¡Sensibilizarse, hay que empezar por aquí!


¿Por qué parece que lo que dirán los demás está por encima de las necesidades de un hijo? ¿Por qué las expectativas familiares parecen tener más peso que la estabilidad mental de un niño? 

Estas son preguntas que han estado en mi mente durante muchos años, pero que, al llegar a Cartagena, se repiten casi todos los días. Me cuesta entender que, detrás de una sociedad que me ha acogido con tanto cariño, exista una realidad donde lo que opinen los demás pesa más que la ayuda que un hijo pueda necesitar. Los tiempos han cambiado, y con ellos la sociedad, pero parece que aquí no. Aún encuentro familias profundamente arraigadas en sus sueños, ilusiones y expectativas, esperando verlas reflejadas en la vida de un hijo, cuando en realidad deberían estar enfocadas en brindarle la ayuda que necesita. Señores: los problemas de aprendizaje, los trastornos del desarrollo y mentales existen, y se agudizan cuando no son aceptados, cuando no se detectan ni se intervienen a tiempo. Los profesionales lo sabemos, porque las tasas de suicidio están en aumento. Los colegios intentan aceptar la inclusión, pero para esto se necesita mucho más. Y lo que considero más importante, por donde hay que empezar: la sensibilización. Hace algún tiempo, una mamá se acercó a contarme lo que había escuchado: “A Carolina la trajo la clase alta para atender a los niños que no son de mostrar”. Desde ese momento, soy consciente del compromiso que tengo con esta ciudad. Sé que no será fácil, pero para esto sí estoy lista. Es un reto. Al menos he logrado que no se refieran a personas con ciertos diagnósticos como "mongólicos". Los mongólicos son los nacidos en Mongolia, y me ha tocado repetirlo muchas veces. No les niego que he sentido impotencia, pero luego entendí que no están preparados para vivir en la diversidad. Recordé que, en una sociedad donde te define tu apellido y el colegio, esto no es del todo negativo, pero cuando hablamos de niños, me parece un reto aún mayor. Cartagena, tus niños merecen una sociedad informada y actualizada. Porque de estos ejercicios solo quedarán aprendizajes que realmente harán crecer una sociedad, y con ella, una ciudad. De lo contrario, la ignorancia seguirá presente


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