Pan y rosas: Conmemorar para no olvidar


Con todo el respeto que merecen las mujeres y por ser hijo parido por una mujer, yo el ocho de marzo más que celebrar, conmemoro esa fecha. Fecha importante para exaltar los aportes de la mujer a la sociedad a través de los tiempos. Conmemorar a quienes por allá en las calendas de un  ocho de marzo de mil ochocientos cincuenta y siete en Nueva York,  cuando un grupo de mujeres tabajadoras de la industria textil, llamadas “garment workers” en inglés, organizaron una huelga para exigir mejores salarios y condiciones dignas como seres humanos, dando inicio a una hito histórico para un género que aún es mancillado y explotado en muchas naciones. Ellas luchaban por salarios más justos y condiciones laborales más humanas.  Sin embargo, al momento de alzar sus voces, son detenidas y reprimidas por las fuerzas policíacas.

 

Un año después., quince mil  mujeres vuelven a tomar las calles de Nueva York para exigir un aumento de sueldo, menos horas de trabajo, derecho al voto y  prohibir el trabajo infantil. El eslogan que utilizaron fue “Pan y Rosas”. Ya que, el pan representaba la seguridad económica, y las rosas, una mejor calidad de vida. Era el inicio del reconocimiento al valor histórico del ser más hermoso y fuerte de la humanidad. Muchas murieron sin ver sus objetivos cumplidos, pero ofrendaron sus vidas por una causa justa y digna y deben ser recordadas.

 

Tal vez esa fecha se ha desvirtuado por las  exigencias del modelo capitalista y consumista en el que estamos inmersos. Pero sería bueno recordar que entre una celebración y una conmemoración hay diferencias de fondo ineludibles que  no deben soslayarse  por quienes creen que este día es para dar presentes únicamente. Considero  que la historia debe estudiarse para no repetirse. Esos presentes se pueden ofrecer en otras fechas sin demeritar la intencionalidad de quienes hoy lo hacen; igualmente, sin que el comercio y los medios  señalen, manoseen y manipulen  las conciencias de hombres y mujeres. Que este día  no se olvide y que  no se imponga como costumbre el consumismo descalificador del la mujer. Creo que a las nuevas y viejas generaciones que desconocen esta historia habría que recordarles que la mujer es el valuarte universal que con su trabajo, lucha e inteligencia se ha ganado su protagonismo e importancia en el desarrollo y progreso de las naciones. Que no es a través de la voracidad mercantilista del consumismo, vendido en los medios que vamos a reconocerles sus aportes, sino a través del resarcimiento histórico que debería contrarrestar el poder patrircal y machista que le ha arrebatado sus aportes desde siempre a esos invaluables seres.

 

Entonces, rescatemos que el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) afirma que celebrar es, entre otros significados "ensalzar públicamente a un ser sagrado o un hecho solemne, religioso o profano, dedicando uno o más días a su recuerdo" —por ejemplo, 'celebrar la Pascua'—; "realizar un acto formal con las solemnidades que este requiere" —por ejemplo, 'celebrar una boda' o las elecciones—, y "realizar un acto festivo por algo que lo merece" —por ejemplo, 'celebrar un cumpleaños'. Asimismo, define  también  conmemorar como "recordar solemnemente algo o a alguien, en especial con un acto o un monumento". Es lo que deberíamos estar haciendo hoy ocho de marzo.

 

Por último, se tiene que elevar a la categoría de trascendental el aporte valiosísimo de todas y cada una de las mujeres que desde siempre  han contribuido al desarrollo y al progreso de la humanidad desde cada uno de sus espacios. Mujeres de todas las naciones, colores y credos políticos, gracias por contribuir al crecimiento de las familias y la sociedad. Se merecen todo nuestro reconocimiento y amor por ofecer con sus ideas y fuerzas inamovibles en la construcción de una historia donde la igualdad y la justicia se reparta equilibradamente. Feliz conmemoración. El Todopoderoso las siga bendiciendo perenemente.


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