Felicidades en el día del contador: La nueva realidad de la contaduría pública
Antes de comenzar a escribir algunas cosas de la celebración del día del Contador, me gustaría decir que no soy contador público, pero durante unos cinco años, si mal no recuerdo, he compartido con muchos de estos profesionales con quienes he conversado sobre algunos temas relacionados con la enseñanza y la pedagogía, y todo lo que concierne al proceso de formación por competencias. Para algunos de ellos, la enseñanza o el proceso de educación que imparten en la Universidad donde laboramos, es su segunda profesión; profesión que les ha permitido crecer desde la enseñanza y el aprendizaje como proceso pedagógico humanístico. Son personas convencidas de la importancia de la educación para el crecimiento de un país como Colombia, máxime cuando se está en un proceso de internacionalización, globalización y mundialización de las economías.
Según el investigador y docente Jack A. Araujo, el día 1 marzo de 1975 fue el inicio de aquel reconocimiento que los contadores de la época escogieron para celebrar el día del contador en Colombia. Fecha que sirve como referente inicial de un proceso de lucha y reconocimiento a una profesión que había sido excluida por los grupos económicos del país. Sin embargo, sé que hay muchos nuevos contadores que desconocen el origen de esta lucha librada por estos intelectuales para alcanzar los propósitos profesionales en aquel entonces. Una profesión estigmatizada desde sus orígenes en el país. Los monopolios gringos que realizaban auditoría con el consentimiento de los gobiernos de turno, eran los amos y señores de la contabilidad en aquellos días.
Aunque todavía se dan esas actitudes monopolísticas en esta nación amerindia, para Araujo entre otros autores, ha habido cambios trascendentales en lo académico, lo técnico y lo científico. El contador es un profesional de respeto que con denuedo se ha ganado su espacio. El contador viene apoderándose de esos espacios con su inteligencia y contribuciones en el desarrollo y progreso del país. El reconocimiento social de quienes dan “la fe pública” ha sido el crisol para configurar, según lo conversado con algunos contadores especializados, una profesión con altos perfiles de excelencia académico-investigativa. Ya no sólo se llevan libros, sino que también se investiga y se consolida un profesional integral que conozca, que sepa ser y que aporte desde sus conocimientos para la transformación de un país con muchas posibilidades de crecer con el aporte de sus recursos humanos e intelectuales.
En estos días la Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco celebró la semana del contador como un reconocimiento merecido no sólo a los contadores que laboran en los programas de Contaduría Pública y de Contabilidad sistematizada, sino también a quienes no siendo académicos de la contabilidad, aportan a la formación integral de los nuevos contadores de la región. Esta celebración ha tenido como eje principal la integración de la comunidad de los programas contables a través de actividades académicas como la conferencia central “Proceso de convergencia para la aplicación de estándares internacionales de Contabilidad” dictada por el Presidente del Consejo Técnico de la Contaduría Pública de la República de Colombia, el Doctor Luis Alonso Colmenares; asimismo, proyección de películas, juegos y actividades deportivas entre alumnos y docentes, concitando la preponderancia que tienen estos programas en la Facultad de Ciencias Administrativas y Contables como “jalonadores” de procesos de envergadura para transformar las actividades académicas que propendan por la formación integral de los nuevos profesionales de la contabilidad.
En suma, el día del Contador es un día para celebrar con una reflexión pertinente sobre esta profesión. Estos profesionales de la contabilidad deben asumir con responsabilidad el vuelco general que la realidad mundial les exige.
Contadores y colegas docentes de contaduría, el compromiso social que tienen es enorme; aquellas falencias presentadas en otros lugares del mundo por la aplicación de normas inconsultas e impuestas, sin el consenso y estudio de quienes verdaderamente conocen la materia, requieren su contribución, reflexión y análisis para no ser repetidas. Se tiene que recordar que quien desconoce la historia, tiende a repetirla. Felicidades en su día; el reto es enorme, es hora de no claudicar para alcanzar el estatus que se merecen en la sociedad.
*Docente de Lengua castellana y literatura del Distrito de Cartagena en la Institución Educativa Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y de Comunicación Oral y escrita de la Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco.