En la sexta audiencia pública de la reforma a la salud organizada por la Comisión Séptima del Senado, una vez más el ministro Guillermo Jaramillo vuelve a su costumbre de arremeter contra los médicos. En medio de una intervención de casi hora y media el ministro plantea varias posiciones que resultan llamativas, una de ellas en torno a la calidad de la formación de los médicos colombianos diciendo: "No estamos educando adecuadamente en algunas partes a nuestros médicos, o de pronto los médicos están pensando que solo quieren investigación o que apenas terminen se van a ir a los Estados Unidos a otro tema diferente, ya no quieren ir a un rural, el agua del Amazonas les da alergia".
Contrario a lo que opina el ministro, la posición de la World Federation for Medical Education (WFMI ) plantea que los estándares de calidad en educación médica para pregrado, postgrado y educación continuada tienen como objetivo la mejora de la salud de las personas a través de la educación. Los estándares cumplen con los siguientes propósitos:
- Preparar a los médicos para que sean capaces de dar respuesta a las necesidades y a las expectativas de la sociedad.
- Afrontar la explosión del conocimiento científico y tecnológico.
- Inculcar a los médicos la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida.
- Asegurar su formación en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
- Adecuar la educación médica a las condiciones cambiantes de los sistemas sanitarios.
Al parecer un médico formado bajo estos parámetros, no le sirve al ministro pero tal vez le sirvan "especialistas" formados en un año, como en Suecia. Es tan raro que el ministro que se reivindica a sí mismo como liberal, respete tan poquito las elecciones ajenas y se exprese de esa forma; teniendo en cuenta que uno de los principios básicos del liberalismo es precisamente el respeto irrestricto por el proyecto de vida del prójimo. No es que se escuche muy respetuoso insinuar que un colega está mal formado como médico solo porque desea darle un enfoque a su carrera diferente al asistencial, demeritando de esta forma a los profesionales se desempeñan en ciencias básicas, administración, salud pública, investigación o que simplemente no quieren estar acá.
Señor Ministro, lo mejor que podría pasarle a las nuevas generaciones de médicos es que derogue de una vez por todas esa arcaica y nefasta forma de explotación laboral llamada año rural obligatorio que usted romantiza, una figura que se ha prestado en muchas ocasiones para la instrumentalización de jóvenes médicos, bacteriólogos y enfermeros, para la retención de salarios, la precarización laboral y en sitios puntuales, para el ejercicio profesional sin garantías de seguridad; en condiciones que ningún otro profesional aceptaría de no ser por que lo obligan. Eso se llama coacción estatal y no hay nada más antiliberal que eso. Por último, este gobierno promete a rajatabla que con su reforma a la salud, ahora sí va a pagarle a los médicos y hospitales, yo pregunto: ¿Así como pagaron los panamericanos?