En esta IV y última parte podrán disfrutar los trabajos de: Matt Littere, Natalia Soledad Severino, Leyla margarita Tobias de Santander, Ruth Patricia Diago Suarez, Alejandra Pérez Montes, Nenúfar de Córdoba, Sofía Camacho Chaljub, y Tatiana Gonzalez
FLOR QUE ATRAE
Es ser mujer la semilla que crece y da vida,
Es ser ella un campo lleno de flores, y es cada flor que
Atrae a las abejas, al colibrí…atrae todo lo bello que rodea
La naturaleza.
Es ella que seduce con solo mirar y enamora,
Que con solo reír atrapa las tristezas y las esconde
Para sacar sonrisas,
Es ser mujer, la que llena el mundo de alegrías y esperanzas
Para no dejarlo en soledad, y que aunque sola quedé, ella es
Capaz de acompañarse con su misma esencia de ser libre.
Sí, libre, porque al abrir sus brazos apenas sale el sol, se deja
Bañar de sus rayos para fortalecer su alma.
Libre porque al prender su luz, deja morir la oscuridad,
Deja disipar las tinieblas.
Es ella la que con solo tocar, hace vibrar los corazones,
Convirtiéndolos en amores y en ilusiones.
Es ser mujer la flor que siempre atrae, atrapa,
Motiva, incentiva y lo hace para amar…porque ella siempre ama.
Es ella madre eterna que no se cansa de dar, porque da su ser.
Es esposa que entrega pasión, ternura…
Es ella misma, que se abraza y se consuela cuando el alma
Le duele.
Es ella juventud,
Es ella eterna mujer y flor del mundo…flor que atrae.
Mat Littere ??
Madre mía la que la vida me dio
Y siempre me comprendió
A Su lado siempre fiel como me gusta la miel
Te quiero mucho madre mía
Mía solamente mía
Buena como el pan
Ella todo me lo dio
Yo la quería montón
A su lado siempre estuve yo
Siempre me cuidaba
Ella me amaba y me daba todo
Para mi ella me quería
Y yo a ella también a ella
Oh madre mía dulce era tu compañía
Fue dura tu
Natalia Soledad Severino
Las Valientes
Las honro, valientes
Idílica Edith, y,
De sideral encanto, Soila
Trabajando de sol a sol
Das la vida, abuela
¡Oh! ¡Das la vida! ¡Qué loable!
Porque de niña con tus cuidados fui feliz
Eres capaz
Eres el epítome de la valentía
Dando todo a generaciones por venir
Leyla Margarita Tobías de Santander
SIN DOLORES PREVENTIVOS
La edad larga no la inquieta.
Sin obsesionarse por las canas
desdeña tintes y preparados mágicos
que retrasan el paso del tiempo.
Pretende aún algunos sueños...
Detesta el residuo dulce
de la crema dental
y las ventanas sin protección
porque toda su desnudez le pertenece.
Se sabe mujer impar
sin complejos de cama,
convive con sus manías sin avergonzarse.
Se empeña en cazar versos
hasta en la espuma
que huye por el desagüe.
La posibilidad del dolor
le asusta un poco
en la simpleza de la rutina
que silencia su mundo intrascendente
y eterniza las has horas.
Todavía le quedan esos momentos
que conforman las mañanas
para celebrarlos con sombras de alas y pregones.
No tiene la menor intención de guardarse más abrazos
mientras su pecho se infle de aire
y hasta que la tierra la reclame
para untarla de olvido
en un puñado de viejas fotos empolvadas.
RUTH PATRICIA DIAGO SUÁREZ
Aún no lavo las tazas de café vacías, me consume la adicción de escribir tu nombre en el fondo de cada una y guardarlas en el último cajón de mi mesa de noche; huelo mi piel con olor a tu aliento verde y apestoso. Mis demonios bailan con los tuyos y se aplastan los cabellos hasta devorarse. El fuego sangra, el humo canta con lamentos de agonía y las cenizas se humedecen con mi orgasmo de amante despiadada. Las sombras se queman, se jubilan, me cubren el rostro de blanco y negro hasta cegarme, hasta que los poros de mi brazo izquierdo empiezan a orquestar y el público se pone de pie para danzar conmigo. Entonces me pierdo entre un café, un cigarro, tu nombre y el misterio agonizante que solo cesa con mi silencio luego de cerrar la puerta y abrir la ventana, mientras sigo ardiendo entre tus letras, entre el fuego y la herida del placer.
