Al parecer la Asociación de criadores de caballos de Bolívar (Cabalgar) y el Distrito de Cartagena se quedaron cortos a la hora de tratar el tema de la ya popular cabalgata que todos los años ocurre en la ciudad.
Se dedicaron a debatir cuál debía ser el recorrido, que si los jardines, que si el tráfico en Bocagrande; cuando el verdadero problema que significa para los ciudadanos realizar esa cabalgata el la situación desesperante de orden público y seguridad —al mejor estilo del Patial de Manga— que se presenta, y que se tienen que aguantar los vecinos, donde esta termina o donde la termina la gente: el Pie de la Popa.
Porque si de cabalgata se trata, tanto los organizadores como el Distrito, y hasta la Policía, se olvidan de todo lo demás apenas esta termina y la anarquía se apodera del sector de la Ermita y la calle 29D de este barrio. Cuando la cabalgata acaba reinan los atracos, los borrachos —y borrachos en carros—, las botellas rotas, los tiros y las peleas que protagonizan, entre el tumulto de gente, los más temerarios y caminar por esa ruta sí se convierte en una verdadera preocupación.
Que los caballos se paseen por la avenida San Martín o por la Santander, o que se caguen en cualquier matorral no debería preocupar tanto al secretario del Interior como la seguridad de las personas que, con todo el derecho, se quedan a festejar un evento que lo único de religioso que tiene es el nombre.
El carácter religioso y tradicional de esta festividad, que viene acompañada de cabalgata, no debería desviar la atención de las autoridades en una ciudad donde parece que se traen policías extras para cualquier cosa, menos para proteger a los ciudadanos de lo que representa la verdadera inseguridad.
Bastante sufrimos muchos cartageneros con la inseguridad que se vive en las — menos mal pasadas— fiesta de la Independencia, donde, como mínimo, nos atracan con manos untadas de grasa y nos agreden con tarros de espuma. Así que si una cabalgata, que en su significado más amplio, se ha convertido en generador de un peligroso desorden y que propicia los espacios para que los delincuentes hagan de las suyas, mejor que se la lleven.
Ya Cabalgar dijo que la ruta que le planteaba el Distrito es “inadecuada y poco atractiva”; ya la Alcaldía parece haber tomado la decisión, así que si no sale alguien más que la organice, que no haya cabalgata.
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