Richie Ray y Bobby Cruz: el Sabor dorado de la salsa. ( 1 ).
El presente es uno de los siete trabajos que conforman mi nueva serie de escritos sobre la música salsa , patrimonio cultural de la humanidad, por si, pendiente de la declaración que un día de estos hará la UNESCO ; combina elementos de la vida real con hechos ficticios, siendo lo único verdadero, las canciones con su música embriagadora.
En estricto orden de preferencia salsera personal, desarrollaré temas sobre algunos de los múltiples ejecutores de este género musical, sin el objeto de establecer listas, ranking o tops, o clasificación alguna siendo los elegidos: Richie Ray , Nelson y sus estrellas, Rubén Blades,Jhonny Ventura y Johnny Pacheco, El Gran Combo, Ismael Rivera y Cheo Feliciano.
Vale en esta ocasión solicitar de manera respetuosa a mis lectores que sugieran canciones que les traigan a la mente gratos recuerdos personales, al igual que los evocados en estas notas; con mucho lo haré en la medida de las coincidencias, acorde con el principio orientador de mis escritos : Mi Vida : Un pentagrama musical.
Las primeras noticias de Ricardo Ray las tuve de mi papá Rafael Enrique (amigo personal del Sr. Pacífico Maldonado, padre de Ricardo) cuyo tema central de conversación, cuando se encontraban en Maracaibo Venezuela ,por asuntos de negocios de venta de comida cruda y /o animales vacunos y caprinos en pié, era la maestría de Ricardo en el piano desde niño y el augurio que este hijo nacido y estudiado en Nueva York , en breve tiempo sería famoso entre los artistas de la música popular de la Tierra.
Pronto se cumplió la profecía del Sr. Pacífico y a la edad de 20 años su hijo grabó con la voz del gran Bobby Cruz el primer larga duración( long play) “Ricardo Ray arrives “Comején”.
Este fue mi primer contacto musical con Ricardo y Bobby en el año 1965, en el” Barrio Las Delicias, la Esperanza”; los parlantes del picot de “ El Viejo” y el “Gran Leovigildo” lo ponían a sonar de domingo a domingo sin olvidar” La TV del Mata” , “La Clave “ y otros que tocaban en las llamadas “tómbolas” organizadas por las juntas de acción comunal , en las fiestas de noviembre y en las celebraciones de los clubes sociales populares tan de moda, en ese lapso de los años 60. .
Eran estos los escenarios para, el goce celestial de la música, cuando los dueños de los picots se mantenían al día con la discos prensados que llegaban de USA, a través del Terminal Marítimo, para los concursos de los mejores salseros, las peleas entre los participantes, el “levante” de las chicas, y las oportunidades para fumar la marihuana de parte de sus consumidores habituales.
Fueron también los momentos de las visitas de los grandes boxeadores como Bernardo Caraballo; recuerdo que el Beny, quien en ese año estaba en sus mejores momentos, pren
día los cigarrillos , bien fuera Lucky Strike, Marlboro, Kent, Kool u otros, con billetes de 50 pesos, vigentes en los años 60 del siglo pasado, cuyos fajos expuestos a la vista causaban diferentes sensaciones entre los admiradores que en ese momento lo rodeábamos.
Evoco también la presencia de Germán Gastelbondo, gran pegador en ascenso al igual que la del kid Torres y del “Papi Lozano buen amigo y compadre mío, quienes nunca escalaron a la fama, pero si pelearon en el Circo Teatro de Sandiego.
EL Comején de Ricardo Ray ponía a bailar a todos y a todas; las manos magistrales del músico, compositor y arreglista sacaban las notas mágicas del teclado del piano las cuales se entremezclaban con el humo de los cigarrillos y el olor del ron Tres Esquinas , el Ron Popular y los perfume baratos como el cariaquito de las parejas ; sin embargo algunos refinados se colaban , tales como el Paco Rabanne y el Pino Silvestre, entre otros .
La trompeta del hermano de Ricardo, Raymond Maldonado y su acompañante nos erizaba los bellos, transportándonos a un mundo celestial, anunciando el sonido bestial que pronto vendría en otro disco de larga duración.
Así, con los instrumentos musicales ejecutados por las maestras manos de los integrantes de la orquesta, el viento y la percusión se volvían música y de la melódica voz de Bobby Cruz salía él, el comején:
Comején que anda, camina comején,
Comején que anda, camina comején.
Comején ya viene, camina comején,
Huye pataepalo que te come el comején,
Mira caballero que viene acabando,
Te digo que el comején viene talando,
Parece soldado marchando,
Te digo Roberto Madera , viene ese comején,
Sino coges una yegua, súbete a un tren,
Te digo que ayer se comió…
Si yo tuviera pataepalo huyera al comején
D e esta manera culmina la canción que hizo famoso a los durísimos de la salsa con sus mayores fortalezas, el piano de Ricardo, las trompetas y la mélodica voz de Bobby Cruz, quien en otros momentos afortunados alternaría con Miki Dimari, la extraordinaria voz femenina acompañante en los coros durante la presentación de la Orquesta en 1990 en la plaza de toros de nuestra Cartagena de Indias. (Continuará).