O eres de izquierda o eres de derecha. La pelea por la diferencia es constante, estúpida y radical porque ninguna es capaz de escuchar y mucho menos de construir juntas. La derecha, corrupta, filtrada, chuzadora y retrógrada. La izquierda, negativa, desordenada e inmadura.
De la derecha estamos al tanto. Santoyo se echó el agua y cierra más el círculo criminal que rodeó al Patrón sin que, según él, se alcanzara a percatar. Todos caen, pero como es característico de la extrema derecha, todos se sacrifican por el líder.
De la izquierda no hay nada que decir. Los revolucionarios, los rebeldes, los jóvenes, los que se la quieren tirar de malos vinieron a Cartagena, en una parada de la Marcha Patriótica que recorre el país, y la dejaron vuelta una etcétera, dejando sin base tanta carreta que echan sobre la paz, sobre la armonía, sobre el cuidado de los recursos.
Para esa izquierda inmadura, que no tuvo ninguna justificación para entrar a al fuerza al coliseo Bernardo Caraballo y romper como gamines, como vándalos, las puertas del lugar y algunos de los implementos que con tremendo esfuerzo seguro han logrado los deportistas, solo hay que decir que sus palabras y acciones se cayeron por su propio peso.
Pena deben sentir Piedad Córdoba y los organizadores del evento porque en sus filas militan una cantidad de pelados rotos, que se creen más malos que todo el mundo y que creen que porque dañan todo lo que tocan son más de la oposición, y pena deben sentir los funcionarios que no previeron lo que mucha gente espera de este tipo de eventos.
Y más que esto, vergüenza e indignación debemos sentir los ciudadanos que, además de tener políticos con la corrupción hasta el cuello, sin iniciativas y sin liderazgo también nos tengamos que aguantar a una parte de la sociedad civil, que supuestamente se opone a la forma de gobierno que impera, sin mostrar señales de cambio en sus conductas. Pare de contar.