Después de escribir una columna muy polémica sobre La Fania regreso a nevegar en aguas más tranquilas ya que estaba en mora de dedicarle unas líneas a la salsa venezolana para bajar un poco la tensión y recordar aquellos temas que nos deleitaron desde los finales de los sesenta hasta mediados de los ochentas.
Siempre he sido un enamorado de las orquestas venezolanas, no sólo de salsa sino de música tropical como la Billos Caracas Boys, los Melódicos, los Blanco, Pastor López, Nelson Henríquez, Willy Quintero, el Súper Combo Los Tropicales, San Sousí, Chucho Sanoja, Orlando y su combo, entre otras.
Pero volviendo a lo que nos atañe: la salsa, destaco que cada una tuvo su propio estilo y dejó un legado a los salseros tradicionales en el Caribe colombiano.
Quién no oyó “juégale Nelson” cuando sonaba la orquesta de Nelson y sus Estrellas. Fue una época maravillosa, de la cual aún recordamos cuando escuchamos los discos de la Dimensión Latina, Ray Pérez, Oscar De León, el Sexteto Juventud, Federico y su Combo Latino, la Selección Quinta, el Clan de Víctor, Cheché Mendoza y sus Satélites, Nelson y sus Estrellas, entre otros.
Sin duda Colombia fue el destino predilecto de las orquestas venezolanas. El Festival de Orquestas de Barranquilla se hizo grande gracias a la presencia de estos grandes artistas, los cuales siempre resaltaron el apoyo que les dio el pueblo colombiano a su música.
Yo sé que cada uno de ustedes tuvo su orquesta favorita. Particularmente la mía fue Nelson y sus Estrellas, por ser una agrupación diferente a las demás. Utilizó letras muy sencillas y les introdujo arreglos muy tropicales que fueron del gusto de muchas personas.
Quién no se acuerda temas duros como el “Ritmo de allá”, “El rey del ají”, Aprieta el tumbao”, Cumban p´al Monte”, “Mi Montuno”, Bailaderos y otros de corte tropical como “Besitos del corazón”, Payaso, La Sirena” “Luna de río”, “El Porro”, El Forastero”, “Llorándote”, etc.
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La Dimensión Latina, liderada por Oscar De León y el trombonista Cesar Monge, más conocido como “Albóndiga”, fue sin duda la orquesta que llevó la salsa venezolana al punto más alto. La puso a la par de las mejores orquestas de Nueva York y Puerto Rico de ese entonces.
Quién no gozó con “Llorarás”, “Vueltas y vueltas”, Sin tu cariño” “Taboga” “Que bailen Tos”, “Sigue tu camino”, “Compadre querido”, entre otros.
Cantantes como Vladimir (bolerista), Rodrigo Mendoza, Argenis Carrullo y el mismo Oscar De León, se hicieron sentir con la Dimensión Latina, la que sirvió de albergue musical para Andy Montañez, después de su sorpresiva salida del Gran Combo de Puerto Rico.
Pero qué pasó con la salsa venezolana después de la segunda mitad de la década de los 80. Porqué desaparecieron de la escena musical esa cantidad de orquestas de gran calidad. Esa es una pregunta que queda ahí para ser resuelta.
Recuerdo que sino fuera por Naty y su Orquesta, la que impuso el éxito “Amor Anónimo” en los 80 y Amilcar Boscán con “Apariencias”, Venezuela hubiera desaparecido del ámbito salsero. Años después, con la llegada de la salsa romántica, la juventud hizo su aporte con los trabajos musicales de Adolecentes Orquesta, Salserín, Servando y Florentino, y en la actualidad Bazil Alexander, quien pegó recientemente en Colombia los temas “Llueve Otra vez y “Es tarde Ya”.
Pero mientras Venezuela se desvanecía en materia salsera, en Colombia pasaba lo contrario. Aparecieron en los 80 varias orquestas que le dieron a la salsa colombiano mucho lustre como el Grupo Niche, Guayacán, Raíces, los Inéditos, Barbacoa, el Nene y sus Traviesos, Grupo Meleo, La Verdad de Joe Arroyo, por citar a las más populares.
De todas maneras, sentimos mucha nostalgia por aquella época dorada de Venezuela. Sólo nos queda seguir recordadando nuestra época de adolecentes con esos temas, los cuales para nosotros los románticos nunca pasarán de moda.
Hasta luego.