Me escondo en las cenizas antes que anochezca, antes que me oculte entre las arrugas de mis sabanas y vuelva a encontrarme con necedades. No hay tiempo. Me agoto, me harto, me corto el alma con tus minutos cortos punzantes, me devora la agonía de tu partida sin retorno. Mi calma se fue de viaje, armó la maleta y se colgó de mis pedazos de cordura. Tu ausencia me conversa y se me hace inhóspita.
Son las ocho, eso dice la pared. Estoy enclaustrada entre mis silabas y los puntos que corren uno tras otro queriendo alcanzarse. Me estorbo, saco dos cabellos de mi boca y los corto con demencia; mi locura se aferra, no sale de mi habitación, transita conmigo, detrás, al lado, también me la cruzo de frente. Es tortuoso.
Mientras tanto, tus letras de galán anónimo se consumen en el infierno. ¿Y las mías? Imploran piedad por volver a formar palabras perversas y agudas, también esdrújulas. Se disuelven, comulgan en el fuego férvido, ese que no da tregua. Con ellas se juntan tus demonios y te humillan menesterosamente hasta jactarse de verte zaherido. Arden, una por una, las recientes, las flamantes, las hirientes. El fuego agoniza hasta oscurecer tu pelo y las lágrimas se diluyen entre las brasas que van muriendo al mismo tiempo que tu clamor hipócrita. Ardes derritiéndote en los espacios dobles de cada párrafo, te vas con tu impasibilidad despedazada, se queman contigo las palabras necias y los juicios te destruyen cada vez que abro mi libro para empezar a leerte.
Son las doce, día cinco, día de cambiar mis sabanas. Me doy un baño y me siento a esperar junto a trescientas noventa y seis palabras que esperan para verte.
Alejandra Pérez Montes
Una tarde contigo
Antes que te ocultes
enciende la brisa de agosto en mi pelo
sostén el suspiro del último hilo de luz
en los ojos de un poeta
Entierra a los que no escuchan
sepúltalos en tus olas
será buen destino el pico de un pelícano
atravesando el mar
Déjame tragar la sal
sumergida en un caracol
saborear los susurros del llanto
de las horas idas
Y antes de que te ocultes
concédeme agendar nuevas citas
saber que aquí estarás
renovando la sabia en mis venas
lavando vergüenzas anónimas
destripando decepciones
contemplando este monólogo
una vez más, con mi sombra
Nenúfar de Córdoba
Mujer
Ella,
encendía con su nariz la lámpara,
mientras sostenía al pequeño en los brazos.
Lo
amamantaba y alzado
-en su costado,
empotrado-
le cantaba,
lo acariciaba,
cada noche y todo el día…
Limpiaba, pulía, lustraba, barría.
Planchaba.
Lavaba, trapeaba,
tres veces al día.
Él llegaba.
La besaba,
pisaba, ensuciaba,
reto-amaba sus huellas…
Las poseía, una y otra vez,
y ella pau sada
se de jaba seducir,
embriagada
del deseo de dormir.
Dormir, dormir,
hasta el amanecer.
Para…
Despertar y
volver a empezar
a amar.
Despertar,
en su cuerpo de mujer,
al otro día.
Día a
día,
ella.
FELIPA...
MUJER PALENQUERA
Abultada
la vena de tu frente,
-sudorosa-
-esbelta-
-embarazada...
Felipa.
Negra.
Fruta de tus frutos...
Fruta y canto.
¡Quien no te oyera
no beberá los jugos de tus cantos!
Fruta y
canto.
Felipa...
negra...
¡Encanto!
SOFIA CAMACHO CHALJUB
¡AMANDO MÍ SEXO!
Benditas las manos que sanan, las que aman, las que abrazan son las manos de una mujer.
Benditas las manos que curan, que hilan, que esculpen, que acarician, las que tallan, las que bordan, las que pintan, las que miman, las que amasan. Las de una mujer.
Benditas las manos extendidas, las cálidas, fraternales, llenas de amor, bondad y compasión.
Benditas las manos suaves, generosas, las que sujetan con fuerza, las que cuidan y protegen.
.
Benditas las manos que irradian Amor Incondicional, manos sanadoras.
Benditas son las manos de una MUJER.
Feliz día internacional de la Mujer.
Tatiana González C.