Sentido poco comun


Suelo decir con frecuencia que la libertad es el mayor y más preciado don que pueda tener un ser vivo, y que en el caso de los seres humanos sea cual fuere su condición económica, étnica o sexual, esta debe ejercerse libre y autónomamente sin restricción alguna ni autorización de iguales o superiores. Pero en abstracto todo suena mejor, La realidad en cambio es fiera y se autorregula de manera natural a través de mecanismos de control como los frenos inhibitorios, la vergüenza, la timidez o las burlas de terceros. Sócrates, el filosofo, no el futbolista; decía que el verdadero hombre sabio siempre actúa virtuosamente. Sin embargo, nuestra historia está plagada hasta el hartazgo de situaciones confusas y hechos tan desternillantes que parecen sacados de un segmento de alguna película no estrenada de los hermanos Marx (nada que ver con Karl, amigos del Polo).

En ocasiones basta con dedicar 30 segundos a ojear la prensa, lo cual es en definitiva el doble de lo que un usuario regular tarda en leer el periódico local, para encontrar comportamientos individuales o grupales que superan la lógica del sujeto consciente adaptado a una sociedad cuerda que tiende a ser flexible con tal de no parecer discriminatoria ni limitadora de las libertades.

Sin embargo, tres episodios inolvidables comprendidos en el lapso de tan solo cuatro (4) meses, demuestran que el sentido común cada vez es más escaso y que en la actualidad el excesivo uso de Smartphones, el consumo indiscriminado de televisión nacional y ocho años consecutivos de amor, paz y democracia, han comenzado a hacer mella en algunos.

El tercer lugar de este vergonzoso podio lo ocupa el tinterillo Aurelio Jiménez Callejas quien quizás en medio del aburrimiento por tener que dedicarse a una disciplina tan interesante como presenciar la inseminación artificial de una gallina; consideró que no había mejor forma para cumplir con la sentencia de Warhol que demandar a la FIFA ante un juzgado de Cali por la calidad del arbitraje del encuentro disputado entre las Selecciones de Brasil y Colombia en la etapa de cuartos de final del Campeonato Mundial de Futbol jugado y mal organizado en aquel país.

En el segundo lugar encontramos la iniciativa noble pero ridícula de un grupo de personas encabezados presuntamente por estudiantes de la Universidad de Cartagena, que después de un razonamiento largo y profundo creyeron por fin tener en su poder la solución inmediata para lograr el cese total de hostilidades de parte de Israel hacia Palestina; nada mejor que una marcha de apoyo llevada a cabo por dolidos y solidarios ciudadanos que le llegara al corazón a los dirigentes judíos que solo necesitaron esa muestra desinteresada al otro lado del mundo para poder decretar un alto en el camino y ofrecer una tregua a Gaza (no confundir con la otra, aquella es de algodón).

Pero lo que sin duda se lleva el premio mayor de la ausencia de sentido común y la capacidad propia de juzgar razonablemente las cosas, ocurrió a finales del mes de Mayo del año en curso cuando un nutrido número de hinchas del Atlético Junior Tu Papá, a la postre sub campeón del torneo tras perder la final contra otro al parecer mas Atlético, Nacional de Medellín; Saltaron a las calles a celebrar la conquista del título perdido en franca lid gracias a que el tribunal omnímodo de Twitter  así lo disponía ante una presuntisima infracción del cuadro verde al llevar a cabo una sustitución. Los felices e incautos hinchas tiburones, fueron noticia mundial y puestos en  ridículo a lo largo y ancho de la orbe deportiva y social que los tomó por ejemplo de lo que la falta de lógica y de contraste de fuentes es capaz de producir en la masa.

Como decía, todos somos libres de hacer libremente el ridículo en los parámetros que decidamos autónomamente, algunos escribimos en público para someterlo al escrutinio masivo de los lectores y algunos otros optan por llevar las cosas a otro nivel y darle a la palabra Desproporcionado un nuevo significado.


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