Algunas ideas para desarrollar la creatividad en los niños


A todos los padres, o por lo menos a la gran mayoría, les preocupa el desarrollo, en todas las áreas posibles, de sus hijos. En ocasiones, esta preocupación les lleva a gastar, incluso, “pequeñas fortunas” en innumerables pasatiempos, disciplinas, deportes, artes y hasta hobbies, que en la mayoría de las veces, surgen más por deseos ocultos o reprimidos de los padres, que por la verdadera motivación del niño. En ese orden de ideas, y aclarando que no soy psicólogo, aunque me considero muy respetuoso de dicha profesión, y basándome en mi naciente experiencia como escritor, les presento, una serie de ideas que pueden llegar a generar en los niños, creatividad literaria, motivación a la lectura, y por supuesto, impulsará en los más chicos, el desarrollo de su imaginación, y todo, sin gastar un solo peso, o por lo menos no más de los ya invertidos. Por supuesto, estos consejos o recomendaciones no obedecen a ningún estudio o tesis con respecto al comportamiento infantil, simplemente, son estrategias que he utilizado personalmente y con mis dos hijas (2 y 6 años), que nos han servido mucho, y que de alguna forma quiero compartir con todos ustedes.
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1. Ponerle nombres a los animales que vemos en la calle: Esta es una de las ideas que más aplico. Con mis dos hijas, cada vez que vemos un animalito, ya sea, en las calles de la ciudad, o cuando vamos de paseo al campo, o hasta en una revista que estemos hojeando, jugamos a ponerle nombres a los animales que vemos, pero estos nombres, deben obedecer a una cierta característica del animalito, por ejemplo, detrás de nuestra casa duerme un caballo blanco, y a mis hijas les encanta verlo en las noches, así que les propuse que le pusieran un nombre para así yo saber cuándo querían verlo, entonces, mi hija mayor le puso nombre, Corredor, y así fue bautizado, Corredor, aunque seguramente ya Corredor tenía nombre. Desde entonces, lo hacemos cada vez que podemos, así ellas se inspiran, hurgan su memoria, para nombrar animalitos y de paso incentivan su imaginación.
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2. Televisión Modo Mute: Parece raro, lo sé, pero esto ayuda a que los niños se diviertan creando sus propios diálogos o situaciones, además, se pueden reír a carcajadas mientras lo realizan. Es muy sencillo de hacer, solo deben colocar el televisor, ya sea cuando el este viendo uno de sus programas favoritos o usted uno de los suyos, y colocarlo en modo Mute o sin volumen (No se preocupe por perderse la trama, en la televisión por cable repiten la programación todo el tiempo) Una vez logrado esto, invite a su niño o niña a que cree sus propios diálogos, que diga con sus propias palabras lo que crea que están diciendo los personajes en el momento, no importa que tan disparatados resulten los diálogos, en mi caso, hemos puesto a Los Vengadores, muchas veces, a decidir si desean compartir sus juguetes, o a hablar de que tanta hambre tienen.
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3. Veo-Veo: Este es quizás, el más popular de los juegos entre padres e hijos mientras se conduce o se camina. Consiste en que el niño visualice, ya sea un objeto, una persona, una valla, o lo que sea, y lo analice descriptivamente, y luego diga la expresión: veo, veo… a lo que usted, o los acompañantes responden con la siguiente pregunta: ¿Qué ves? Y luego el niño describe lo que sea que esté viendo, y usted, basándose en dicha descripción, intentará adivinar lo descrito por el niño.
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4. Dibujos: Una de las estrategias que más utilizamos en las charlas o sesiones para motivar a la lectura son los dibujos. Consiste en que una vez leído un cuento, poema, o fragmento, los niños dibujan lo primero que se les ocurra con respecto a lo leído. Es una idea que funciona muy bien, que se presta para la mayoría de las ocasiones y que por supuesto, eleva la imaginación del niño. Solo necesitaras una hoja en blanco o reciclada y un par de colores (en lo posible no todos) esto hará que el niño desarrolle aún más su imaginación.
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5. Sandwich Maravilloso: Cocinar es un acto responsable, en el que debemos prestar toda nuestra atención y precaución, y es claro, que no es el mejor lugar, por los riesgos que conlleva, para que un niño permanezca, pero, si tomamos las medidas necesarias, y disminuimos al máximo los riesgos, podemos hacer que nuestros niños nos acompañen a preparar, por lo menos, un delicioso sandwich. Es muy sencillo, colocamos los ingredientes (que no necesariamente deben ser los tradicionales) separados en bandejas o platos, y conforme a como lo vamos preparando, vamos hablando sobre los ingredientes agregándoles nombres en lo posible superlativos, por ejemplo: pan suavecito, queso poderoso, jamones legendarios, salchichón gordinflón, y si su niño es de los que les gusta la verdura (no son muchos, pero los hay) pueden agregarle un par de tomates karatekas, cebollas bailarinas, y salsas espectaculares, y al final, cuando nuestro sandwich esté completamente armado, lo bautizaremos con un nombre lo más rocambolesco posible.

Por ahora, estas son algunas opciones para que compartan en familia, con sus hijos, de una forma sana, tranquila, sin gastar dinero o sumas exageradas. Recuerden que los niños nos agradecen más la caja en la que viene el juguete que el juguete en sí mismo. Con un poquito de tiempo y dedicación, podrán aplicar todas estas ideas, o por qué no, inventar las propias, y luego me cuentan cómo les fue.

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