Tórtolas y Torcazas: Patrimonio Natural con Alas en libertad.
- A manera de introducción: Resistiendo la Devastación.
Su historia natural se remonta varios siglos atrás, cuando los amerindios del Caribe convivían con estas aves, las cuales incorporaron a su dieta alimenticia cotidiana; la existencia de las aves logró superar la avaricia y el hambre de los conquistadores del siglo XVI, quienes convirtieron su carne en un plato delicioso que se vendía a precios poco accesibles.
Gonzalo Fernández de Oviedo, Cronista de Indias, en su libro: Sumario de la Historia Natural de las Indias, (editado en 1526) da testimonio de su existencia en los siguientes términos:
“…Hay palomas torcaces, y zoritas, golondrinas y codornices, garzas reales, garzotas y flamencos, salvo que lo colorado de los pechos es más vivo y de más lindo plumaje” (P.166.).
Igual resistencia ofrecieron en el siglo XX a los cazadores de “comida de monte” quienes a mediados del siglo desataron una terrible persecución sobre toda la fauna silvestre del Caribe colombiano hasta mediados de la década de los años 70, cuando la legislación ambiental colombiana, entró en firme, mediante leyes, decretos y de manera especial con el Código de los Recursos Naturales de Colombia: decreto 1811 del 18 de diciembre de 1974.
- LAS TORTOLITAS: HABITANTES DEL CARIBE.
Cuando la vida en el Planeta Tierra evolucionó, hace 1.500 millones de años, la naturaleza se complació en nuestra América haciendo de esta la región más rica en biodiversidad y de manera especial en la avifauna.
En este regalo de la naturaleza y Dios, no podía faltar la especie que siempre nos acompaña en las terrazas, el patio de la casa, los montes bajos, árboles y arbustos de nuestro entorno, aunque se trate de ambientes urbanos.
Me refiero por supuesto a las tortolitas, a esos pequeños seres alados, maravillosos, que también conocemos con el nombre de tierrelitas, las cuales nos asombran por su estado siempre en alerta, de las que es difícil distinguir entre el macho y la hembra y de las que se dicen que sólo visitan los hogares donde hay paz, armonía, tranquilidad y mucho amor.
En nuestros días, los especialistas las ubican, en una extensa región del Caribe, tal como lo hace la web: inaturalist.org.:
La tortolita (columbina passerita) es una especie de ave de la familia columbiforme, de la familia columbidae.Es una pequeña paloma tropical que se encuentra en Bermudas, sur de Estados Unidos, México, el Caribe y Sudamérica tan al sur como el nordeste del Brasil. (inaturalist.org. Consultado diciembre 14.2020).
Fue en un hermoso rincón de este Caribe nuestro, en tierra de arroyos hermosos y estanques llamados pozas, donde habitaron los heroicos yurbacos, (hoy Turbaco) donde las conocí, desde muy pequeño, despertando mi interés y aprecio por tan bello ser.
3.EL PATIO ENCANTADO DE LAS TÓRTOLAS Y TORCAZAS.
Ahora, que he vuelto de nuevo al patio encantado del Pie de La Popa, las recuerdo cuando en el antiguo apartamento siempre andaban en parejas, dándose piquitos, acicalándose, y mostrando una ternura, que ya quisiéramos tener los humanos; de ahí, que cuando se observa una pareja de enamorados, amándose con ternura y decencia, en público, nos referimos a ellas como un par de tortolitos.
Más los tiempos de las parejas de tórtolas solitarias quedaron atrás; ahora el par de aves enamoradas se ha cuadriplicado, al igual que la frecuencia de su presencia, convirtiéndose en el entretenimiento cotidiano de mi familia, que generosa les brinda alimentos y agua.
Sin embargo, no todo tiempo fue mejor: las torcazas, que casi nunca en mis andanzas, las había observado en los distintos socioecosistemas de la Fantástica, han hecho presencia masiva en el patio, superando de manera amplia la de las tortolitas, al punto que hay momentos del día en que suman más de 30 ejemplares juntos, sin que pueda afirmarse que andan emparejadas. Definitivamente los afectos de las tortolitas saltan a la vista, mientras que las torcazas muestran siempre su independencia e individualidad.
