La caricatura que no se borra


Devoraba el periódico, devoraba lo político, devoraba el deporte. Antes que ningún otro periodista del diario, ya tenía las noticias en la cabeza y, seguramente, lo que iba a plasmar con sus trazos. Su apodo opacó siempre su nombre y no fue en vano. Jorge Escalante Licona, el Panti, hoy nos deja con el recuerdo de haber crecido en medio de sus caricaturas.

Hace dos años, cuando había llegado a El Universal, no lo conocía. En mi vida lo había visto. Solo sabía que había visto sus caricaturas, y que las buscaba casi todos los días desde niño en la casa de mi abuelo, y que no se parecía ni un poco a cómo me lo imaginaba. Estaba en su recinto, en su trono, detrás de una mesa de dibujo que muy poco utilizó para apoyarse, donde lo veía tan lejano porque era toda una leyenda de esas a las que uno teme acercarse.

Pasaba por mi cubículo y decía mi nombre. Ese era el saludo, para luego continuar desde el otro lado haciendo cualquier comentario sobre alguna de las notas. Me habían dicho que era callado, incluso hubo euforia cuando un día abrió la puerta de la redacción y saludó con su voz fuerte, pero, afortunadamente, tuve la oportunidad de escucharlo siempre.

Nunca me di cuenta a qué hora se iba, solo desaparecía, y volvía a verlo convertido en dibujitos a blanco y negro en las páginas de revisión.

Un ser de admiración con un alma grande que, a pesar de la enfermedad que afectó sus huesos -una artritis reumatoidea-, se resistía a quedarse en su casa y llegaba con ánimo para seguir con su labor periodística. Días antes de que se incapacitara subí con él, paso a paso, pasillos, escaleras, y en su voz no se sentía dolor. El negro se ha ido luego de haberle dado a Cartagena, durante más de 45 años al servicio de El Universal, la pluma que retrató tanto problemas y alegrías.

Yo no sé qué va a pasar ahora. Tampoco sé qué va a hacer la gente cuando abra el periódico para buscar las caricaturas a las que el Panti nos acostumbró por tanto años. Ya se los había dicho, nunca me di cuenta cuando se iba y ahora, simplemente, desapareció.

germangp8@gmail.com
En Twitter: @GermanGp8

El Panti en su escritorio.

Un negrito bembón llamado “El Panti” http://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/un-negrito-bembon-llamado-el-panti-96241

El Panti, entre caricaturas y una enfermedad crónica http://www.eluniversal.com.co/cartagena/gente-y-tv/el-panti-entre-caricaturas-y-una-enfermedad-cronica-103325


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR