Para los Vanvaneros


PARA LOS VANVANEROS

 

La orquesta cubana “Los Van Van” apareció en La Habana en el año de 1969 de la mano del bajista Juan Formell, recién fallecido en 2014. Se dice que el nombre de la orquesta es una referencia a la campaña de la histórica zafra que Fidel Castro impulsó en el mismo año en que se funda la orquesta. Decía el comandante cubano respecto a las diez millones de toneladas de azúcar que se pretendían obtener: “De que van, van”.

 

Un antecedente crucial en la formación artística de Formell tiene que ver con su paso por la orquesta La Revé, de donde obtiene influencias que van a repercutir en su estilo musical que admite elementos del rock, el jazz y el pop, con un pie bien plantado en el son cubano y demás aspectos de la tradición musical isleña. Por supuesto, se debe tener muy en cuenta la admisión de la Timba, otro ritmo moderno nacido en la industria discográfica isleña.

 

Una de las contribuciones musicales más importantes de “Los Van Van” es la que se da en los años setenta, cuando aparece el Songo. Más que un ritmo es un hito musical en la historia de la propia orquesta, donde se incorporan instrumentos que para la época eran de última tecnología: el sintetizador, en especial. Junto con Formell se considera al percusionista José Luis Quintana “Changuito” creador del mencionado ritmo.

 

Más que agrupación musical “Los Van Van” se ha constituido en una institución con varias generaciones de músicos y de donde se han desprendido grandes artistas, tan exitosos como la orquesta misma. Algunos de aquellos temas se han instalado en el gusto del público salsero de Cartagena. Destacan “El negro está cocinando”, “Muévete”, “Soy normal, natural”, “Voy a publicar tu foto”, “Sandunguera” entre muchos otros.

 

Sin embargo, en ese saber popular salsero de los barrios cartageneros, no es que sea de gran relevancia la música cubana producida en de los años setenta para acá y su complejo repertorio musical. Uno que otro tema se escucha en los medios de comunicación locales y muy de vez en cuando. Hay un desconocimiento colectivo de aquella oferta musical. Más bien, lo que hay es una gran devoción por la memoria musical salsera, producida fuera de Cuba (repito, de los setenta para acá) y que constituyó la banda sonora barrial de Cartagena en las décadas de los años sesenta, setenta, ochenta y hasta –más o menos- los noventa. Se trata de una banda sonora salsera, cuyos temas son recurrentes y predominan en los distintos lugares donde se escenifica el goce salsero en Cartagena. Escenarios como los distintos estaderos, bares, programas radiales de salsa, bailes de picós salseros y también en terrazas, esquinas y patios.

 

Da la impresión de que hubo más interés por explorar y gozar la actualización del muy complejo repertorio musical salsero en otras ciudades de Colombia como Cali, Bogotá, Medellín y hasta cierto punto Barranquilla. Por lo menos, en las tres primera ciudades, se han ofrecido con cierta recurrencia la presentación de muchas orquestas y agrupaciones cubanas de la actualidad. Destacan Paulito FG; Manolito Simonet y su Trabuco; y los mismos Van – Van, por mencionar unos cuantos.       

 

Se trata de un tema que hay que ponerle atención, ya que, constituye el patrimonio cultural que nos conecta con el Caribe entero. Siempre he sostenido la explicación de que en Cartagena, cada vez más vamos siendo menos caribes. Ello en razón de la desaparición y el olvido de la vida de muelle en la ciudad. La vida de muelle consistía en la relación íntima y cotidiana entre barrio y puerto. La gente tenía acceso directo a todo aquello circulaba, con todo lo bueno y lo malo que eso tenía.

 

Se tenía acceso a la circulación de mercancías y dinero, pero, en especial de ideas, modas, prácticas, estilos, gustos, preferencias. La modernidad a Colombia entró por Cartagena, por el Caribe colombiano. Por aquí entró el cine a fines del siglo XIX y por aquí entró la salsa y la champeta africana. Éramos más caribeños, en los términos de la vida de muelle, porque conocíamos y reconocíamos el devenir de las gentes que viven en un territorio de agua, de mar Caribe.

 

La vida de muelle, para ponerles una imagen concreta, se vivía plenamente en los quioscos del Muelle de los Pegasos, cuando todo el mundo se comía su patacón con queso y un jugo de lulo o zapote. Otra imagen importante tiene que ver con las compra venta de música del Caribe, que existieron en el desaparecido mercado público de Getsemaní. Tales tiendas musicales, fueron esencia de la formación de la memoria musical salsera que aún hoy predomina en la sociedad cartagenera. Otra imagen más: Todo lo que aconteció en el sector de Tesca, desaparecida zona de tolerancia, donde la vida cabaretil fue escenario privilegiado de grandes artistas de todos los rincones del caribe. Tesca, barrio, muelle y música del Caribe fueron una sola cosa.

 

Hoy lo que tenemos son simulaciones y nostalgias.  Por una parte se simula, se recrea, se reconfigura, se resemantiza lo que significa el Caribe desde la industria cultural de Bogotá. Sospecho que eso ha tenido su repercusión sobre el olvido y la petrificación de lo que significa ser Caribe en Cartagena, en especial, en sus nuevas generaciones. Desde las telenovelas que se piensan y se confeccionan desde Bogotá, nos disfrazan de costeños. Nos matriculan en unos estereotipos capaces de esquematizar nuestra rica sensibilidad.

