Mucho por mejorar.


El sistema sanitario de Colombia ha logrado una cobertura del 99,6 % del aseguramiento universal, aunque aún hay mucho por mejorar. El actual gobierno propone una reforma que parece destructiva y que implica desbaratar lo conseguido en lugar de abordar objetivamente los problemas.

Ya se tiene la cobertura, entonces garanticemos el acceso. Es frustrante para cualquier persona sentirse enfermo y que la respuesta que reciba  cuando necesita atención sea: “no hay agenda”, “el medicamento está desabastecido” “no hay contrato”.

Aunado a esto viene otro factor fundamental: la oportunidad en la atención médica, el hacer las cosas a tiempo. Esto se entiende mejor con el ejemplo del cáncer: pocas cosas traen tal magnitud de sufrimiento como ver un ser querido luchar contra una enfermedad que dependiendo del momento en que se actúe puede ser curable o puede ser fatal. Valga también el ejemplo de las patologías en salud mental, la ansiedad y la depresión, patologías que silenciosamente destruyen a los seres humanos desde adentro, hasta que, aunque se quiera vivir, simplemente no se quiere vivir así. En estos últimas, la disponibilidad de la atención y medicación son fundamentales. Trágicamente, el tiempo es canalla.

Debemos mejorar en  la formación del talento humano, generar profesionales, tecnólogos y técnicos de calidad que puedan satisfacer la demanda que genera un sistema de salud con 99% de cobertura. Y no, no necesitamos que los traigan de ninguna isla caribeña a 90  millas náuticas de Miami, acá los podemos formar.

Se necesita ampliar los cupos de formación especializada y que la gente no se siga viendo obligada a abandonar su país, porque no pudo especializarse acá. Se requiere formar en trato humanizado al personal para que tratemos bien las patologías y tratemos bien a la gente.   Se requiere mejorar la remuneración y contratación del personal y que algo tan básico como un pago mensual no sea un milagro.

Se requiere mejorar la seguridad de los territorios, para que pueda haber atención en los centros lejanos, es tan sencillo como preguntarnos ¿qué trabajador en su sano juicio iría a un sitio sin seguridad a poner en riesgo su vida sólo por amor al arte y además sin pago? Se requiere dejar de quebrar hospitales al retenerle los pagos, al pactar tarifas inferiores a los manuales.  Se requiere que se dejen de robar la plata de la salud.

Si  llegó hasta este punto podría pensar que apoyo la reforma del presidente Petro y la respuesta es un gigantesco no; porque plantea  entregarle el manejo de la salud a políticos, aunque lo nieguen, en el texto está muy claro, propone entidades estatales que ni ellos mismos saben de donde las van a sacar ni con qué las van a financiar y básicamente resucita al Seguro Social  aunque la historia nos enseña que  desafortunadamente lo  público en Colombia es propenso a la burocracia y la corrupción.

En conclusión, es importante que cualquier reforma no empeore la situación actual, que trabaje en todo aquello que podemos mejorar; por lo tanto, es necesario abordar los problemas existentes con una visión clara, ordenada  y objetiva sin  poner en riesgo los avances logrados hasta ahora.


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR