Los hechos registrados en varias ciudades del país el día ayer son por lo menos lamentables. Los videos que circularon de manera masiva en redes sociales, dan cuenta de que el encierro de esta cuarentena parece no habernos enseñado nada. En un intento por mover la economía y preservar empleos el gobierno central ordenó que las ventas estuvieran exentas del IVA, con esto obtuvieron jugosas ventas, se activó el comercio y de paso nos sembraron la duda de como aquellos que hasta hace unos días clamaban no tener para comer ahora llegan a sus casas con un TV gigantesco.
Quienes estamos en el sector salud, sobre todo en primera línea, veíamos aquellas imágenes con horror. El día anterior Colombia registraba su tasa más alta de contagios y justo al día siguiente aglomeraciones precisamente en las ciudades con mayor número de contagios. De no creer, el chiste se cuenta solo.
Al mejor estilo de Black Friday de los gringos, tuvimos nuestro FridayCovid, como lo titularon los medios internacionales, quienes presenciaban con igual asombro lo que ocurría en estas latitudes. Rumores tales como que el descuento no aplicaría si la compra no era presencial solo empeoraron las cosas, no tengo cifras oficiales sobre cuántas personas lograron comprar, pero me preocupa mas cuantas se expusieron y cuántas de esas en catorce días serán nuestros pacientes en UCI y peor, cuántos de esos morirán, si, asi como lo lee, morir.
Como profesional de la salud no estoy en contra de la reactivación económica, y de los demás sectores, el hambre también genera otro tipo de problemáticas sociales, pero lo de ayer solo puede ser definido como una carencia nefasta de cultura ciudadana y de educación financiera, acompañado de una salida al paso del gobierno con una mala gestión por parte de las autoridades en términos de vigilancia y cumplimiento de protocolos de bioseguridad que tan celosamente les exigen a rajatabla a otros sectores y una improvisación bochornosa por parte de los establecimientos comerciales que no pudieron dar la talla en términos de compras en línea en pleno siglo veintiuno y que para rematar subieron precios para luego bajarlos, a estos últimos, vergüenza debería darles.
El día de ayer nos demostró que somos un país muy paciente, que puede esperar horas en una fila para comprar un electrodoméstico; espero que cuando necesiten esa misma paciencia para aguardar por atención en un servicio de urgencias, para tener disponible una fuente de oxígeno, o Dios no lo permita, encontrar una cama de UCI, lo hagan tan gustosamente como lo hicieron el día de ayer y no salgan a decir que los médicos los mataron.
Personalmente miro con desagrado la cultura de buscar culpables, para mi opinión personal, ese es el recurso de quienes son incapaces de asumir sus responsabilidades y solo les queda escudarse en otros para ocultar y no lidiar con su propia ineptitud. Ese no es mi objetivo el día de hoy. Mi objetivo hoy es hacerle entender a usted apreciado lector, que independientemente de las políticas gubernamentales, de lo tentadora de la promoción, de lo que digan las guías y protocolos médicos, usted y solamente usted es el primer actor responsable en el cuidado de su salud. A nadie le pusieron un revólver en la cabeza para salir a un almacén a comprar una nevera con el 19% menos, financiandola a 36 cuotas con una tarjeta de crédito y un 32% de interés, haga cuentas y verá que el ahorro que tan apresuradamente persiguió no existe. Es necesario que entendamos de una vez por todas que somos nosotros como individuos y nuestras decisiones son los que le abren o cierran la puerta al contagio en nuestra vida y la de nuestra familia, sino cree vaya y mire que les paso a los Suizos y su política de estrategias blandas contra el virus.
Entienda esto, el dueño del almacén de cadena, no va a estar a su lado cuando sienta que no puede respirar, el político que invita a salir no sostendrá la mano de su madre cuando haya que intubarla, la casa de Nariño no vendrá a ponerle los medicamentos; esto no es un asunto político. Si no enfrentamos esto con la seriedad y el compromiso que la situación amerita será usted solo contra el virus, un virus que es real, aunque muchos se empeñen es decir lo contrario. Peor aún, ese televisor que se compró ayer no lo podrá ingresar a la UCI, es más si pudiese, tampoco podría mirarlo, por que toca ventilar a los pacientes boca abajo. Como le parece.
No tiene justificación que por falta de conciencia en el propio cuidado como individuo tengamos que prolongar una cuarentena y condenemos a la quiebra a los pequeños comerciantes, dueños de restaurantes, peluquerías, papelerías entre otros que siguen pagando arriendo para nada; ellos también importan. No podemos simplemente pernoctar en un encierro perpetuo coartando las libertades individuales, solo porque no podemos comprender que allá afuera hay un enemigo y que somos cada uno de nosotros los que debemos cuidarnos de él y de paso cuidar a nuestros seres queridos.
Pienso que el mensaje de ayer fue bastante contradictorio, ver una absoluta falta de respeto por los protocolos de bioseguridad y distanciamiento, adultos mayores en sillas de ruedas llevados por sus hijos al supermercado de moda, porque la promoción “está como para morirse”, nos lleva a tristes conclusiones. No es posible que luego que en el planeta se han contagiado más de ocho millones de seres humanos y llevamos casi medio millón de muertos, la única manera de respetar las normas que pueden salvar su vida sea que le pongan un policía al lado.
Para los que están pensando “es mi vida y yo veré lo que hago”, lamento informarle que no es así. Por eso se llama Salud Pública, porque lo que usted hace como individuo termina afectando la salud de todos, comenzando por su casa. Dicho sea de paso se registraron ciudades que manejaron el día sin IVA con responsabilidad e incluso algunos establecimientos en Cartagena pudieron hacerlo ordenadamente, o sea que si se pueden hacer las cosas al derecho, lo que falta es voluntad para hacerlo.
Las consecuencias de la aglomeración de tal cantidad de personas del día de ayer las veremos en dos semanas. Ojala no se minimicen los hechos de ayer, esto que paso fue malo, nefasto, irresponsable y peligroso en términos de salud pública y el que diga lo contrario está mintiendo. Hay que salvar la economía, sin discusion eso es totalmente cierto y el que diga que no vive en el mundo de los conejos, pero a que precio. Sobra decir que los extremos son malos, tanto de un lado como del otro, debemos como sociedad llegar a un punto de equilibrio donde aprendamos de lo que ocurrió, usemos las herramientas tecnológicas de las que dependemos y así podamos salvar dos cosas igual de necesarias como son la salud y la economía; y entendamos que no estamos en la edad de piedra donde tenemos que pelearnos y agolparse como animales por un pedazo de la presa. Preguntémonos, qué estamos haciendo bien, y sigamos haciéndolo; que estamos haciendo mal y cambiemos el rumbo de nuestra historia. Esperemos que este y los próximos días sin IVA no se traduzcan en un día sin UCI, una semana sin UCI, o un mes sin UCI y que salgamos bien librados de una situacion que nos toca a todos. Que Dios se apiade de nosotros en estas horas oscuras.