 

Por otra parte, buena parte de todo el repertorio de música salsera que circula en Cartagena, constituye una banda sonora de la nostalgia por una ciudad que ya no es y no será. Por tanto, si es música de la añoranza, también es banda sonora del desastre que es esta ciudad. Duele. A mí me duele en pila, como a todos ustedes lo que nos pasa. Me duele la consolidación de lo inviable, que es inminente. Y ahí seguiremos: mamando ron y escuchando música para lamernos heridas insanables. Habrá gente que dirá: “Ricardo, tu si eres fatalista”. Pero yo les pregunto: ¿Qué interpretación le dan a ustedes a la cifra oficial de 298 homicidios durante 2014 en Cartagena? Oficial, es decir, que falta contar un poco de asesinatos más. Para mí, ese es un claro indicador de la guerra social, que no tiene salida. Eso, por mencionar un solo aspecto de una guerra que se da entre nosotros y contra nosotros. Por supuesto, a los grandes poderes de la ciudad, eso les importa muy poco. Yo diría que nada, porque es que aquí no quieren a nadie.

 

Bueno Vanvaneros, regresando a nuestro tema, les presento a continuación un repertorio de canciones actualizadas del reportorio cubano de timba, son y salsa. Canciones que tuve oportunidad conocer de la mano de la comunidad cubana de México Distrito Federal, así como también de la comunidad sonidera de aquella misma ciudad, donde la salsa es de una gran relevancia social y cultural, tal como aquí en nuestra vapuleada y muy querida Cartagena.

 

·         Vanvanero siempre seré. Canción homenaje a Juan Formell, donde participa gran cantidad de artistas que hicieron escuela en la afamada orquesta, entre ellos Alexander Abreau, quien tiene pegado el tema Después de un beso. https://www.youtube.com/watch?v=K8ILAVr9vP0

·         Yo no le temo a la vida. Una de las últimas canciones grabadas por Juan Formell y que es un homenaje, en forma de crónica musical, dedicado a toda la gente que sale a resolver en la calle, mejor dicho, al rebusque diario. https://www.youtube.com/watch?v=HC7JS2t2uXs

·         ¡Qué humanidad! De origen, esta canción es de Benny Moré. Manny Oquendo también tiene una versión, muy sonada en la salsa vieja de Cartagena. Esta maravillosa versión es del cantante más carismático que ha tenido Los Van Van en su historia: Pedrito Calvo, con su orquesta La Nueva Justicia.  https://www.youtube.com/watch?v=gDXaan-h9oQ La bailan mucho en los circuitos salseros de la ciudad de México y su diáspora cubana. Pongan especial atención al show de Santos, bailarín barrial de La Habana.

·         El Caché. Esta canción la compuso el pianista César Pedroso “Pupi”, ex Van – Van, quien dirige la Orquesta “Los que son son”. Esta es una excelente exposición de lo que es el Songo. https://www.youtube.com/watch?v=etCBERs0LAM

·         Idilio. Original de Willie Colón, vale la pena conocer esta versión del joven salsero cubano Leonid Torres, nacido en Camagüey. Una versión tan buena, que a mi juicio, es comparable con la original. Vean ustedes: https://www.youtube.com/watch?v=dg8Hs0MYaNU Una versión que, más que a Cuba, suena mucho a Chocó, a Pacífico, a Cali.

·         El Songo de Todos. Esta canción del joven artista Maikel Blanco y su Salsa Mayor, deviene en una apropiación del ritmo creado por Los Van Van. Se aprecian especialmente, las voces juveniles de factura mundial.  https://www.youtube.com/watch?v=zHEauu7QlYc

·         Estando. Manolito Simonet y su trabuco. Aunque Manolito Simonet hizo gran parte de su escuela musical en la agrupación Maravillas de Florida, de Camaguey, es un gran representante de los renovados aires musicales cubanos, buen ejemplo de ello es esta canción. https://www.youtube.com/watch?v=HxgSrKsRQtU

Cuéntame. Esta canción se basa en el mismo tema de la balada de los años sesenta del grupo español Fórmula V. Esta versión es del grupo juvenil “Charanga Habanera” y más que salsa es Timba con Regetón, de gran éxito internacional. https://www.youtube.com/watch?v=IHL9u3uN65Q

 

 

Un comentario aparte, antes de terminar, y tiene que ver con resaltar las excelentes canciones producidas por la muy destacable orquesta venezolana Guaco, con Gilberto Santa Rosa como invitado especial. Dos canciones: “Ella” y “Ya no eres tú”. Ambos son temas grabados hace años, pero se renovaron en el concierto Guaco Histórico, acaecido en 2014.

 

·         Ella. https://www.youtube.com/watch?v=MNgtjD_ux8Qhttps://www.youtube.com/watch?v=MNgtjD_ux8Q

 

·         Ya no eres tú. https://www.youtube.com/watch?v=WnIsm1WvhsM

 

 

 


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