Las torcazas, por su parte, también son habitantes del Gran Caribe: Icesi.edu.co/wiki aves, explica: Se encuentran por las Antillas Menores, Colombia, Trinidad, Guyana, oeste de Perú Y Ecuador, Bolivia, centro y norte de Brasil, Uruguay, centro de Chile, centro y sur de Argentina hasta Tierra del Fuego. En Colombia se encuentran desde 300 hasta 600 metros de altura sobre el nivel del mar; en el norte del país desde el Departamento del Atlántico hasta la Guajira… (Consultado, diciembre 13.2020).
Sin embargo, el investigador omite la presencia de la torcaza en gran parte del antiguo Bolívar Grande, como son los departamentos de Bolívar, Córdoba y Sucre.
Sin embargo, tortolitas y torcazas son inconfundibles por su tamaño y por su color; por su morfología es más difícil distinguir el macho de la hembra, entre las torcazas, mientras que, entre las tortolitas, es un poco menos difícil por la forma más aerodinámica del macho.
En medio de estas diferencias, para mí, un modesto estudioso de la avifauna local, la presencia masiva de las torcazas, en este sector de Cartagena, se torna inexplicable; la súbita presencia mayoritaria frente a las tortolitas deja asuntos pendientes por investigar y serias preocupaciones en torno a la conservación de las tórtolas, aunque en este campo de su supervivencia, para las dos especies, los científicos lo catalogan como de menor preocupación.
Por otra parte, la convivencia diaria con estos extraordinarios seres, catalogados, como unos de los más inteligentes entre las aves, me ha permitido comprobar que su comportamiento guarda algunas similitudes con el de nosotros los humanos:
*El afecto, y las demostraciones permanentes de ternura de las tortolitas.
*La belicosidad de las torcazas a la hora de alimentarse, lo cual no permite alimentación tranquila a las primeras, ni aun a las de su propia especie. En este sentido se destaca, una pobre palomita que carece de una de sus extremidades inferiores y cada vez que aparece es a combatir a sus congéneres, dedicando más tiempo al combate que a la alimentación, por ello, no cesa de rechazar a las demás hasta cuando queda sola; sin embargo, en algunas ocasiones aparece un ejemplar que “la pone en su lugar” y debe retirarse ante la fuerza de los picos.
*El egoísmo de algunos otros ejemplares de pretender alimentarse sólo ellos, cuando hay alimentos para todos, al igual como sucede en nuestros tiempos de capitalismo salvaje y brutal, acentuado en época de pandemia y de negociación del salario mínimo en Colombia.
4.TORTOLÍN: UN TÓRTOLO CON UNA HISTORIA DRAMÁTICA Y DE LIBERTAD.
Transcurría el año 2002, cuando Tortolín apareció en la historia de mi familia; Tortolín era un pobre tórtolo pichón que habían arrebatado a sus padres y confinado a una mísera jaula de alambre y madera; con mucha gestión, mi hijo Ubaldo Jr. consiguió que se lo regalaran unos amigos en Bayunca y el ave llegó a vivir a la Fantástica.
Por supuesto, que Tortolín se crio en libertad, al interior de su nueva residencia convirtiéndose en el compañero alado que volaba de mueble en mueble y que un día decidió hacer nido en lo alto de una vitrina; esto obligó a buscarle compañera, que un día, de manera desafortunada, por motivos desconocidos falleció, causando el natural pesar en quienes compartíamos con la pareja este alado romance.
Pero la vida continuó… y Tortolín, cada día que pasaba se volvía más arisco e inquieto y menos apegado a las manos de mi hijo, quien comprendió que el ave ya no podía continuar viviendo a ventanas cerradas; durante varios días , siempre libre, volaba al interior de la residencia, con ventanas abiertas, hasta cuando decidió recuperar su libertad; entonces preparó sus alas silvestres y emprendió libre vuelo hacia un frondoso “palo de mango”, donde seguramente lo esperaba una hermosa tórtola, porque nuestro amigo, además de ser un ser maravilloso, era un apuesto galán que recuperó el don que la naturaleza y Dios le dio a las aves: Volar en libertad.
Con los afectos de siempre, reforzados con sueños de libertad.
UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.