo y carbón, entre otros) que utilizamos los humanos.
-Son grandes proveedores de alimentos, nutrientes y de materia prima para la fabricación de medicamentos.
Son reguladores del clima de la Tierra y hábitat de millones de seres y centenares de especies animales, cuya gran mayoría aún no hemos estudiado los humanos.
- Desde la perspectiva económica y empresarial, son esenciales para la industria del turismo y la pesca, el comercio, la industria naviera, al igual que para el entretenimiento de millones de terrícolas.
Sin embargo, a pesar de tanto bienestar y de tantas bendiciones que nos dio la madre naturaleza y el padre Dios, los humanos, presa de la codicia, la ambición, la ignorancia y de una incompleta y equívoca defensa de la pobreza y la marginalidad nos hemos dado a la tarea de destruirlos, hasta convertir gran parte de sus superficie en espacios moribundos que tienen en alto riesgo a la humanidad en su conjunto.
Estudios publicados por Nathional Geographic en abril del presente año demuestran que:
1. Dos tercios de los mares del mundo muestran un incremento en cuanto a la afectación producida por seres humanos, vale decir contaminación de todo tipo, contaminación que va desde los residuos de antibióticos que expulsamos los humanos hasta la presencia de metales pesados como el mercurio, el plomo y el cromo, como sucede, amanera de ejemplo, con nuestro mar Caribe patrimonio de Cartagena de Indias.
2. A ello se une la degradación y destrucción de los ecosistemas marinos, el blanqueamiento de los corales del mar que baña nuestro mundo, y la extinción de toda clase de organismos marinos.
3. Más de tres cuartos de las aguas costeras sufren por el cambio climático actual, el cual a su vez potencia los demás daños que causamos los depredadores.
4. “La mayor parte de las zonas afectadas están ubicados en el hemisferio norte” el reino de la opulencia y el poder, cuyas minorías dueñas de las grandes riquezas mundiales, con sus socios del hemisferio sur destruyen su propio hábitat y el nuestro en el extremo opuesto del planeta.
Por su parte la ONU, en el documento que invita a los ciudadanos del mundo a la celebración, precisa:
“Desafortunadamente, la presión humana que incluye sobre explotación pesquera y la pesca ilegal, desconocida o sin regular, así como las insostenibles prácticas de acuicultura, la polución marina, la destrucción del hábitat, las especies invasivas, el cambio climático y la acidificación están causando un grave daño a los océanos y a los mares.
La Paz y la seguridad son también críticas para el pleno disfrute de los beneficios que pueden derivarse de los océanos y el desarrollo sostenible”.
Más si la situación está de esta manera, a nivel de los océanos en general, nuestro Mar Caribe, no escapa a ninguna de las variables del desastre referenciado.

Prueba de ello, son sus partes integrales conocidas como Bahía de Barbacoas, colmatada de cieno y otros residuos sólidos, al igual que la Bahía de Cartagena afectada por más de 100 contaminantes, entre estos metales pesados como el mercurio, el plomo y el cromo, que vertieron y vierten algunas entidades privadas y oficiales, sin descontar los aportes que hacen algunos sectores de los habitantes de la zona, pese a los avances logrados en materia de control de la contaminación.

A lo anterior se adiciona la existencia de caños, lagunas y ciénagas considerado como el cuerpo de agua más extenso y contaminado del país, en cuyas orillas y en su propio seno, muere cada año una cifra representativa de menores por enfermedades perfectamente prevenibles y curables, males originados por la contaminación hídrica.

A manera de epílogo, y sin ánimo de “rasgarse las vestiduras” hay que escribir que las preocupaciones y gestiones mundiales por solucionar tan compleja crisis, avanzan así sea a un lento ritmo no deseado y los sistemas de navegación buscan causar menor impacto en algunos de los mares del mundo.
Nathional Geographic anota al respecto:
“Algunos mares vieron una reducción del impacto humano-por ejemplo, en partes del Atlántico Norte, donde hay más barcos con combustión eficiente y rigen nuevas regulaciones-.
En 2016 los países añadieron más de 40 sitios, unos 3.6 millones de kilómetros cuadrados a las zonas marinas protegidas, lo cual las protege de la pesca comercial, la perforación para obtener fuentes de energía y otras actividades que podrían causar daños de distintas manera”.

