Retro-Vocatoria del mandato


Según la inigualable filosofía Pambeliana siempre resulta mejor ser rico que pobre, estar bien en lugar de estar mal, y tener mucho en lugar de tener poco (salvo que se trate de imputaciones penales o piojos, en ese caso sí que es preferible la menor cantidad posible).

Con diferentes intenciones y objetivos, los medios de comunicación habituales bombardean a la ciudadanía con propaganda política o económica disfrazada de información para generar álgidos debates en los círculos familiares que se trasladarán a los sitios de trabajo, al medio de transporte, y finalmente emergerá ataviado de argumentos sesgados, malinterpretados por convicción o por error, en las masivas redes sociales.

Políticas de género, feminismo, machismo, izquierdas, derechas, comunistas, filo, paramilitares, hinchas con micrófono, provocadores informados, provocadores desinformados, religiones salvadoras, religiones multimillonarias, falsas religiones, religiones de bolsillo, la única y verdadera religión de esta semana, vibradores para mujeres, para hombres, para enanos, para enanas, para la comunidad LGBTI, para el pueblo raso como política pública, entre tantos otros temas controversiales tienen sus impulsores pagados o no, insistiendo cada día con estudios de universidades y declaraciones de celebridades para inocular el germen de sus iniciativas. Vamos, el sesgo de confirmación de toda la vida o lo que en mi barrio se materializaba en el perro que lame sus propios huevos.

Asimismo, valiéndose del poder de las imágenes o audios en uno u otro sentido, apuntalan sus preceptos haciendo que cada ciudadano en la intimidad de su hogar tome como propias, ideologías que poca o ninguna significancia tienen en su diaria realidad personal, pero que como nuevo adepto difundirá con devoción para conseguir cuantas adhesiones sean posibles en lo que asume es la posición correcta e indiscutible.

Así terminaron todos creyendo que Hugo Chávez, Fidel Castro, Rafael Correa, Ollanta Humala, Evo Morales, y Lula Da Silva encabezaban el eje del mal con miras a extender por todo el continente la estupidez y la pobreza de la que los grandes grupos empresariales nos han protegido desde siempre, sacrificando su propia felicidad aun cuando ésto los haya convertido en multibillonarios muy a su propio pesar. Las imágenes de estos desdichados izquierdosos acompañaban sin falta las noticias de familias hambrientas desplazadas que intentaban sobrevivir en medio de la violencia que sólo azotaba a los países que ellos dirigían equivocada e impunemente; y que afortunadamente no existe en los inteligentes países donde la ciudadanía brillantemente informada vota por los Gavirias, los Pastranas, los Uribes, o los Santos. En eso Dios nos ha protegido enviando a estos abnegados políticos que anteponen el bien general al particular para avanzar juntos hacia el desarrollo sostenible.

Aterrizando en Cartagena, la ciudad que todos dicen querer, la ciudadanía ha visto como poco a poco a partir de declaraciones que la prensa local tilda de infortunadas cuando menos, se ha generalizado la idea de que estamos siendo gobernados por un incapaz. Se toma como argumento principal frases y dichos esbozados a viva voz por el actual alcalde mayor de los cartageneros y editorializando de manera descontextualizada los mismos. No conozco a Manuel Vicente Duque más allá de lo que usted, querido lector lo conoce; no le debo nada ni estoy en procura de algún privilegio durante su mandato; además, no soy ni quiero ser defensor de su gestión; sin embargo, una rápida exploración en el buscador más famoso de internet da como resultado un total de 10 expresiones catalogadas como “Manoladas” y que constituyen el eje central de los cuestionamientos al burgomaestre. 10 Salidas de tono en 415 días, menos de una al mes, menos que el número de veces que me golpeo el dedo meñique con la pata de la cama inmóvil que está en el mismo cuarto de siempre, menos que las ocasiones en que he llamado por Whatsapp a alguien cuando solo quería ver su foto de perfil o el estado que ponía.
Es claro que la ciudad no pasa por su mejor momento y eso ha permitido que un grupo de valientes ciudadanos ejerciten la democracia expresando su descontento a través de una iniciativa que pretende revocarle el mandato al citado alcalde. Es válido y es sano. Otra cosa es la pertinencia y la conveniencia de ésta medida en caso de prosperar. La ciudad viene acumulando problemas desde hace varias administraciones, que nos han rezagado frente a nuestros vecinos Barranquilla, Montería o Santa Marta, que lastra nuestras posibilidades de desarrollo. Una revocatoria pondría a todas las caras visibles de la actual administración en plan defensivo como le ocurrió a Samper en su momento o recientemente a Santos con su plebiscito por la paz. Toda la energía orientada a protegerse. Toda la energía orientada a protegerse en lugar de ponerse al día con el plan de desarrollo que convenció a sus electores. En caso de prosperar, el nuevo alcalde solo tendría escasos dos años y medio para tratar de paliar la situación caótica en la que quedaría la ciudad. En palabras de Sócrates;
“siendo el bien no solo útil, sino condición indispensable para la felicidad, el que obra mal lo hace así creyendo que obra bien, al menos para él. Y en esta apreciación errónea es en lo que se equivoca…”

Si considera que el alcalde por el que votó es un incompetente, tal vez deba reconsiderar la siguiente pregunta: ¿Quién es más tonto, quien pone su nombre a consideración de un electorado o quiénes le votan?

PS: Para informarse dia a dia con todas las noticias de Cartagena y el mundo sintonice La Verdad y Punto 1360 am de Besame radio de Caracol de lunes a viernes de 5 a 6:30 de la mañana con German Teheran Montes y este servidor.
PPS: Las olas de memoria me traen el recuerdo del primer amigo que tuve, Oscar Pinto en el campestre y vista hermosa. Siempre vive en mi recuerdo aunque su cuerpo ya no nos acompañe.


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