En este aspecto, en materia de protección hay que reconocerlo Colombia no se ha quedado atrás y prueba de ello es nuestro Parque Nacional Natural Corales Islas del Rosario y San Bernardo, cuyos esforzados y valientes funcionarios, contra viento y marea, luchan a diario para cumplir su misión de proteger el sagrado patrimonio natural de los ciudadanos del mundo, Colombia y Cartagena de Indias.
Sin embargo, a las autoridades ambientales y marítimas del país, la región y el Distrito, les falta un mayor compromiso y mayor voluntad política para sacar avante un plan de salvación de nuestro Océano Pacífico y de este hermoso Mar Caribe, plan que debe privilegiar entre otros los siguientes elementos estructurales:
1. Educación Ambiental de Cara Al Mar como venimos haciéndolo desde el CIDEA hace muchos años.
2. Descontaminación de metales pesados de la Bahía de Cartagena y de otras importantes radas del Océano Pacífico.
3. Mano dura y efectiva contra los depredadores y contaminadores.
4. Recuperación ambiental y biológica de los ecosistemas de ambos océanos, especialmente de los estratégicos.
5. Ampliación de nuevas áreas protegidas y administración eficiente de su gestión.
6. Fortalecimiento institucional de los entes protectores del patrimonio natural del país y de manera especial, de aquellos comprometidos con los recursos marinos.
7. Fortalecimiento internacional de la política nacional de defensa del patrimonio oceánico y marino del país, para recuperar los territorios de los cuales nos han despojado y prevenir posibles acciones de esta índole en el futuro, que no se vislumbra tan lejano.
8. Redención social, económica, política y cultural de las comunidades costeras e insulares, para saldar la deuda contraída con estas desde hace casi 200 años.

Corresponde, por otra parte, a las sociedades Portuarias Regionales de Colombia, unas de las más prósperas y eficientes del mundo, emprender y/o fortalecer estas acciones para que justifiquen su razón de ser, y su verdadera razón y responsabilidad social de bienestar para las comunidades donde operan, y dejen de ser solamente una estrategia ventajosa de acumulación del capital de unos cuantos.
Todo ello debe llevar a este nuevo compromiso de conservar los océanos y mares del mundo como uno de los ejes centrales de la vida en la Tierra, sin olvidar que el cambio climático que hoy afecta a los mares del mundo, no distingue en sus negativas afectaciones, entre un improvisado y humilde muelle de pescadores y un imponente puerto de última generación de una Sociedad Portuaria Regional.

Finalmente, corresponde a quienes nos reconocemos como ambientalistas fortalecer este movimiento a nivel local y nacional, emprender acciones colectivas o individuales, que conduzcan a hacer real el derecho de los colombianos y cartageneros a un ambiente sano en la litosfera, la atmósfera, la biosfera y en este caso en la hidrosfera.
Acciones populares, acciones de cumplimiento, tutelas de los derechos vulnerados son algunas de las herramientas legales que tenemos para hacer cumplir la “Constitución Verde” Colombia.
Organizar un poderoso movimiento ambientalista a través de las redes sociales, es otra tarea por cumplir a la vez de convertirnos y/o empoderarnos mejor como ciberactivistas ambientalistas, comprometidos, no sólo con nuestros propósitos nacionales por la vida y el ambiente, sinó también, en nuestra condición de ciudadanos de la Tierra, apoyar de mejor manera las campañas mundiales de Green Pace, Avaaz y otros importantes organismos defensores de la vida a nivel del Planeta Tierra.


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR